Hace poco, un lector de la web me preguntó si escuchaba tal o cual disco y por qué no lo reseñábamos en la web o blog. Y la única verdad es que no nos da tiempo a escribir sobre toda la música que escuchamos; ni en disco, ni en concierto. Para ello deberíamos dedicarnos en cuerpo y alma a ello, prescindiendo de nuestros trabajos. En el caso de Saor, me da cierta vergüenza no haber escrito antes, porque “Roots” (2013), “Aura” (2014) o “Guardians” (2016) se han convertido en discos para acurrucarme, en música a la que recurro cuando quiero huir de “lo de siempre” y no porque las composiciones de Andy Marshall sean rupturistas con mucha de la música que existe hoy en día en la escena menos comercial, sino porque es, simple y llanamente, bonita; sus paisajes otoñales, guitarras acústicas y vibrantes cabalgadas de metal son uno de los secretos mejor guardados de Glasgow y, ahora que pasará por nuestro país, no se me ocurre mejor forma de celebrarlo que escribiendo unas líneas sobre “Origins”, un disco que llega tras tres años, "Forgotten Paths" (2019), y que suena tan bello y vibrante como cualquiera de los anteriores.
Buen ejemplo de ello es la inicial “Call of the Carnyx”, repleta de épica y diferentes arreglos, tan folkie como blackmetalera, repleta de vericuetos, igual que “Fallen” y su energía nórdica. Las composiciones de “Origins” están repletas de cambios, de estados de ánimo, de progresiones y diferentes melodías, lo que no quiere decir que se disipen o pierdan pegada, todo lo contrario; Marshall compone y articula las diferentes partes de cada canción con maestría, vertebrándolas únicamente con su talento y su cracterístico sonido. Así, cuando “The Ancient Ones” arranca, parecemos ser testigos de una delicada pieza melancólica, hasta que entra la guitarra y la base rítmica; hay una tristeza eterna, pero también la sensación de avanzar y progresar, de no estancarse, de querer llevar la canción allá donde otros no se atreven, de dotarla de un elemento cinemático que parece querer contarnos una historia y, cuando “Aurora” se convierte en la más agresiva, es justo cuando entra su puente y estribillo, repleto de belleza, para mostrarnos que Marshall posee suficientes ases bajo la manga, en forma de recursos, como para grabar la canción por la que muchos otros artistas suspiran. No es una exageración, su épica final lo confirman y cuando “Aurora” concluye cuesta no recordar el nombre de un genio caído como Valfar, no es por casualidad, seguramente que Marshall ame su música tanto como nosotros.
“Beyond The Wall” comienza de manera clásica, para apaciguarse en las estrofas y crear un puente central en el que la calma es engañosa, tanto como para volver rápidamente allá donde Saor sabe que nos emocionará. Me gusta el efecto de la guitarra en la final “Origins”, el delay no es un pedal del que se abuse demasiado en el black y, menos aún, con la señal sin colorear, acercando la canción a otros territorios (más ingleses y menos nórdicos) hasta que entra la batería. Con todo, lo mejor es la sorprendente manera de resolver la canción con toda la melodía del mundo, en lo que parece una celebración de un álbum en el que Andy es acompañado únicamente por Sophie o Dylan Watson tras los parches y bajo la bonita portada de Anaïs Mulgrew produce la sensación de estar escuchando a una banda al completo; compenetrada y en estado de gracia.
© 2022 Mick Brisgau