Cryptosis continúan su viaje musical con “Celestial Death” (2025), un álbum que refuerza su identidad sin renunciar a la experimentación. Y es que, desde su debut con “Bionic Swarm” (2021), los neerlandeses han demostrado ser difícil de encasillar, fusionando thrash, death melódico, progresivo y metal ennegrecido con una propuesta audaz y futurista. Si bien su primer trabajo ya mostraba una ambición notable, en esta nueva entrega refinan su sonido y amplían aún más sus horizontes estilísticos, pero sin grandes estridencias lo que, a mi gusto, lastra su crecimiento pero también es cierto que siente como una evolución natural. A diferencia de su predecesor, “Celestial Death” (2025), no se apoya completamente en el thrash, sino que lo utiliza como una columna vetrebral dentro de una paleta sonora más amplia. La influencia de Vektor es verdad que sigue presente, pero se complementa con elementos de melodeath al estilo de Gotemburgo (“Ascending”) y pasajes instrumentales envolventes que evocan otro subgénero como es post-metal (“The Silent Call” o “Coda-Wander Into The Light”), con Marco Prij que mantiene su característico estilo vertiginoso en la batería, gracias a un uso innovador de los platos y un enfoque rítmico que rompe con los moldes tradicionales del thrash en piezas como “Static Horizon” y “Cryptosphere”. Por su parte, Frank te Riet cobra mayor protagonismo gracias a sus etéreos sintetizadores y mellotrones, tiñendo el álbum con una atmósfera densa y, lógicamente, espacial. No obstante, Laurens Houvert refuerza el matrimonio de la banda con el thrash a través de su áspera voz e intensos riffs, asegurando que la esencia agresiva de Cryptosis permanezca intacta.
En términos de estructura, el álbum está cuidadosamente diseñado: su primera mitad se inclina hacia la experimentación, mientras que la segunda retoma la fuerza y agresividad del thrash, lo que me parece un error ya que no me gusta cuando los discos parecen organizados como un meccano cuando las bandas no saben por qué camino deben tirar, más aún cuando todos los momentos no funcionan con la misma eficacia y, si bien las secciones atmosféricas aportan profundidad, algunas transiciones hacen que la energía decaiga en lugar de mantenerla en su punto álgido. Canciones como “The Silent Call” y “Motionless Balance” exploran texturas etéreas pero, por momentos, pierden ímpetu en favor de la ambientación. Además, algunos riffs y pasajes instrumentales se extienden más de lo necesario, afectando el dinamismo de algunas partes del álbum. A pesar de estos detalles, la segunda mitad del disco reafirma por qué Cryptosis siguen siendo una de las bandas más interesantes del thrash moderno. “Reign Of Infinite” emerge con una intensidad feroz, destacándose por su batería demoledora y los abrasadores riffs de Houvert. “In Between Realities” ofrece el único estribillo coreable del álbum, combinando ritmos entrecortados con veloces líneas de trémolo, mientras que “Cryptosphere” adopta un enfoque cercano al thrash progresivo de Symphony X, que, aunque funciona, no termina de gustarme. Para cerrar, la instrumental “Coda-Wander Into The Light” expande la atmósfera del álbum con guitarras melancólicas, creando un epílogo absorbente y envolvente.
“Celestial Death” (2025) no es un álbum que se deje escuchar fácilmente. Su densa pared de riffs, sintetizadores y estructuras complejas puede parecer abrumadora al principio, pero con cada escucha revela un universo sonoro fascinante. Cryptosis han logrado pulir su identidad sin caer en los clichés del thrash, equilibrando agresión, progresión y ambientación. Aunque aún hay aspectos por perfeccionar, este trabajo consolida su propuesta y los posiciona como una alternativa refrescante dentro del metal extremo. “Celestial Death” (2025) no solo confirma la evolución de Cryptosis, sino que demuestra que el thrash sigue siendo un subgénero de lo más excitante cuando se sigue mostrando en constante evolución, explorando nuevas y emocionantes direcciones.
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