Resulta difícil escribir la crítica de este EP por el motivo obvio; Alexi ya no está con nosotros. Por un lado, no soy amigo de escribir sobre EPs, singles o splits, ya que no suelen reflejar el estado de la banda sino poco más que unas pocas canciones que, en el mejor de los casos, siempre mejoran en el conjunto de un álbum y, si es una colaboración, no son significativas de lo que los artistas son capaces de lograr. A mi cabeza llegan algunos splits que sí que han supuesto algo importante, como Blut Aus Nord, Full Of Hell o, mi favorito y auténtico Santo Grial del coleccionismo, la colaboración de Xasthur con Leviathan publicada en Profound Lore Records. Y tampoco puedo obviar el hecho de que, si Alexi siguiese en este mundo, seguramente, no habría escrito sobre "Paint The Sky With Blood". Además, he de ser plenamente honesto contigo, que lees esta crítica, el fallecimiento del guitarrista y compositor cambia por completo la percepción de estas canciones, me explico; si Bodom After Midnight estuviesen en su camino para publicar su primer álbum, este EP sería un pequeño alegato y tendrían que demostrar todo lo que son capaces tras la desaparición de Children Of Bodom. Por el otro lado, al haber desaparecido Alexi, este EP se convierte en el testamento de una brillante carrera en el metal. Resumiendo, son las mismas canciones, pero no son la introducción de una nueva banda, sino la despedida de un grandísimo músico que ha logrado incluir su nombre en el panteón del metal extremo y, por consiguiente, en la historia de la música. Respeto, respeto y respeto, por Alexi y los buenos momentos que nos ha traído él y su genio.
También resulta difícil porque en mi cabeza se agolpan todos esos dulces momentos; la primera vez que los vi en directo, la última, la decena de actuaciones entre medias, haberlos podido disfrutar en persona, haber comprado sus discos y haberlos escuchado incluso cuando muchos seguidores les dieron la espalda por haber cambiado (“Are You Dead Yet?”, 2005) y ese resurgimiento con "Halo Of Blood" (2013) con una gira estupenda que, por suerte, no sería la última que pude ver de la banda. Alexi era un músico inquieto, genial con la guitarra pero enorme en sus influencias, imposible pedirle que se estuviese quieto, imposible pedirle que grabase una y otra vez "Follow the Reaper" (2000) o "Hate Crew Deathroll" (2003) porque, creativamente, estaba vivo y sentía que tenía que seguir avanzando, a veces acertando, otras no tanto, despidiéndose con un disco como “Hexed” (2019), incomprendido por muchos, pero disfrutado plenamente por este, que escribe esta humilde crítica.
Formado por Daniel Freyberg, Waltteri Väyrynen, Mitja Toivonen, Vili Itäpelto y el propio Alexi, Bodom After Midnight publican "Paint The Sky With Blood" que consiste en dos canciones originales, la homónima “Paint The Sky With Blood”, “Payback’s A Bitch” y la versión de los míticos Dissection, “Where Dead Angels Lie”. La primera muestra todos los signos de identidad de Children Of Bodom pero más aguerridos, como si Alexi quisiese dejar claro que la experimentación del último disco con aquellos ha dado paso al puro y duro death metal melódico en el que tan bien se desenvolvía. La canción, lógicamente, suena de escándalo; con Laiho haciendo lo que mejor sabe y Freyberg aportando el colchón sobre el que él desplegar toda su pirotecnia, además conviene señala que Itäpelto hace las veces de Janne Wirman. Un riff principal que recuerda a Metallica y una parte central o puente con sabor neoclásico a la que sucede un desarrollo aéreo de Wildchild. "Payback's A Bitch" es otro pequeño monstruo, suena más brutal gracias a un riff hipermusculado y, cuando Väyrynen entra como un elefante, la canción gana en encanto thrashy, tanto como su segunda parte, cuando es death metal sin complejos, mostrando el estupendo estado de salud musical del guitarrista y su banda.
La sorpresa es la versión de Dissection, "Where Dead Angels Lie", del enorme "Storm of the Light's Bane" (1995). Es cierto que las versiones eran algo conocido en el mundo de Bodom, pero casi siempre eran clásicos del rock, del hard e incluso del pop, nada tan oscuro y gélido como el clásico de Jon Nödtveidt. Alexi la resuelve con auténtica maestría, suena oscurísima y fría, suena magistral, atemporal y con gusto. No podría haberle pedido más a Laiho en un EP que se queda corto, que resulta insuficiente para adivinar cómo habría sido el resto de un álbum que jamás podremos escuchar y eso es lo que duele, todo lo que él y nosotros nos hemos perdido. Querido Alexi, ojalá hayas encontrado la paz que aquí no supiste disfrutar. Gracias por todo, amigo.
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