Cada vez que escribo sobre un disco que no cubre mis expectativas, parezco más enfadado de lo normal y no es mi intención. Pero, ¿sabes esa sensación de cuando sabes que alguien puede darte más y sientes que está a medio gas? Pues eso es lo que me ocurre con Ministry. Creo que viví una gran época de la banda, los noventa y siento que aquella resaca tuvo una excelente réplica con aquellos discos de primeros de los dos mil, justo cuando Al Jourgensen aseguraba que colgaba las botas y se marcaba su propio No More Tours, para luego desdecirse y volver al ruedo, pero es honesto recordar que tras aquel “Cover Up” (2008), la banda no ha hecho que llegue a la altura de ”The Last Sucker” (2008), “Rio Grande Blood” (2006) -¡qué grandes giras aquellas, por favor, qué recuerdo tan bueno!- y nos tenemos que acostumbrar con el talento de Jourgensen soltado en pequeñas dosis, con cuentagotas, en proyectos inanes y discos que no llegan siquiera al aprobado, como “AmeriKKKant” (2018), “Moral Hygiene” (2021) y este “Hopiumforthemasses” (2024), del que tengo que conformarme con canciones como “Goddamn White Trash” (con Pepper Keenan) o “Just Stop Oil” que, siendo de lo mejor del disco, no dejan de ser refritos de los noventa, con sonido regulero y sin ningún tipo de originalidad. No le estoy pidiendo a Al Jourgensen que grabe algo a la altura de “ΚΕΦΑΛΗΞΘ [Psalm 69]” (1992) o “Filth Pig” (1996), por supuesto tampoco “The Mind Is a Terrible Thing to Taste” (1989), pero me conformaría con algo al nivel de “Dark Side Of The Spoon” (1999) o “Animositisomina” (2003), porque la era en contra de Bush, como escribía líneas más arriba, resulta auténticamente sobresaliente.
Ministry suenan bien, César Soto y Monte Pittman a las guitarras se aseguran de que así sea, así como Roy Mayorga y Paul D’Amour, junto a John Bechdel, pero semejante formación se merece una dirección clara, darles forma a canciones con mayor inspiración y ser parte de un disco a la altura estos sus músicos. Desconozco qué tiene en la cabeza Al Jourgensen, cuál será su siguiente paso, si de verdad esto es el fin de Ministry, si es cierto que todo se acabó, pero la banda da la sensación de estar en su estertor final. Si alguien me preguntase cómo entrar en el mundo de Ministry para entender su importancia en la música, desde luego que no recomendaría “Hopiumforthemasses” (20204), ni nada de lo grabado en los últimos quince años, pero quizá me esté complicando y tomándomelo todo demasiado en serio, quizá sólo sea divertirse y tal -como dicen muchos- pero prefiero caminar descalzo sobre un sendero de piezas Lego a volver a escuchar este álbum.
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