Sorprende la poca repercusión que está teniendo este nuevo EP de Ihsahn, “Fascination Street Sessions”, quizá porque, al fin y al cabo, son tan sólo únicamente tres canciones que saben a poco, quizá por eso “Telemark” (2020) y “Pharos” (2020) sí recibieron una atención desmesurada y esta tercera entrega está pasando de puntillas o, mucho más plausible, porque “Fascination Street Sessions” nos muestra a un Ihsahn conservador, poco arriesgado, en tres canciones que no demuestran de lo que es capaz y tampoco son lo suficientemente jugosas como para servir de aperitivo para un futuro álbum, dando la sensación de que lo grabado en “Telemark” (2020) y “Pharos” (2020) sí tenían un trabajo detrás mucho más profundo en el apartado compositivo, quedando claramente relegado a una posición más discreta pero, ¿qué ha pasado para que sea así? Partamos de la base de que cualquier que haya leído esta web durante los últimos doce años, sabrá de nuestra pasión por el noruego; esa que nos llevó a ser testigos de la presentación en directo de “Eremita” (2012) con Leprous como banda de acompañamiento, ver a Emperor en tres ocasiones y perder, literalmente, una pierna en sus primeras filas mientras nos pegábamos con un alemán en dura competición por la púa y el setlist de la gira aniversario de "Anthems to the Welkin at Dusk" (1997) -debo informar que ganamos semejantes trofeos, a riesgo de quedar mutilados de por vida- por lo que, con mucho respeto y toda la humildad posibles, nadie puede acusarnos de no conocer su música o haber escrito cientos de líneas de tinta electrónica, alabando la versatilidad y maestría de Tveitan. Es por eso que a Ihsan le pedimos más o, siendo justos, el mismo nivel al que nos ha tenido acostumbrados durante toda su carrera. “Fascination Street Sessions” es rácano en su duración pero, lo peor de todo, es que también lo es en su alcance; está claro que es un EP en el que hay tres canciones, con dos colaboraciones y una versión, que Ihsahn parece haber grabado mientras coqueteaba en los célebres estudios y su intención no ha sido más que compartirla pero, mientras “Telemark” (2020) y “Pharos” (2020) ofrecían pequeñas ráfagas de su genialidad, de esa magia con la que siempre nos ha recompensado y la posibilidad de próximos lanzamientos siguiendo esa línea, “Fascination Street Sessions” ofrece el material más estándar y predecible que posiblemente haya grabado en toda su carrera.
“The Observer”, con el teclista Øystein H. Aadland y la ayuda de Tobias Ørnes Andersen a la batería, demuestra que el programa de producción de la URM Academy no podría nunca producir un disco que sonase mal cuando cuentas con Jen Bogren. “The Observer” posee los claroscuros, las voces rasgadas y los medios tiempos en los que Ihsahn evoca a Opeth, hasta tal punto que el sonido es calcado al de la banda de Mikael y las melodías de los arreglos y su forma de cantar nos hacen pensar en más de una ocasión en los suecos progresivos por excelencia, pero no; “The Observer” carece de la excitación, de la sorpresa y aquellas partes más calmadas terminan por llegar al tedio. No es una mala canción, pero no lo que espero de Ihsahn, no la composición de un artista que siempre ha sonado valiente y nunca se ha confiado en componer una canción que, simplemente, suene bien. “Contorted Monuments” cambia radicalmente y, mientras que no es black ni tampoco post, la afilada voz de Ihsahn la lleva a otra dimensión, además de los teclados, haciéndote sentir algo muy diferente. La prueba de fuego es escuchar la instrumental, sin voz, y percatarse que “Contorted Monuments” debe a la voz toda su tensión, cuando lo que escuchamos es una pista de hard a la que el teclado embellece y la garganta rasga, pero carece de esa marca que debería dejarnos, de ese veneno por el que siempre queremos volver una y otra vez a los discos de Ihsahn.
Para finalizar, “Dom Andrea” de KENT, con la ayuda de la bonita voz de Jonas Renkse, fiel a la original en sus arreglos (sencillo comprobarlo en la era del streaming, invito al lector) y que Renkse e Ihsahn embellecen pero, no obstante, son incapaces de lograr que “Fascination Street Sessions” remonte, levante el vuelo, y quede relegado a una curiosidad para los más fieles. No puedo mentir, seguramente pase por caja, pero tampoco puedo asegurar que sea lo mejor que ha grabado porque me ha dejado tan frío como uno de los gélidos fiordos de nuestra querida Noruega.
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