Si de algo puedo sentirme orgulloso es cuando he reseñado un álbum para este blog y, más tarde, la banda se ha convertido en algo tan grande como intuía. Es verdad que también ha ocurrido al revés, cuando he escrito y augurado el final de un artista y el tiempo me ha dado la razón, pero uno va cumpliendo años y, como los buenos amigos, prefiero alegrarme por lo bueno, que hacerlo por lo malo. Al fin y al cabo, encontrarse un mal disco es un accidente y estas críticas nacen de la pasión por la música, cuando un artista publica algo impropio de su genio se merece que deje constancia de ello por escrito, como parte de mi propia indignación cuando sé de lo que han sido capaces. Pero, yendo al grano, todavía recuerdo cuando en 2016, hice un pedido a Mesacounojo (antes de reírte, búscalo y luego me cuentas, seguro que tu apetito se ve saciado, tanto como violada tu cartera) y me pedían disculpas por no tener todavía a tiempo “Starspawn” (2016) de una banda como Blood Incantation, aún incipiente, porque les estaba desbordando el éxito. Había comprado a ciegas su debut ya que su EP, "Interdimensional Extinction" (2015), me había encantado. Reseñé el álbum para este blog y el resultado fue igual, cuanto más lo escuchaba más me gustaba, además de recibir mensajes de lectores que me narraban las virtudes del disco que acababan de descubrir; no hay mayor cumplido que descubrirle música a alguien. Y la historia volvió a repetirse con "Hidden History of the Human Race" (2019), ¿estábamos ante los nuevos Morbid Angel? De nuevo, me encontraba ante un disco sobresaliente, llegó la pandemia y su gira europea se canceló, incluyendo sus fechas en nuestro país, disgusto al que no ayudó "Timewave Zero" (2022), un EP con el que pasé de nuevo por caja pero que, a pesar de gustarme y divertirme, no podía considerar el siguiente paso, ¿Blood Incantation y su amor por los sintetizadores marcarían lo que sería el tercer álbum de la banda? ¿Había futuro tras "Interdimensional Extinction"? ¿Volveríamos a escuchar su gruesísimas guitarras y electrizantes riffs?
La respuesta es "Absolute Elsewhere" (2024), el mejor álbum de los de Denver hasta la fecha, en el que nos encontramos largos e intrincados desarrollos, voces guturales, coros melódicos, sintetizadores e incluso un toque oriental. En mi modestísima opinión, "Absolute Elsewhere" (2024) es el futuro del death metal o, por lo menos, la visagra que cierra una época y podría abrir una nueva. No se trata de que no haya bandas más técnicas, que incluyan sintetizadores o disfruten de las polirritmias como el mejor grupo de prog, a ritmo de escalas de tinte oriental, de la alternancia de voces, sino de que Blood Incantation han firmado tres discos que van del inframundo a Marte y la galaxia por entero, descubren pirámides en el planeta más recóndito y no es que tengan a las musas de su lado sino que les meten la lengua hasta la campanilla. De las seis canciones de "Absolute Elsewhere" (2024) y sus cuarenta y cuatro minutos, no sobra ni uno solo y eso, amigo mío, es decir mucho.
“The Stargate [Tablet I]” es un auténtico cañonazo de death metal, poniendo las cartas sobre la mesa y todo con lo que te van a sorprender durante los próximos minutos, Isaak desbocado y Paul devorándonos hasta el segundo minuto en el que todo parece romperse y entramos en una nueva dimensión, en la que Blood Incantation no tienen reparos en rasgar la composición, introducir un sintetizador y parecer los Pink Floyd de “Dogs” (1977) u orbitar entre Crimson y los paisajes de Tangerine Dream, hasta que Paul y Morris, repartiéndose las tareas, parecen más Gilmour que el propio Gilmour y la canción, por sorpresa, termina sonando por Death. ¿Qué cojones acabo de escuchar? Claro, vuelvo a pinchar “The Stargate [Tablet I]” y cuando llevo diez veces y me siento satisfecho, me encuentro con “The Stargate [Tablet II]”, como si fuese “On The Run”, y es entonces cuando siento que, si coloco una de mis diez copias (sí, diez, cada una diferente) de “The Dark Side of the Moon” (1973), estoy convencido de que el prisma de su portada encaja a la perfección con la pirámide de "Absolute Elsewhere" (2024), pero qué genios…
“The Stargate [Tablet III]” es puro death metal, aunque la articulen pasajes de guitarra acústica y sampleados, con Isaak dando una auténtica lección tras los parches, hasta la urgencia de “The Message [Tablet I]”, segunda suite del álbum y muy diferente a “The Stargate” y sus tres partes, como si Blood Incantation quisieran sazonar la mezcla con algo de doom y bandazos eléctricos de death a toda velocidad, hasta el guiño definitivo a Pink Floyd en “The Message [Tablet II]”, la reverberación en la voz, pura melodía de Gilmour y el órgano dibujando esa profunda sensación de tristeza de “Dogs”, hasta la última salvajada, “The Message [Tablet III]”, once minutos de una composición tan monstruosa que asusta, casi tanto como la valentía de la banda de cerrarla con un outro tan etéreo como bello. ¿Qué más se puede escribir "Absolute Elsewhere" (2024)? Lo escucho una y otra vez, sin parar, en bucle, enloquecido, buscando en sus surcos y, cuando más lo hago, más detalles encuentro. Una auténtica obra maestra.
© 2024 Jota Jiménez