SETLIST: Comfortably Numb/ The Happiest Days of Our Lives/ Another Brick in the Wall, Part 2/ Another Brick in the Wall, Part 3/ The Powers That Be/ The Bravery of Being Out of Range/ The Bar/ Have a Cigar/ Wish You Were Here/ Shine On You Crazy Diamond (Parts VI-VII, V) / Sheep / In the Flesh / Run Like Hell/ Déjà Vu/ Is This the Life We Really Want?/ Money/ Us and Them/ Any Colour You Like/ Brain Damage/ Eclipse/ Two Suns in the Sunset/ The Bar (Reprise)/ Outside the Wall/
¿Por qué escuchamos a un tipo como Roger Waters? ¿Porque ha firmado el que quizá sea uno de los cinco mejores discos de la historia del rock? ¿Porque fundó Pink Floyd y junto a ellos compuso canciones verdaderamente inmortales? No, no es sólo por eso, escuchamos a Roger Waters porque a sus casi ochenta años todavía tiene algo que decir, porque no se calla, porque te hace pensar, porque te hace ser crítico contigo mismo y buscar más allá de la corriente, porque banaliza el calado de Pink Floyd y, sin desprestigiar lo grabado, se permite regrabar “Comfortably Numb”, porque te hace desconfiar de lo políticamente correcto, del buenismo, porque el tiempo le ha dado la razón frente a Gilmour, en lo musical y extramusical (líbrame de las aguas mansas…), porque me gusta la gente que va de frente, porque no me gustan los dobleces y sí, también porque posee un repertorio que goza de plena vigencia en estos tiempos turbulentos y grises que nos han tocado vivir en los que la obra de Orwell y Huxley ha dejado de ser distópica para convertirse en toda una certeza, al igual que “Animals” (1977) pero también “The Dark Side of the Moon” (1973), "The Wall" (1979) o "The Final Cut" (1983). Seguimos acudiendo a ver a Roger Waters y le vemos caminar entre el público, abriéndose paso mientras suena “Comfortably Numb”, relegada a introducción, porque quizá sea uno de los últimos músicos, creadores, verdaderamente auténticos del último siglo.
Un concierto en el que Waters parece desprenderse de sus números principales con la versión de “Comfortably Numb” compuesta durante el confinamiento y, lógicamente, las coreadas “The Happiest Days of Our Lives” y las dos partes de “Another Brick in the Wall”, si había alguno que deseaba escuchar el célebre estribillo, podría abandonar el concierto e irse a por cerveza sin problema alguno. Pero, por extraño que parezca, el concierto de Waters despegó de verdad con “The Powers That Be” y la impactante mención a todos aquellos caídos a causa de la brutalidad policial, sin olvidar “The Bravery of Being Out of Range” y la íntima “The Bar” que, lógicamente, pierde comba cuando lo que viene es “Have a Cigar” y las magníficas imágenes que acompañan a la música, transportándote a una época, por no hablar de “Wish You Were Here” y la historia de Syd, coreada por miles de gargantas, o la inclusión de “Shine On You Crazy Diamond (Parts VI-VII, V)”.
© 2023 Publius Enigma
Fotos y disco firmado © 2023 Blogofenia