Siempre he creído que Necrophobic son los mejores herederos de ese black metal melódico que tan bien supieron pergeñar Dissection en sus dos primeros discos. No estoy diciendo que “ReinkaΩs” (2006) no esté a la altura, jamás podría afirmar semejante tontería cuando el último álbum de la banda es uno de mis discos de cabecera, pero aquello ya no era el black melódico de “The Somberlain” (1993) o “Storm of the Light's Bane” (1995) y, sin embargo, Necrophobic es como si hubiesen continuado el legado de ambos discos, nada muy extraño -aunque sí veo cejas levantadas cuando lo cuento en persona- si tenemos en cuenta que ambos comenzaron su carrera en 1993 y tras “Storm of the Light's Bane” (1995), llegó la publicación del mejor disco de la banda “Darkside” en 1997, justo cuando Jon entraba en la cárcel. Desde entonces, creo que Necrophobic no han fallado ni una sola vez el tiro, quizá “Womb of Lilithu” (2013) no esté a la altura, más aún si tenemos en cuenta que el regreso con “Mark of the Necrogram” (2018) fue un auténtico golpe sobre la mesa, al que siguió “Dawn of the Damned” (2020) y otro notable alto que se apuntaban. También he de ser sincero, “In the Twilight Grey” (2024), aunque es un auténtico misil, es quizá el menos brutal de los tres, y no es porque este no suene inspirado pero, por momentos, he tenido la sensación de no estar escuchando ese black forjado en el infierno para ser testigo de un disco de unos Tribulation más aguerridos, por lo excesivamente accesible y melódico de algunos momentos. No puede ser culpa de Fredrik Folkare, porque comenzó a trabajar con ellos en “Hrimthursum” (2006), con lo que descarto que sea la dirección que el productor les ha hecho tomar y sí la banda, cuando hay canciones como “As Stars Collide” que contrastan con momentos de más pedigrí como “Stormcrow”.
“Grace Of The Past” puede parecer el torbellino habitual de los suecos, pero si prestas atención hay nuevas atmósferas, nuevas formas de atacar la canción que no siempre con su vibrante y pérfido tremolo, es verdad que Joakim parece espolear un caballo y Sebastian y Johan suenan tan afilados como siempre, pero la canción suena más actual que todo lo grabado Necrophobic en los últimos diez años, lo que me parece auténticamente sobresaliente si tenemos en cuenta que siguen sonando como sólo ellos mismos saben. Así como “Clavis Inferni” es puro thrash (pero ennegrecido en el norte de Europa) o “Cast In Stone” es ese death mezclado con black que tan bien sabían parir Behemoth antes de alcanzar las cotas actuales de popularidad. Y llegamos a la mencionada “As Stars Collide” en la que hay dos puntos a destacar; el primero, ese toque pagano, a medio cocer entre lo tradicional y la parodia (en la que Necrophobic no caen, pero por poco) y, segundo, esa accesibilidad que se traduce en una versión simplificada de lo que suelen hacer los suecos, no suena mal, pero no es lo que espero de ellos, más aún cuando “Stormcrow” parece borrarla de un plumazo con un Sebastian tocado por los dioses nórdicos y Anders más agresivo que nunca, algo similar a lo que ocurre en “Shadows of the Brightest Night”, en la que hay que destacar el trabajo de Joakim, en una canción que a muchos les recordará a Watain.
“Mirrors of a Thousand Lakes” no es de las mejores del disco y uno tiene la sensación de que es por eso que “Nordanvind” parece venir al rescate, recordándonos tiempos mejores, como la larga “In the Twilight Grey”, en la que Necrophobic salen airosos de sus ocho minutos gracias a su talento y contiene algunas de las guitarras más épicas del conjunto, siendo la mejor manera de concluirlo, ya que "Ascension (Episode Four)" es tan sólo un outro. Quizá no sea tan impactante como los anteriores y cueste un poco más hacerse con él, pero “In the Twilight Grey” (2024) sigue asfaltando el camino de una banda brillante y magistral, como siempre.
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