Los que me conocen, tanto personalmente como a través de mis críticas, bien saben que escribo sobre Behemoth con buen conocimiento de causa. Soy consciente de lo bueno y lo malo de la banda, de la ascensión mediática de Nergal y, lo que es para mí, su proyecto fallido al margen del black death ennegrecido que tan bien practica. De lo que supuso “The Satanist” (2014) para ellos y, nosotros, su público, ese acercamiento a lo que ya logró Jon Nödtveidt en 2006 cuando Dissection se internaron en esa mezcla bastarda de hard rock y black que Nergal supo entender y ahora también, por desgracia, desvirtuar con un disco como "I Loved You at Your Darkest" (2018), que supone la auténtica castración de la bestia mitológica y, quizá lo peor de todo, la senda por la que los polacos continuarán a tenor de los réditos. Por supuesto que sí, soy consciente de todo ello y es por eso que intentaré ser lo más objetivo posible con este nuevo lanzamiento.
“In Absentia Dei” es el testigo de la pandemia que muchas otras bandas también han retratado en forma de evento o cita ineludible ahora que la música en directo está en horas bajas. Alejados de los escenarios, Nergal quería que Behemoth también tuviesen su propio evento en streaming desde una iglesia en ruinas en la que la banda desplegó toda la tecnología y parafernalia posible para ofrecer a sus seguidores lo más cercano a un concierto de auténtico lujo. Sin embargo, mientras examino el vinilo y después de haber visto semejante espectáculo en más de una ocasión, siento tal confusión a la hora de sentarme y ordenar mis pensamientos que he de escribir está crítica de una manera muy diferente, examinando pros y contras.
Comenzando con aquello negativo; quien mucho abarca, poco aprieta y tengo la sensación de que Nergal se involucra demasiado en proyectos que lo alejan de lo verdaderamente importante que es componer y centrarse en Behemoth y su próximo disco en solitario. Muchos pensarán que no tengo razón, pero basta con ver los últimos lanzamientos de la banda para entender que al polaco no le vendría mal enfocar todos sus esfuerzos en su labor compositiva tras un disco tan fácil y olvidable como "I Loved You at Your Darkest" en el que había buenas canciones pero el cuerpo general era mediocre y su acercamiento a una propuesta más digerible por el gran público, arruinaba por completo a la fiera que eran los Behemoth de "Zos Kia Cultus (Here and Beyond)" (2002) o "Evangelion" (2007). Tanto el EP que fue “A Forest” (2020), al alimón con Niklas Kvarforth, como el directo "Live from Maida Vale” (2020), el EP "O Pentagram Ignis" (2019) o los dos volúmenes de Me And That Man no muestran la mejor cara de Nergal o Behemoth y no ocultan tampoco el hecho de que en ocho años tan sólo han publicado dos álbumes, siendo el resto algo completamente accesorio o una mera curiosidad para aquellos que quieran profundizar o entretenerse con canciones del calado de “My Church Is Black”.
Por otro lado, la sensación que todos estos lanzamientos provocan en sus legiones (como a ellos le gusta llamar a sus seguidores) es el de auténtico expolio. Está claro que nadie pone una pistola en la cabeza a nadie para que se compre todo este material, pero cada mes, Nergal acude presto a la cita de anunciar un nuevo lanzamiento discográfico (obviemos merchandising como ropa, pedales de guitarra, toallas playeras, velas o café), en múltiples ediciones o su última idea, Artefacts, publicando material ajeno en edición de lujo y, claro, precio desborbitado. Siendo este último lanzamiento propio, “In Absentia Dei”, aquel en el que es más sangrante (nunca mejor dicho) cuando el seguidor medio puede elegir varios formatos y sólo la opción de adquirirlos todos si quiere tener la firma estampada de una banda que siempre había tenido esa atención con sus seguidores. Dando la sensación de que sólo prima el interés comercial. Nada que objetar, que cada uno venda y compre lo que quiera o pueda, tan sólo dejar por escrito lo que sienten muchos seguidores en redes sociales e intentar dar una explicación del actual concepto de Nergal que tienen muchos antiguos seguidores. Sabiendo, más aún, que el siguiente streaming, emitido en Halloween, también será carne de venta, "XXX Years Ov Blasphemy".
Yendo al tema más técnico, destacar un único punto negativo de semejante grabación y es que, por mucho que parezca un directo, no lo es; la banda interpreta en directo, pero es una grabación en estudio en toda regla, sólo que el estudio escogido es una iglesia y no uno de grabación al uso. La banda suena potente y precisa, no podríamos esperar menos de semejante producto, es lo mismo que felicitarnos porque Nergal no falle un solo en el estudio. Una estupidez.
En lo positivo hay mucho y de ahí la nota que corona esta crítica. Nergal sabe lo que se trama e “In Absentia Dei” es un festín para los sentidos. Las canciones suenan magníficamente bien, la producción es cruda y directa, perfectamente pulida e Inferno, Orion y Seth suenan matemáticamente cuadrados en su ejecución, los arreglos son excelsos y el repertorio escogido denota buen gusto y ganas de agradar; hay que escuchar "Evoe", pero también hay sitio para "From The Pagan Vastlands", "Chwala Mordercom Wojciecha", "Chant For Ezkaton 2000 ev", "Antichristian Phenomenon" o "Decade Ov Therion" y los peajes, aunque grandes, son pocos, como “Bartzabel” o "Wolves Ov Siberia", que es un buen single pero palidece en un repertorio tan contundente. Pero hay más, mucho más, el Blu-Ray incluido es magnífico, “In Absentia Dei” es una experiencia para los ojos. Al margen del teatrillo (que puede gustar más o menos), es un producto que está hecho con mimo y el “concierto” está grabado por varias cámaras en HD, con una interpretación profesional por parte de unos músicos que están gozando de una buena madurez. Nergal a la altura de siempre, haciendo las veces de maestro de ceremonias y showman, mientras que Orion e Inferno son una base rítmica que resuena como una apisonadora y Seth, muchas veces olvidado en las labores promocionales, es un gran guitarrista, plenamente al servicio de unas canciones en las que Nergal necesita de apoyo a las seis cuerdas.
Por lo tanto, “In Absentia Dei” es un gran producto, un buen “directo” que entra por los ojos, con una cuidadísima presentación de lujo, a la altura de una banda que es, muy probablemente, la que más cuidado pone en su merchandising y la calidad de este. No puedo darle menos que cinco estrellas, aunque moralmente sienta que Nergal puede dar mucho más sin esperar tanto a cambio.
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