Disfruté muchísimo "The Plague Within" (2015), tanto como "Faith Divides Us - Death Unites Us" (2009) en una discografía, como es la de Paradise Lost, en la cual siempre he considerado que no tiene fallo alguno, tan sólo quizá "Host" (1999) o "Believe In Nothing" (2001) y poco más. Pero “Medusa” (2017) no me convenció por muchos motivos, algunos de los cuales parecen solventados en este “Obsidian” que nos devuelve a unos Paradise Lost mucho más pesados y oscuros (quizá no tanto como en "The Plague Within" pero lejos del intento por reverdecer el encanto setentero del doom europeo de “Medusa”). Mucho ojo a todos aquellos que leen las críticas por encima, Paradise Lost son una de mis bandas favoritas por lo que acabo de escribir, su discografía está a un nivel excepcional y considero que se han ganado su lugar y su leyenda a base de trabajo y buenos discos, buen saber hacer y persistencia. Lo que no quiere decir que siempre hayan estado plenamente acertados a lo largo de su carrera.
Dicho esto, repiten con Jaime Gomez Arellano en “Obsidian”, lo que hace que me pregunte el porqué del cambio entre este y el anterior, no pudiendo achacarle al productor de "The Plague Within", la orientación de “Medusa” (que, insisto, no es un mal álbum y he aprendido a devorarlo con el tiempo, pero sigue sin convencerme), frente a una apertura como "Darker Thoughts" en la cual hay pesadez, por supuesto, pero también el encanto gótico propio de la banda, hay agresividad pero a tempo lento, hay sentimientos de rabia y también sensación de aislamiento, grandiosa y deliciosa oscuridad que, por ejemplo, no sentí en el anterior, además de la deliciosa guitarra de Mackintosh mejor que nunca. Y la confirmación plena de que Paradise Lost se han mirado en su propio espejo, en el de "The Plague Within", cuando suena “Fall From Grace” y nos revienta por todo el doom inglés, como una pesada losa de piedra, recordando a “No Hope Insight”.
Es verdad que, como muchos aseguran, “Ghosts” suena a Sisters Of Mercy pero no lo veo como algo negativo, igual que ocurre con “Forsaken” (o, más en concreto, “Hope Dies Young”, aunque esta no esté a la altura), cuando los de Halifax lo llevan a su propio terreno con éxito y, de nuevo, como en “Darker Thoughts” pulen la superficie de ambas canciones con una pátina gótica que resalta las composiciones y dota a este “Obsidian” de mayor fondo que “Medusa”. Más aún cuando canciones como "The Devil Embraced" les hace regresar a su propio redil y sirve como contrapunto a las anteriores, cuando Mackintosh y Aedy revientan la gravedad con sus guitarras. Me gusta el trabajo de Holmes, como siempre, porque cuando quiere sonar devastador lo logra y cuando se inclina por la melodía, también resulta brillante. Aceleran en “Serenity” para caer en la malsana calma de “Far From Grace” en la que vuelven a demostrar que se puede hacer doom de manera ligera, que la pena y la melancolía duran tanto como ellos quieran, que las guitarras también pueden arpegiar sin demoler nuestras cabezas, haciéndolo directamente en nuestro corazón.
"Ravenghast" suena nocturna pero también pérfida, igual de oscura que “Hear The Night”, de nuevo sonando puramente doom, alargando la transición entre notas, con Väyrynen dejando caer las baquetas sobre los parches y Holmes gruñendo más profundo que en todo el álbum, y Mackintosh suene más malvado que nunca en “Defiler”, llevando a Paradise Lost a la agresividad revestida de doom clásico en sus guitarras. Un álbum excelente que corrige allá donde “Medusa” fracasaba y que si no llega al sobresaliente es porque siento que, a pesar de la buenísima ejecución, Paradise Lost no transmiten esa frescura o ganas de hacer algo diferente como sí me ocurría con los mencionados "The Plague Within" (2015) o "Faith Divides Us - Death Unites Us" (2009). Con todo, estoy eternamente agradecido a Holmes y Mackintosh por seguir grabando, por seguir adelante y mantener vivo a Paradise Lost.
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