Así escrito, parece hasta fácil; sólo necesitas una banda de alto nivel instrumental, que suene potente y agresiva, que suene tan ampulosa y desbordante como una de power, pero tan contundente como una de death, con la melodía del death melódico y el desgarro del core, todo eso acompañado de arreglo sinfónico y profundos growls. Sobre el papel, como antes escribía, parece sencillo, pero lo logrado por los de Connecticut no está al alcance de muchos. "Primordial 2016) y "Reclaimer" (2017) sentaron las bases de una propuesta que redondearon con "Melancholy" (2019, mi favorito y el mejor hasta la fecha, logrando que el gran público -ese que se ha subido al carro de manera apresurada- estuviese deseando la publicación de “Elegy”. Y, para qué mentirnos, Shadow Of Intent no han decepcionado; “Elegy” es un álbum que requiere escuchas, pero no porque sea de difícil acceso o de poca calidad, sino porque, en lugar de grabar un buen álbum, con grandes singles, Shadow Of Intent han preferido grabar un disco perfectamente balanceado, no solamente en el plano instrumental o compositivo, sino que sus esfuerzos han sido lo suficientemente generosos como para que las trece composiciones (incluida la trilogía final) estén a un grandísimo nivel.
“Farewell” se va cociendo poco a poco, de los arreglos sinfónicos y operísticos coros a la brutalidad en la que Ben Duerr se erige como rey absoluto sobre Monias y Butler, repletos de groove, bajo la producción del propio Wiseman, que ha conseguido un disco literalmente perfecto; en el que hay espacio para cada instrumento, escuchándose cada matiz incluso cuando entran a la melé. Es esa maestría la que logra que “Saurian King” nos agarre por el cuello desde el primer segundo, gracias a los cambios de tempo; a la barbaridad de cinco minutos y medio de puro deathcore sinfónico con ramalazos progresivos que convierten canciones en auténticos viajes (ojo al cambio en el 03:55, porque es capaz de resucitar a un muerto). “The Coming Fire” aúna lo mejor de Shadow Of Intent; Butler está desatado, Duerr suena profundo y puedes imaginar a todo un festival coreando, mientras que “Of Fury” es el single perfecto, gracias a su melodía. No es accesible por fácil, está más cerca del death metal melódico nórdico que del deathcore, pero funciona de maravilla dentro de “Elegy”.
“Intensified Genocide” es pura visceralidad, mientras que “Life of Exile” muestra la cara más oscura, pero también contenida y diabólica en ese intento por no desbocarse, para Wiseman se lance a un solo repleto de melodía, antes de que el músculo gane la partida en "Where Millions Come To Die" con Phil Bozeman (Whitechapel) echando una mano en la parte vocal. Otro buen ejemplo de que Shadow Of Intent van a por todas, junto con “From Ruin… We Rise”, lo más parecido a un auténtico single que han publicado (junto a “Of Fury”), o el dueto con el mítico Chuck Billy (Testament) en "Blood In The Sands of Time", nombres que también dan testimonio de que Shadow Of Intent no están solos, de que su meteórico ascenso no es una fantasía de unos pocos sino que es algo que se palpa. Para finalizar, la instrumental “Reconquest”, quizá la única pieza que no encaja en el disco, sino fuese porque el verdadero final es ese tour de force titulado “Elegy” y articulado en tres partes; “Adapt”, coral e introductoria del torbellino que es “Devise” y la bajada a los infiernos con “Overcome” y quizá el ‘growl’ más bestia y extenso, jamás cantado por Duerr.
Como explicaba más arriba, “Elegy” no posee la inmediatez de "Melancholy", pero ello no puede ser visto como un defecto cuando el álbum posee su propia naturaleza y gana con cada oportunidad que el oyente quiera darle. Como también afirmábamos con el anterior "Oh What The Future Holds" de Fit For An Autopsy, “Elegy” es otro de los grandes discos de este año que acaba de comenzar.
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