Siempre me ha parecido curioso que, a pesar de los cambios en su formación, Dying Fetus hayan sabido conservar toda su esencia, esa mezcla social con la contundencia del death más brutal. Y es que, si lo piensas, únicamente John Gallagher resiste contra viento y marea, mientras que Sean ya lleva la friolera de veintidós años y Trey, dieciséis. ¡No son ningunos novatos! Pero, sin embargo, discos como "Purification Through Violence" (1996), "Killing on Adrenaline" (1998), "Destroy the Opposition" (2000) siguen siendo una sombra demasiado alargada sobre la discografía de una banda que, pese a ello, han grabado “Stop at Nothing” (2003), “War of Attrition” (2007), “Descend Into Depravity” (2009) y el brutal "Reign Supreme" (2012), títulos que son capaces de mirar de frente a bandas más jóvenes y seguir cimentando la leyenda de Dying Fetus, tal y como pude comprobar de nuevo en su última gira, presentando "Wrong One to Fuck With" (2017), resultando una auténtica brutalidad sobre las tablas, como las últimas seis veces que he tenido el placer de verlos, un trío sin fisuras, que funciona como un auténtico motor. “Make Them Beg for Death”, producido Steve Wright, es la continuación de aquel, habiendo tardado seis años en entrar al estudio (descontemos los años de pandemia, claro) que se han hecho eternos en una banda como Dying Fetus, que no necesita de semejante tiempo porque gozan de una salud envidiable.
Porque no hay nada que me guste más que pinchar un disco de Dyng Fetus y, como ocurre con la inicial “Enlighten Through Agony”, es escuchar la batería de Trey con la guitarra de John escupiendo riffs, que uno sabe que está escuchando el disco adecuado, Trey castiga los parches sin piedad, haciendo sonar la canción como si fuese un thrash embrutecido con el death y la alternancia de voces, más parecidos a Carcass que a los Fetus más clásicos. Una muestra más del talento de Gallagher, Beasley y Williams, es “Compulsion for Cruelty” y ese toque melódico sin que por ello abandonen su férrea estética, como ocurre con la robusta “Feast of Ashes” y la forma en la que John lanza sus afiladísimos riffs o los ‘fills’ de Trey en “Throw The, In The Van” (haciendo gala de su humor negro), “Unbridled Fury” es un auténtico clásico desde el momento de su primera escucha, alternando la violencia del habitual tempo de Fetus con la agresividad del groove, ese del que presumen en “When The Trend Ends”, más cerca de bandas ajenas al death y que a Fetus les sienta tan bien (he escuchado comentarios de algunos seguidores asegurando que esto no es lo que esperan de uno de sus discos, una auténtica estupidez cuando lo que la banda nos ofrece viene en bandeja de plata).
Pero, para esos más auténticos y fuertes que el vinagre, está "Undulating Carnage" y la sensación de que la banda es una apisonadora, triturando cráneos. Pese a todo, la recta final del disco flaquea en inspiración, que no pegada, y canciones como “Raised in Victory / Razed in Defeat” y el hachazo de “Hero’s Grave”, no se sienten a la altura de la primera cara de un disco que, sin embargo, cierra con un single en potencia como “Subterfuge”, quizá no su mejor exhibición pero sí tan aguerrida como pegadiza, con un cambio de ritmo en el que Trey nos hace surcar los cielos del brutal death sobre su batería. “Make Them Beg for Death” es un gran disco, firmado por una banda que suena como un clásico atemporal en vida, una producción actual y efectista, que no busca emular lo logrado con "Purification Through Violence" (1996) o "Killing on Adrenaline" (1998), sino seguir acumulando muescas en la culata. Si giran de nuevo presentándolo, allí estaremos, Dying Fetus nunca decepcionan; ni en estudio, ni en directo.
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