Poco tengo que decir de Vltimas a estas alturas; Morbid Angel son una de mis bandas favoritas y Mayhem ocupan un lugar especial en mi corazón, por lo que recibí con los brazos abiertos la publicación de un álbum como "Something Wicked Marches In" (2019) que me permitió ver de nuevo sobre un escenario a David Vincent y a Blasphemer, además de resultar una grabación lo suficientemente sólida como para permanecer girando durante un tiempo. Además, pude verlos en directo en tres ocasiones y conocerlos en persona, ¿qué más podía pedir? Tras los devaneos de Vicent con el country, parecía que Vltimas sería su proyecto definitivo y este “EPIC” (2024) confirmar su grandeza y terminar de consolidar la carrera de la banda, pero va a ser que no y lo digo con todo el dolor de mi corazón. Producido por el genial Jaime Gomez Arellano, el problema no reside en la grabación o producción, tampoco en la ejecución sino en la escritura y composición, llegando a experimentar la misma desilusión que cualquier seguidor de Morbid Angel pudo sentir con "Illud Divinum Insanus" (2011). No es que Vltimas tiren por el metal industrial de bajo ocatanaje, sino que en “EPIC” (2024) da toda la sensación de estar escrito con poco cariño, pensando más gustar al público y perseguir el ego de cada uno que en sonar como una banda. Si "Something Wicked Marches In" (2019) funcionó fue porque estaba la voz de Vincent sonando como siempre y la guitarra intrincada de Blasphemer, con una base rítmica de infarto, en este álbum que nos ocupa, parece que Ype y Flo están más ocupados en la floritura y sonar ellos, como Blasphemer no parece traer lo más oscuro de su filo y Vincent canta de una manera que no encaja para nada en las canciones del álbum, en lugar de su arenosa garganta death, parece que, por momentos, estoy escuchando una mezcla de sermón de iglesia con un tenor que pasa sus ratos libres en una banda tributo a Pantera. Nada que objetar, habrá a quien le guste, y piense que exagero, pero basta escuchar canciones como “Praevalidus” o “Diabolus Est Sanguis” para, acto seguido, hacer lo propio con una tontería como “Miserere” y darte cuenta que algo ha cambiado, para mal.
No es que “Miserere” sea horrenda, pero sí suena a chiste, igual que la propia “Epic”, tras la introducción que es “Volens Discordant”, tanto que cuando suena “Exercitus Irae” parece que haya sido un descarte de "Something Wicked Marches In" (2019) por su agresividad y la forma en que las guitarras centrifugan su riff, es tanta la diferencia con naderías como “Mephisto Manifesto” -y su capacidad para herir el amor propio de cualquier seguidor de Vltimas, Morbid Angel o Cryptopsy- que podría jugarme el brazo derecho a que no forman parte de la misma composición, del mismo momento. “Mephisto Manifesto” es sonrojante, como “Scorcher” y “Nature’s Fangs” son puro relleno, siendo la primera claramente superior, todo hay que decirlo. “Invictus” es la otra canción del disco que junto con “Exercitus Irae” merece la pena, no es lo mejor que ha grabado Vincent, pero el trabajo de las guitarras es estupendo, el riff posee fuerza y las disonancias le sientan maravillosamente bien, además de que Flo parece al servicio de la canción y no empeñado en lucir su habilidad o Vicent recupera su característico tono rasgado y roto. Tan sólo dos canciones de un álbum de nueve que cierra con la misma desgana de la que hace gala a lo largo de todo su minutaje, “Spoils Of War” es un auténtico horror, garrafón del bueno para hacerte no querer pegarle otro trago a “EPIC” y tener más claro que nunca que si la cosa no mejor, este proyecto tiene, por desgracia, los días contados.
Es una lástima que Vicent no sea capaz de recuperar la relación con Trey, que todo lo que haya grabado después no esté a la altura de su magnífico legado y que el cartucho de Vltimas sea arruinado así, pero es la cara y la cruz de casi todos los genios; en su propio talento también está implícita la capacidad para malgastarlo.
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