Ver para creer, tras tantos años escuchando a Cradle Of Filth (en concreto, desde “Cruelty and the Beast”, 1998) si alguien me hubiese dicho que las letras de los de Suffolk se permearían de algo de lo ocurrido en el planeta tierra durante los últimos dos años y nada que no tuviese que ver con los Cárpatos o parido en el siglo XIX, habría pensado que se trata de una broma. Y no es que Filth haya permitido que su criatura se convierta en un plataforma de denuncia social o testigo de los tiempos que vivimos, pero -desde su mismo título; la existencia es fútil- resulta innegable que algunas de las letras escritas por el genio inglés, reflejan parte de los oscuros acontecimientos que hemos vivido durante estos dos años de pandemia mundial, psicosis y, por desgracia, muerte y privación de algunos de los derechos más básicos. ¿Imita el arte a la vida o es la vida la que toma el arte como punto de partida? ¿Acaso no hay nada más terrible que la realidad? Ya escribí hace poco que Schuldiner fue un adelantado a su tiempo, llevando su death metal del gore a la más cruda realidad, allá donde los monstruos dan miedo de verdad y Filth, un romántico empedernido, no ha podido negarse a ello, aunque sea de manera más sutil. Con la incorporación de Anabelle Iratni, tras la marcha de Lindsay Schoolcraft, Cradle Of Filth puede presumir de dos cosas; cierta estabilidad (a excepción de Iratni, los miembros más recientes llevan ya ocho años girando con Dani) y una discografía sólida en los últimos años, alcanzado el notable alto desde “Hammer of the Witches” (2015).
Y no es para menos, "Existence Is Futile" (2021) no pasará a la historia como "Dusk... and Her Embrace" (1996) o el mencionado “Cruelty and the Beast” (1998) pero Cradle Of Filth no se encuentran tampoco en ese momento de su carrera y tampoco es lo que Dani busca. "Existence Is Futile", sin embargo, cimenta la leyenda y la carrera de los ingleses, firmando otro disco de calidad al que muchos tardarán en llegar (olvídate del eufemismo de que “necesita muchas escuchas” para justificar lo que no entra, porque este no es el caso), pero nos trae de vuelta la inspiración a las guitarras de Shaw y Ashok, además de los teclados de Iratni (a la que, por supuesto, hay que darle su tiempo para que se asiente) que parece añadir más reverb que su antecesora, Lindsay, y esto le confiere de más atmósfera aún a lo nuevo de Cradle Of Filth, a sumar a la producción de Scott Atkins, pero tampoco me equivoco demasiado si, pese a ello, afirmo que "Existence Is Futile" es quizá el disco más bruto de Filth, pero con matices.
Tres instrumentales (que ya sabe el lector que no suelo ser amigo de ellas cuando enmascaran la falta de ideas), pero en este caso, y más siendo Cradle Of Filth, están más que justificadas. Tras “The Fate of the World on Our Shoulders”, entra de manera grandilocuente "Existential Terror" con un grandísimo riff y la voz de Dani. Y aquí es donde tengo la que puede ser mi única queja, la voz de Dani suena menos rasgada, menos como una cuchilla y más de pito, más cercana a la hiperactuación de King Diamond (mucho ojo, que amo a Bendix y esto no es una crítica) pero lo que me gusta en uno (cuyo registro es verdaderamente prodigioso) en Dani Filth no, porque echo de menos su capacidad para cortar con su garganta y esa voz de bruja jode-sueños bajo tu cama. Filth cambiará el tono en varias ocasiones, mientras la canción evoluciona y gana en cuerpo. Como tampoco puedo quejarme de dos singles como “Necromantic Fantasies” y “Crawling King Chaos”, ambas suenan a clásicos y mientras que a la primera le beneficia el toque más pesado en la música de los Filth y ese groove, a la segunda le sientan de maravilla las orquestaciones, además del sobresaliente trabajo de Firth y Martus y lo pegadizo del estribillo.
"Here Comes a Candle... (Infernal Lullaby)" da paso a "Black Smoke Curling from the Lips of War", que me parece un tremendo esfuerzo con el diálogo entre Filth e Iratni, esa misma que dota a la existencialista "Discourse Between A Man And His Soul" de la atmósfera que necesita para acompañar su tempo puramente doom. "The Dying Of The Embers" son seis minutos de prog sinfónico hipervitaminado que pasa en un santiamén con Marthus exhibiendo sus dotes como batería, mientras que “Ashen Mortality” es la tregua que necesitamos antes de la melódica y wildeana “How Many Tears To Nurture A Rose?”, repleta de goticismo y, otra vez más, un gran estribillo.
Por desgracia, poco aporta "Suffer Our Dominion" excepto la presencia de Doug "Pinhead" Bradley en la narración, lo mismo que "Us, Dark, Invincible", rápida y al cuello, pero volviendo más denso un álbum que muestra sus mejores cartas en la primera cara y habría agradecido un poquito de mesura pero, claro, estamos hablando de Cradle Of Filth y Dani no sabe lo que es, ¿quién somos nosotros? “Sisters Of The Mist” nos trae el esfuerzo de una banda por aunar el progresivo y la épica con su pasado, con el goticismo que tanto aman, y aunque el resultado sea desigual, nos disparan “Unleash The Hellion” y consiguen que nos olvidemos de cualquier pequeño traspiés. Dani sigue firmando grandes discos y parece poseer la inspiración de sobra para deleitarnos con sus deliciosas y macabras historias. Ya lo escribí con “Hammer of the Witches” (2015) y "Cryptoriana - The Seductiveness of Decay" (2017), y lo repito con "Existence Is Futile", estos son los discos que deberían haber publicado tras “Midian” (2000).
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