Zakk Wylde es ese tipo de persona a la que perdonas cualquier traspiés porque es tan fiel que cuesta dejar de quererle. Sólo así se puede explicar el feo de Ozzy o Sharon prescindiendo de sus servicios y el silencio sepulcral de reproches con el que el rubio guitarrista ha decidido no formar parte del espectáculo y esperar pacientemente su turno, si es que llegaba y, por suerte para todos, ha llegado. Pero, mientras tanto, no se ha dormido en los laureles y en solitario, con Black Label Society o su divertido proyecto Zakk Sabbath, el bueno de Wylde no ha parado quieto. ¿Quiere ello decir que “Doom Crew Inc.” es lo mejor que ha grabado a lo largo de su ya dilatada carrera? No, para nada, aún a un gran nivel, mirando de tú a tú a un disco como “Order Of The Black” (2010), sigue siendo "The Blessed Hellride" (2003) aquel con el que todos suspiramos y el resto de su discografía, aunque en la mayor parte de sus pasos jamás haya bajado del notable, tampoco ha logrado desbancar a aquel. Sus detractores (porque de todo hay en la viña del Señor) argumentarán que es un pesado con los solos; que no son más que la pentatónica recorrida una y otra vez a lo largo del mástil de sus guitarras Wylde Audio, tiñendo la señal con sus ya habituales flanger, chorus y Wah para darle expresión. ¿Qué le vamos a hacer? Con semejante profundidad de argumentos podríamos desmontar a casi todos los grandes guitarristas de la historia del rock, pero lo que está claro tras escuchar “Doom Crew Inc.” es que Wylde es capaz de firmar robustos riffs repletos de electricidad, pese a las críticas y el paso de los años.
Producido por él mismo y mezclado por John DeServio, todo queda en casa y, sin embargo, me gusta más el sentimiento y las vibraciones de “Doom Crew Inc.” que de otras entregas porque prefiero cuando Wylde se olvida de la acústica y del groove de Pantera para bañarse en su pasión por Sabbath, acercándose más al doom que a otra cosa; “Doom Crew Inc.” es más agradecido porque, aún repleto de solos, va al grano y nos descerraja un tema tras otro, con un impresionante riff principal, olvidándose de la floritura, del armónico artificial metido con calzador, de los dive bombs con el puente, para ralentizar el sonido (“Destroy And Conquer”) o marcarse un single a medio camino entre el hard y el doom, como “Set You free”.
La banda responde y quizá sea esta formación (con Lorina, DeServio y Fabb) la más estable y con aquella con la que Wylde se siente más cómodo; no hay duda de que el que manda es él, pero el resto responden con solvencia y no echamos de menos ningún solo que no se reparta con Lorina, con una base sólida como la de DeServio y Fabb. El doom y el sonido de los noventa se mezclan en “You Made Me Want To Live” o “End Of Days”. La balada es obligada, aunque menos resultona que las incluidas en “Order Of The Black” (2010) o "Catacombs of the Black Vatican" (2014), mientras que hay canciones menores como “Ruins” o “Forsaken” (con un lúbrico riff más propio de Hendrix que de Iommi) que desembocan en el solo hecho canción, “Love Reign Down” y su versión actual, procediendo la original de “Stronger Than Death” (2000), alejando a “Doom Crew Inc.” de una nota mayor.
Pero si venías a por doom, es lo que tendrás en “Gospel Of Lies”, siendo en estas canciones cuando la banda se crece, como “Shelter Me” y quizá el solo más sabroso de todo el álbum, el feeling de “Gather All My Sins” y su contagioso riff, perfecto para abrir cualquier concierto o festival, mientras que “Farewell Ballad” nos devuelve al Wylde de sus famosos “Book Of Shadows”; encanto sureño, piano sobre acústica y solo redondo, evocando el tono de sus ya olvidadas Gibson Les Paul. Si no te gusta Wylde, “Doom Crew Inc.” no hará que cambies de opinión, pero si estás libre de prejuicio alguno, hay pocas cosas más agradecidas que escucharlo y contar los días para ver a su protagonista sobre un escenario; ataviado entre calaveras y cadenas, con su kilt y tocado indio.
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