Cuando afirmas que el último álbum de una banda es sobresaliente, rápidamente llegan las comparaciones. “Innate Passage” de Elder, no necesita mirar atrás, únicamente para darte cuenta del camino recorrido y no para medir sus cualidades con “Dead Roots Stirring” (2011), “Lore" (2015) o "Reflections of a Floating World" (2017), porque es un disco en el que los de Fairhaven parecen aventurarse en su propio sonido y crecer, pero no dejar de sonar como sólo ellos saben; tomando todas las influencias que les han hecho grandes y pasándolas por tu propio tamiz. Un álbum que, lógicamente y como el de muchos otros artistas, nació en pleno confinamiento, aunando lo mejor de su cara stoner y aquella doom, conformando cinco canciones que contienen tantos cambios de ánimo y pasajes que se suceden de manera tan natural, tan orgánica, que podría asegurar que Elder han virado, por completo, al progresivo. Tal es el caso de “Catastasis”, casi once minutos que nacen con un fortísimo sentimiento doom hasta que entra la voz de DiSalvo, el riff principal de la guitarra de Risberg recuerda a “Parabola” de Tool pero “Catastasis” pronto evoluciona entre arreglos psicodélicos y momentos más dulces y melancólicos, rozando la introspección en las estrofas. Simplemente magnífica desde su primer segundo.
"Endless Return" recuerda a Rush, una referencia enorme para cualquier banda, pero es que la canción destila encanto setentero progresivo por los cuatro costados, por no mencionar el interludio o puente central que convierte los últimos dos minutos en auténtico frenesí con Donovan y Edert aupando la guitarra de Risberg hasta un clímax que, por desgracia, no pueden alcanzar por el maldito fade out o desvanecimiento en la producción. Desconozco si es algo plenamente pretendido o decidieron cerrar semejante canción de una manera tan inofensiva.
“Coalescence” parece un interludio que quiere conectar ambas caras de “Innate Passage”, la voz de DiSalvo llega de manera salvadora y el sentimiento liberador es mágico, hasta la recta final con el teclado de Risberg y, esta vez sí, una manera excelente de concluir los últimos compases desatados de una canción que comenzaba de manera tibia y se torna exuberante en su desenlace. “Merged In Dreams — Ne Plus Ultra” es una de las piezas más elaboradas y se siente así, especial, desde su introducción y el magnífico trabajo de Risberg, un músico que desatará su guitarra en “The Purpose”, mucho más directa y con menos recovecos, con una preciosa outro, produciendo la sensación de haber realizado un auténtico viaje cósmico junto a la banda.
“Innate Passage” es tan valiente y mágico que sorprende que Elder no tengan más presencia en muchos carteles. En mi modesta opinión, la banda ha grabado uno de los mejores discos del año pasado, sin duda alguna. Esto es lo que pasa cuando Tame Impala follan con Black Sabbath, mientras Electric Wizard y Pentagram miran.
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