Recuerdo con claridad meridiana una noche, hace ya casi siete años, en un autobús justo antes de volar a Barcelona, en la que tuve un momento de clarividencia escuchando ‘’Trophies of Violence’’, el último single que acababa de soltar al mundo un grupo llamado While She Sleeps, del que sabía poco pero que acogí con los brazos abiertos y con la ilusión del que recibe una bocanada de aire fresco en pleno desierto. Por aquel entonces, los chicos de Sheffield ya llevaban más de ocho años luchando por hacerse un hueco en el mundo de la música. ‘’The North Stands for Nothing’’ (2011) era crudo, pesado, la voz de Loz Taylor se te encajaba hasta las entrañas y sus guitarras eran lo suficientemente errantes y desordenadas como para seducir a todo nuevo pasajero que decidiera darles una oportunidad a estos cinco veinteañeros que sangraban cada nota que tocaban.
En 2012, de la angustia descarnada, la desesperación de una generación con terror al futuro, nació su primer álbum de estudio, ‘’This Is The Six’’ (2012) y su grito de auxilio marcó un antes y un después para ellos. Ese mismo año, el festival Kerrang! Relentless Energy Drink Tour los llevó por todo Reino Unido junto a SUM 41 y New Found Glory, dándose a conocer así en el país y descubriéndose como una de las bandas más prometedoras dentro de la escena.
La rebeldía, las ganas de romper moldes, de hacerse oír, de mandar un mensaje esperanzador a todo aquel que los escuchara hizo de ‘’Brainwashed’’ (2015) su gran obra. Aquella en la que echaron el resto, se dejaron la piel, el alma, y se vaciaron tanto que nunca más volvería a ser lo mismo… Lo que vendría después no fue tan malo teniendo en cuenta la perspectiva actual, ‘’You Are We’’ (2017) sentaba las bases del camino que los británicos pensaban escoger a partir de aquel momento; las voces melódicas, los estribillos pegadizos, la simplicidad en las guitarras y las colaboraciones milimétricamente calculadas hicieron acto de presencia y lo demás es historia.
‘’So What!’’ (2019) fue un tortazo con la mano abierta en el peor de los sentidos, una puñalada por la espalda acompañada como es habitual de un corte de pelo y un cambio de look por si a alguien le quedaba alguna duda que no eran los mismos. Ahí ya nos empezaron a meter la electrónica con calzador, a Loz Taylor le faltó la pandereta para escenificar que no pintaba nada ahí; Matt y Sean hacía mucho que habían tomado el mando haciéndolo, eso sí, peor que el capitán del Titanic.
Con estos antecedentes es obvio intuir que no iba con demasiadas ilusiones en el momento en el que le di a play a ‘’Sleeps Society’’ (2021) y deseé con todas mis fuerzas ser objetiva con aquello que escuchaba y olvidarme de lo que había significado para mí este grupo y lo mucho que me había decepcionado en los últimos años. Pero no pude, no pude porque el disco es malo con ganas, no hay por dónde cogerlo y eso midiéndose con el bajo rasero de saber que hace mucho tiempo que While She Sleeps no valen más que para ser escuchados por aquellos que recurren a la música de usar y tirar, los que siempre afirman que el último disco de sus grupos favoritos es el mejor que han sacado nunca, careciendo totalmente de un mínimo criterio que te haga dudar por un segundo de si lo que dicen es verdad o no.
Hace mucho que este grupo no tiene alma, pero lo que jode es que sí la tuvo, que tuvieron la oportunidad de cambiar las cosas dentro de un género obsoleto y tocado de muerte. Hay quienes nos hemos hartado ya de escucharlos gritar a los cuatro vientos que luchan diariamente contra una industria mercantilizada a la que solo le preocupa el dinero y que son independientes mientras firman con Universal. Que ya no se los cree nadie, con sus mensajes sobre revoluciones que se les quedan grandes, esa falsa preocupación por los problemas adolescentes mientras se colocan la gorra hacia atrás al más puro estilo Señor Burns.
Habrá quien ya haya hecho arder su antorcha por esta crítica, quien crea que no tengo ni puta idea porque “Sleeps Society” es un discazo. Quien disfrute con su música y siga vibrando como el primer día. A todo aquel que haya sentido rechazo durante esta lectura solo puedo recordarle que yo también estuve ahí un día, no hace demasiado, y disfruté y sigo disfrutando de lo que fueron, como lo hice todas y cada una de las veces que los he visto en directo, porque fueron grandes y brillaron aunque a día de hoy nos quede la amarga sensación de que solo lo hicieron durante unos segundos.
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