Soy consciente de que puede ser todo un trauma para el fan medio de Trivium, visitar otras webs, blogs y páginas pretendidamente especializadas y, sin duda, conocedoras de la música sobre la que están escribiendo, no como nosotros; ver cuatro cuernos, cuatro rayos, cuatro descargas brutales y, ahora, acudir a esta humilde web y encontrarse con que únicamente dos estrellas coronan el trabajo de los de Orlando. ¿Qué está pasando? ¿Somos nosotros los que nos hemos equivocado o el resto de medios? ¿Tienen razón esos miles de chavales de veintipocos años que creen que Matt Heafy ha vuelto a firmar un grandísimo trabajo o esos otros que lo escuchan en la soledad onanista de su dormitorio adolescente para luego criticarlo a través de redes sociales? Seguramente ni unos ni otros y nuestra opinión no deja de ser una más (quizá importante para unos, puede que menos para otros, quién sabe…) pero otra de las muchas que pueblan Internet. Pero, antes de entrar a fondo, me gustaría aclarar que la nuestra (no por ser escrita por un servidor) quizá, sólo quizá, tenga algo de valor por el mero hecho de que es libre y no busca agradar a nadie, ni tampoco conseguir nada a cambio. También me gustaría aclarar que hubo un tiempo en el que disfruté de la banda y sus discos pero, lo siento en el alma, los Trivium y Matt Heafy actuales me dan muchísima pereza y desde “In Waves” (2011) siento hastío cuando los escucho o veo en festivales, entendiendo que, creativamente, murieron en “Shogun” (2008) y después, ni siquiera el “laureado” "The Sin And The Sentence" (2017), me ha parecido gran cosa. ¿Invalidan todos estos sentimientos mi opinión? ¿Acaso debo ser un seguidor sin criterio para poder escribir sobre Trivium? ¿Sería una crítica más objetiva? Imagino que para miles de chavales sí, pero esa no es mi guerra…
Pero, vayamos a "What the Dead Men Say" (2020) y lo que significa para Trivium y lo que debería haber significado para aquellos que los escuchamos. Josh Wilbur y un buen sonido, entonces, ¿cuál es el problema? En mi modesta opinión es la dirección y la composición; mientras la banda suena rodada y, más aún, con la inestimable ayuda de Alex Bent tras los parches (quizá el mayor acierto de Heafy ya que es un grandísimo batería que únicamente potencia el sonido de Trivium y lo hace despegar como un cohete) las canciones de este álbum vuelven a pecar de lo mismo, una suerte de metalcore (sí, has leído bien) pulido hasta el extremo, inofensivo y bobalicón, en el que la banda despliega toda su agresividad en los riffs y estrofas, para amilanarse y convertirse en dulces gatitos en los estribillos, ¿es esto lo que buscaban, lo que querían ofrecer a sus seguidores, un fiel reflejo de la pasión de Heafy por el black? Imagino que el bueno de Matt, como bien ha dicho, gana más dinero con Twitch que lo que percibe por Trivium, que quizá la banda haya tocado techo y él no sienta que tienen la repercusión necesaria o, simplemente, la busque a fuerza de domesticar aún más su sonido. ¿Es todo esto malo? Para nada si lo que quieres es contentar a tu público menos exigente; ese al que le resulta más sencillo acceder a una música más melódica, en la que se abuse de la repetición de estribillos y el azúcar corra libre por sus venas.
Apertura intrigante, misteriosa, ligeramente amarga (“IX”) y a por la canción que da título al álbum, que ya pudimos escuchar como segundo single; estrofas con algo de agresividad y un estribillo tan sencillo que hiere. Algo similar a lo que ocurre con los otros tres adelantos; “Catastrophist”, "Amongst the Shadows And the Stones", “Bleed Into Me”. En concreto, la primera es puro algodón hasta su segunda parte, en la que las cosas se ponen interesantes para Trivium. Muy diferente es "Amongst the Shadows And the Stones", mucho más arriesgada y directa, mucho más cortante y heredera de la pasión de Heafy por el metal más afilado (siento que esta dirección habría beneficiado al álbum), mientras que “Bleed Into Me”, aunque atractiva por el groove de Gregoletto, no termina de despegar y, menos aún, con ese momento tan Chad Kroeger del estribillo, de primeros de la década pasada. Con todo, me resulta extraño que Trivium hayan decidido ordenar los cuatro singles del álbum en la primera cara de este, condenándolo a una segunda mitad que abre con “The Defiant” en la que hay mala hostia, pero también exceso melódico en su estribillo y, como ocurría con "Amongst the Shadows And the Stones", siento que "Sickness Unto You" habría sido una dirección más adecuada, más oscura, más adulta, más propia de la negrura que Trivium quieren desprender, de la música que ama Heafy. No como "Scattering the Ashes" o "Bending the Arc to Fear", de las cuales únicamente puedo extraer la batería de Bent (una auténtica bestia), la agresividad puntual de Heafy y algún que otro momento de Beaulieu. Cerrando con la melódica "The Ones We Leave Behind", haciendo que me pregunte por qué de esta tendencia hacia el sonido más meloso, más fácil y pulido, más genérico, menos arriesgado y valiente.
"What the Dead Men Say" suena potente, claro que sí, sin duda, tanto la banda como Wilbur han hecho un magnífico trabajo. Pero todo lo dicho anteriormente lastra significativamente su escucha y lo siento en el alma porque me habría gustado que Heafy hubiese publicado un gran álbum pero parece que las intenciones de ellos y las de nosotros, un sector de sus seguidores, no podían ser más diferentes.
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