Crítica: As I Lay Dying “Through Storms Ahead"

¿Qué es lo que más me sorprende del nuevo álbum de As i Lay Dying? Puede que el que “Shaped by Fire” (2019) fuese un regreso tan potente que, ahora que ha pasado el tiempo, entiendo que semejante ensoñación fue una carambola por la que la banda tuvo más peso que el propio Lambesis. Sin embargo, ¿no es esa misma banda la que comparte el peso en este último y desastroso disco? ¿Acaso hemos sido todos tan inocentes con un subgénero que ha copiado la fórmula de At The Gates atiborrándola de esteroides? (y no hay ni un ápice de ironía en mis palabras). Es verdad que ahora es fácil criticar todos esos discos, incluso la actitud de Lambesis pero que nadie se olvide de que, a pesar de todos los defectos, y su actitud ante la desbanda que As I Lay Dying han sufrido con el abandono de Phil Sgrosso, Ken Susi, Ryan Neff y Nick Pierce, aquí los responsables somos toda la clase; los músicos implicados, Lambesis y nosotros por creernos que el golpe de suerte que fue “Shaped by Fire” (2019), su mejor disco desde “An Ocean Between Us” (2007), era algo más. Escuchar “Through Storms Ahead” (2024) es una experiencia lamentable cuando no hay nada significativo, las melodías parecen recicladas, los coros tienen exceso de azúcar, Ryan no está en su mejor momento y Lambesis parece haber envejecido de manera prematura cuando se resiste a abrazar la mediana edad y, lejos de la actuación, cree ser el mismo de “The Powerless Rise” (2010), ni siquiera vocalmente se le siente pleno y su labor se limita al gruñido. Sgrosso produce el álbum y todo el que lea esta crítica y lo escuche estará convencido de que suena potente, de que es toda una agresión, pero es sólo estética; la voz gruesa o los potentes riffs enmascaran canciones con pocas ideas, empachosas y repletas de tópicos, con unas letras propias de instituto, con dramones a medio camino entre la crisis existencial del acné y el narcisismo más absoluto de un hijo único. El más espabilado me querrá corregir; “hay muchas otras bandas a las que les laméis el culo y hacen lo mismo”. Claro, cariño, pero ahora estoy escribiendo sobre As I Lay Dying, si para relatar la mediocridad de “Through Storms Ahead” (2024) tengo que citar a una centena de artistas, apaga y vámonos.

“Permanence” quiere engañarnos como introducción acústica, para pasar a la brutalidad de "A Broken Reflection", directa y agresiva, pero como “Burden”, se apoyan demasiado en la voz limpia de Ryan, mientras Lambesis grita para conservar el contraste y Sgrosso o Sussi se reparten las guitarras para darle un ritmo trepidante. “We Are The Dead” con Alex Terrible es un auténtico horror, suena artificial y, como ocurre en los peores momentos de muchas bandas de metal, termina perdiendo la gracia cuando parecemos estar escuchando a un personaje de Barrio Sésamo, en lugar de a un vocalista; falta definición, abuso de efectos y compresión en una canción sin originalidad, que parece un plagio de sí mismos. “Whitewashed Tomb” suena frenética y quizá se la más agradecida entre auténtico relleno como “Through Storms Ahead” o “The Void Within”. “Strength To Survive”, que carecen de la carga emocional de Killswitch Engage y abusan, de nuevo, de la melodía y el empacho, algo que parece repetirse en los coros de “Gears That Never Stop” o “The Cave We Fear To Enter”, en un álbum en el que lo pegadizo pierde su cualidad como piropo cuando se siente tan forzado e incluso cuando los estribillos funcionan se sienten irritantes, "Taken From Nothing".

“Through Storms Ahead” (2024) es un disco gafado desde su gestación, con una campaña lastrada por las deserciones y la incompetencia de Lambesis para gestionarla, la constatación de que lo que escuchamos en el álbum es una banda a la deriva. No se trata de que mi juicio o el tuyo se vea teñido por los acontecimientos, es que es un álbum que parece escrito para nostálgicos de lo que As I Lay Dying fueron durante un breve periodo de tiempo en un contexto turbio en el que, además, las expectativas tras “Shaped By Fire” (2019) lo matan por completo. Lambesis parece atrapado en una época que ya pasó y no volverá, en la que no sólo los músicos se han largado sino también sus musas. Nunca el nombre de una banda fue tan apropiado…

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