El viejo thrash alemán ha sufrido cambios en sus formaciones más emblemáticas, tanto Destruction como Kreator han cambiado y creo, también, que todos esperábamos algo muy diferente, mientras el grupo de Petrozza sigue trabajando, los de Schmier publicaron un “Born to Perish” (2019) que, sonando fiero, no cumplía con las expectativas. Y así, llegamos a “Genesis XIX” de los míticos Sodom. ¿Puedo decir que no me gustó la forma en la que Tom despidió a sus antiguos compañeros de fatiga? Por supuesto que sí, me pareció un navajazo por la espalda, Bernd Kost y Markus Freiwald no se lo merecían por dos motivos; los años de servicio y, fundamentalmente, porque si Tom pensaba que “el problema” de su banda estaba focalizado en el guitarrista y el batería, se equivocaba de pleno. Vuelve Frank Blackfire y se unen Toni Merkel y Husky para la publicación de varios EPs; "Partisan" (2018), "Chosen by the Grace of God" (2019), "Out of the Frontline Trench" (2019) con Husky a la batería y, tras despedirlo, "A Handful of Bullets" (2020) y la incorporación de Yorck Segatz, con quien graban este “Genesis XIX”.
Por un lado, es un álbum que suena crudo y bruto, acelerado y repleto de mala baba teutona, extenso en su minutaje y fértil en cuanto a composición; nada más y nada menos que doce canciones en cincuenta y cuatro minutos, además de la instrumental “Blind Superstition”, que ejerce de introducción. Pero es precisamente esto lo que le hace bajar en su nota final y es que canciones como “Genesis XIX”, "Glock 'n' Roll", "The Harpooneer" o "Waldo And Pigpen" suman más de veinte minutos todas ellas y eso, a un grupo como Sodom, recién reformado a pesar de los EPs, y con una historia y señas de identidad tan fuertemente grabadas en la mente de todos, les pasa factura.
Como no, mencionar la grabación y producción, a cargo de Siggi Bemm y Patrick W. Engel junto con la propia banda ya que, aún sonando muy bien, la decisión de mantener cierto encanto ‘old-school’ gustará a los más veteranos, pero desconcertará a las nuevas generaciones, mientras que posee elementos claramente contemporáneos que tampoco terminará de encajar entre aquellos que ya peinen canas, ubicándose en tierra de nadie. La portada de Joe Petagno, como siempre, un acierto pero, a pesar del esfuerzo de la banda, siento que necesitamos un par de discos más de esta nueva formación para apreciar el trabajo realizado y adivinar por dónde tirarán y si Tom igualará lo logrado con Bernd Kost y Markus Freiwald o si, por el contrario, el karma hará acto de presencia.