No puedo decir que "Carpe Diem" (2022) fuese malo, pero no me llegó como sí lo hicieron “Battering Ram” (2015) o “Thunderbolt” (2018), quizá porque los disfruté en directo y en mi cabeza tomaron vida, mientras que con el último eso no ha pasado o quizá, mucho más plausible, porque las canciones de aquellos dos eran directas y daban buena muestra de los mejores ingredientes de los ingleses. Así pues, ¿fue "Carpe Diem" (2022) un mal álbum? Para nada, contiene grandes canciones y una ejecución impoluta por parte de una maquinaria fiable y bien engrasada como son Saxon, una banda, con el incombustible Biff Byford al frente, de las que ya empiezan a escasear; aquí no hay tonterías, no hay errores, ni tomaduras de pelo, hay cinco músicos para los que su arte lo es todo, cinco obreros del rock que se dejan el culo en la carretera y forman parte de la historia de la música. Paul Quinn ha dejado las giras y Brian Tatler (Diamond Head) ha tomado su relevo, tanto en estudio como en directo, dándonos la oportunidad de disfrutar de su talento sobre las tablas, aportando su afilada guitarra a un resultado que, a pesar de lo aguerrido, no deja de sonar a Saxon por los cuatro costados, Tatler es tan fiable como Byford, Glockler, Carter y Scarratt y han grabado un nuevo álbum, "Hell, Fire and Damnation", producido por Byford pero mezclado por ese genio que es Andy Sneap (Judas Priest) que suena contemporáneo, a pesar de haber sido pintado con los colores más clásico de Saxon, dando como resultado un disco directo, épico por momentos, efectivo, bien ejecutado y con algunas canciones que, sin duda, ganarán aún más en directo.
Cada vez me cansan más las introducciones, no puedo negarlo y eso es lo que es “The Prophecy”, hasta la brillante entrada del single "Hell, Fire and Damnation" y sus entrecortadas guitarras con el alarido de Byford, ¿estoy soñando? ¿cómo es posible que suene como si el tiempo no pasase, un auténtico placer; un estribillo sencillo pero efectivo y Scarratt y Tatler sonando verdaderamente magistrales tras un solo a doble banda. “Madame Guillotine” es aún mejor, puramente Saxon, cuando saben hacer sonar sus canciones como sólo ellos saben, “Fire And Steel” recuerda a las ráfagas de “Rapid Fire”, Quinn retoma su guitarra, repitiendo también en la estupenda “Super Charger” a modo de brillante cierre, demostrando que quien tuvo retuvo. “There’s Something in Rosewell” me parece todo lo divertida que puede ser una canción de este palo en pleno 2024 y, sin ser vibrante, es el clásico single que se pega, como el hard rock que es “Kubla Khan and the Merchant of Venice”, resultando mucho más una “saxonada” como “1066” mientras que "Pirates of the Airwaves" es quizá menos original y junto con “Witches Of Salem”, lastran un poco un álbum con un número final como es “Super Charger” y semejante apertura del álbum.
Sin embargo, "Hell, Fire and Damnation" supera al músculo exhibido en "Carpe Diem" (2022) y nos trae de vuelta a Saxon en estado puro, como si el tiempo nunca hubiese pasado y la promesa de disfrutarles de nuevo en la carretera. Podría escribir que suena atemporal pero quizá me equivoque y no se trate tanto del sonido o del disco como de la inmortalidad de una banda irrepetible, que está viviendo una madurez envidiable y sigue grabando grandes discos. Escucharlos es volver a casa, a tu adolescencia, es viajar con su música y sentir que la otra parte sigue cumpliendo. ¡Gloria para Saxon!
© 2024 Lord Of Metal