Corría el año 92, Deicide acababan de publicar “Legion” (1992) y a mí me parecían lo más salvaje del mundo, me sentía como si estuviese acercándome a Satán. Puedes reírte desde tu altar, tras la pantalla de tu móvil, pensando que es una estupidez, pero, cariño, tienes que situarte, en aquella época, yo tenía doce años, ¿estabas tú a esa edad escuchando a Deicide? Seguro que sí, estoy convencido de que te daban el pecho con Venom y Bathory, mientras tu padre hacía tatuajes carcelarios con un compás en tu bíceps aún sin formar pero, en mi caso, escuchar “Legion” (1992) en una cutrísima cinta TDK a tan tierna edad, era lo más parecido a escuchar un exorcismo. Ya sabes, esa sensación de peligrosidad que se va perdiendo con el tiempo, por la que hasta lo más trasgresor suena ya repetido y casi nada te sorprende. Lo cierto es que Glen Benton no cumplió con su promesa de suicidarse a la edad de Cristo y es algo con lo que creo que ambos hemos salido ganando porque, a pesar de los traspiés (que los ha habido y han sido varios, “In Torment In Hell”, “Scars Of the Crucifix”, “Till Death Do Us Part” o el más reciente “To Hell With God”), la carrera de Deicide puede presumir de solidez. A pesar también de la pérdida de Jack Owen en sus filas, Benton ha sabido mantener el tipo y de su última triada, esa que comienza con “In The Mind of Evil” (2013) y prosigue con “Overtures Of Blasphemy” (2018), quizá sea este “Banished By Sin” el más flojo. Josh Wilbur ayuda en la mezcla y el álbum suena tan agresivo como siempre, con un toque más fresco y divertido que antaño (nada más hay que escuchar “From Unknown Heights You Shall Fall” para sorprenderse con semejante golpe de death and roll a la mandíbula del oyente) y descubrir también que Glenn canta más roto que nunca, más afilado que en sus últimas grabaciones, dando la sensación de que el vocalista quiere ir a por todas de verdad, dejándose la garganta en cada una de las canciones. Pero también es verdad que el clásico death de Deicide parece desdibujarse en favor de un thrash/death/roll más accesible, reduciendo lógicamente el impacto de este “Banished By Sin”.
Tras “From Unknown Heights You Shall Fall”, “Doomed to Die” nos clava en la cruz, Steve Asheim es un auténtico animal, y sirve de calentamiento para, ahora sí, la brutal “Sever the Tongue”. No tengo queja alguna en lo musical, lo que no me termina de convencer es la voz de Benton mezclada con ese gañido de bruja poseída en las dobles voces, dando la sensación de que estoy escuchando un dueto con Dani Filth (de nuevo, nada que objetar, amo a Cradle of Filth) y, aunque me guste, no es lo que vengo buscando en un álbum de Deicide, justo lo que me dan en “Faithless”, sonando mucho más clásicos, aunque coqueteen con el dead más melódico en algunos momentos y esas dobles voces me sigan matando, las guitarras de Quirion y Nordberg son como una navaja, me gustan aunque eche de menos a Owen, fundamentalmente en lo que creo que más se nota y es en la composición. “Bury the Cross... with Your Christ” es uno de los puntos álgidos del disco, como el himno épico de “Woke From God”, un auténtico placer que me hace pensar lo que podría haber sido este “Banished By Sin” si hubiesen tirado por este camino y no “Ritual Defied” o “Failures Of Your Dying”, canciones que resultan pero no enganchan y uno siente que rellenan, a pesar de su ferocidad, la homónima “Banished By Sin”, repleta de mala ralea pero justita, como "I Am I…A Curse Of Death" y la final “The Light Defeated” con aires neoclásicos en su solo pero sabor old-school, tan forzado que roza la parodia.
Es un disco divertido, entretenido, genial para escuchar sin ser demasiado crítico si nos queremos verle las costuras, mientras esperamos para que anuncien gira europea y podamos volver a verlos sobre el escenario, pero nada más. Por otro lado, como decía al comienzo de esta crítica, tener a Benton entre nosotros ya es bastante, todo un lujo que Deicide sigan en activo en pleno 2024.
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