Crítica: Harakiri For The Sky “Scorched Earth”

Hubo una época en la que escuchaba mucho a Harakiri For The Sky, quizá desde 2013, con "Harakiri For The Sky" (2012) y sucesivos, hasta "Mӕre" (2021). No quiero decir que su música haya caído en desgracia o no hayan estado inspirados, sino, simplemente, que aquella tecla que tocaban en mí, ya no resuena con la misma intensidad. Quizá los últimos dos directos que vi no me llegaron de la misma forma, quizá su actitud fuera del escenario o la, a veces plana, propuesta musical sobre las tablas en comparación con lo que se escuchan en sus discos, no lo sé. Es algo injusto pero de lo que sólo tiene la culpa un servidor, no los austríacos, que ahora regresan para explorar las emociones humanas vinculadas a las grandes dimensiones de toda existencia, como son la vida, el amor y la muerte, profundizando en ella gracias a su mezcla única de post-black, repleto de paisajes sonoros de introspección y aflicción, en unas composiciones como son las de “Scorched Earth” (2025) que desprenden la misma melancolía y fuerza de siempre, como consuelo para todos aquellos que alguna vez nos hemos enfrentado a la depresión, la pérdida e incluso la adicción. Pero quizá, lo que hace grande a la propuesta de este dúo no sean los tonos grises con los que ya pintan muchos otros artistas sino su capacidad para despejar esas nubes y permitir que entren destellos de esperanza. Nunca sabré si es algo intencionado o fortuito, si es fruto de una larga búsqueda en su trabajo de composición o algo que surge de manera natural, lo que sí tengo claro es que su música es el combustible ideal para sobrevivir ahora que los días son más cortos y vivimos de noche de noche.

Es verdad que Harakiri For The Sky siempre han recibido buenas críticas y que este “Scorched Earth” (2025) que nos ocupa era uno de los lanzamientos más esperados en el mundillo del metal, viendo la luz en apenas cinco días, bajo el sello AOP Records y todas las miradas sobre ellos, “Scorched Earth” (2025) es un álbum repleto de emoción con la habitual melancolía de sus guitarras y el palpitante ritmo de la batería, fusionando con maestría los pasajes más conmovedores a piano y sus tormentas anímicas habituales. Con siete poderosas canciones principales y dos pistas adicionales que cuentan con colaboraciones de artistas como Tim Yatras (Austere), Serena Cherry (Svalbarduk), PG (Groza) y Daniel Lang (Backwards Charm), este álbum puede presumir de ser quizá uno de los más ambiciosos de su discografía. Desde la introspectiva y melancólica "Heal Me" hasta la imponente y resonante "With Autumn I'll Surrender", culminando en el denso y emotivo cierre "Too Late for Goodbyes", “Scorched Earth” (2025) lleva al oyente en un viaje musical que trasciende barreras y explora los confines más profundos de la experiencia, gracias a la interpretación de Wahntraum. Hay momentos de incontestable belleza como “Keep Me Longing”, la mencionada "Too Late for Goodbyes" y “No Graves But The Sea” pero, en el otro espectro, el cartucho perdido de la versión de “Street Spirit (Fade Out)” de Radiohead, que no aporta absolutamente nada a la original, aunque haya que entenderla como un regalo y algunas canciones que llegan a sentirse menos inspiradas.

Por otro lado, es cierto que “Scorched Earth” (2025) se alza como un logro en su carrera, una obra capaz de ofrecer refugio y servir como bálsamo, pero el público es egoísta y vive de la memoria y, al fin y al cabo, eso mismo llevan ofreciéndonoslo muchos años, como para esperar algo que sí rompa y rasgue de verdad. Harakiri For The Sky se confirman como un nombre ya consolidado en el mundo del metal contemporáneo, sonando apasionado, majestuoso y profundamente conmovedor, pero consolidado y ya conocido… 

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