Que nadie lo dude, me gusta tener la razón, como al resto de los seres humanos y el que te diga lo contrario, está mintiendo. Nada alimenta más nuestra falsa sensación de seguridad que creer estar en lo cierto, como si se nos condecorase con una medalla y a la otra persona, se la castigase al inframundo. Y con Fleshgod Apocalypse siempre he tenido razón; “Oracles” (2009) y “Agony” (2011) son sus grandes discos, “Labyrinth” (2013) un magnífico y redondo notable y “King” (2016) pese a lo que dijo mucha gente en su momento, fue un traspiés para la banda, que corrió presta a solucionarlo con un disco de transición que enderezaba la trayectoria, “Veleno” (2019) y vaya si lo han logrado. Más aún tras el accidente sufrido por Francesco Paoli y la carrera de Fleshgod Apocalypse en la auténtica cuerda floja. Para nuestro bien, los italianos se han sobrepuesto, el proyecto goza de buena salud y continuidad y, a pesar de que cuando se filtró el título de este nuevo álbum, “Opera” (2024), temí lo peor, el resultado no puede ser más satisfactorio. Pero, antes de proseguir, debo avisar a todos los curiosos, a los amantes de “Oracles” (2009) y “Agony” (2011), que la banda que ellos conocieron ya no existe, poco o nada tiene que ver el death metal técnico con “Opera” (2024). Y no es porque el álbum que nos ocupa no posea la calidad suficiente, todo lo contrario; este disco reparte con generosidad el talento de Fleshgod Apocalypse, pero los arreglos sinfónicos han cedido espacio a los ominosos coros operísticos y esos mismos arreglos son administrados sin moderación alguna, a paladas. El resultado podrá parecer excesivo a muchos, pero lo cierto es que funciona porque los ingredientes de “Opera” (2024) y sus potentes coros o la voz de Veronica Bordacchini resuenan atronadores, como si Paoli hubiese pensado; “si me van a criticar, que lo hagan con razón” y no podía haber acertado más.
“Matricide 8.21” es la que menos me agrada, pero es algo muy personal, nunca me han gustado los de Kitee (entiéndeme) y, a pesar de que Fleshgod Apocalypse se los comen vivos en “Opera” (2024), no es mi tipo de propuesta, como me ocurre con las guitarras de “Per Aspera Ad Astra”, nada que Paoli no pueda enmendar en un álbum que, aunque acabe con la consabida balada y un outro, posee tanto genio en todos sus surcos que resulta imposible no admirar a la banda y darles la enhorabuena por semejante álbum. Fleshgod Apocalypse cambiaron con “Labyrinth” (2013), pero eso ya da completamente igual, han sabido crecer a lo grande.
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