Cuando uno pincha el vinilo de Testament, “Titans Of Creation”, se encuentra exactamente con lo que todo el mundo espera de una banda que, posiblemente, esté viviendo una segunda juventud con quizá la mejor formación de los últimos años y me atrevo a decir que de su historia con, nada más y nada menos, que Gene Hoglan y Steve Di Giorgio en la base rítmica pero también Peterson y Billy, además de un genio como Skolnick. Suena “Children Of The Next Level” y me encanta cómo cabalgan las guitarras sobre la batería de Hoglan, mientras Billy canta con rabia. ¿Quién podría pedir más a una banda con más de tres décadas en el negocio musical? Y, sin embargo, y pese a los problemas que Peterson y Billy argumentaban en la composición y grabación de "Brotherhood of the Snake" (2016) este me parece claramente superior a “Titans Of Creation”. El porqué es sencillo de explicar; mientras que aquel gozaba de una mayor unidad y se contemplaba como un bloque sólido (con sus altibajos, todo hay que decirlo), a este último álbum de Testament le falla el orden de las canciones (es incomprensible que “Catacombs” sea un ‘outro’ y no una introducción, además de una segunda cara claramente inferior o una primera en la que los golpes deberían estar mejor repartidos), y esa obligación por la que parece que Testament se han forzado a publicar aprovechando el tirón y el calentón de "Brotherhood of the Snake", además de su buen estado en directo, para sacar a la luz unas canciones -las de este álbum- que están bien escritas, compuestas y grabadas pero entre las que echo de menos algún single claro, alguna canción que recuerde y a la que quiera regresar una vez lo he escuchado (por ejemplo, “Rise Up” de "Dark Roots of Earth", 2012).
Dicho esto, tan sólo recordarle amablemente al lector que “Titans Of Creation” es un buen álbum y todo lo escrito anteriormente son pequeñas disquisiciones que, de ninguna manera, indican que Testament hayan fallado o errado en el blanco. Estamos hablando de una formación que funciona como una maquinaria bien engrasada, a la que hay que pedirle bien poco por todo lo mucho que ofrecen. Soy incapaz de criticar a dos músicos como Gene Hoglan o Steve Di Giorgio, mucho menos al resto, pero sí siento que “Titans Of Creation” podría haber dado mucho más de sí. Lo que no es malo, es simplemente una cuestión de exigencia a quienes sabes que lo han dado todo y todavía pueden.
Y así es cuando escuchamos “WWIII” y pisan el acelerador del thrash, o firman quizá lo más parecido a un single en “Dream Deceiver” pero, por desgracia, Testament quieren jugar en otra liga muy diferente a la que les pertenece (no por calidad, sino por denominación de origen) y “Night Of The Witch” o “City Of Angels”, pese a la pericia instrumental, superan los trece minutos de duración, lo que no es malo pero sí si lo que facturas es thrash o tus raíces son esas. Ambas canciones suenan estupendas, pero ralentizan el álbum, tanto que cuando escucho “Ishtar’s Gate” -a pesar de la duración- agradezco el endurecimiento hasta “Symptoms” en la que parecen enlazar con ese sentimiento progresivo e influjo oriental de “Ishtar’s Gate”, hasta “False Prophets” en la que sí siento estar escuchando a Testament o, por lo menos, los más clásicos. Las sorpresas aparecen con “The Healers” o “Curse Of Osiris” (y Eric a la voz) llevando a Testament por una línea mucho más cercana al black que al thrash, acelerando a Hoglan hasta lo indecible e imprimiendo algo de la mala leche que echaba de menos en la parte central de “Titans Of Creation”, mientras que “Code Of Hammurabi” (siguiendo en la línea de “Ishtar’s Gate” y “Symptoms”) es quizá la mejor de todo el álbum con Peterson y Skolnick tan brutales como Hoglan y Di Giorgio derrochando maestría, a pesar de que “Catacombs”, como decía me parezca mal ubicada.
En definitiva, un buen trabajo, algo inferior a "Brotherhood of the Snake" pero que demuestra que Testament siguen gozando de buena salud, aunque un descanso, entre gira y gira, no les hubiese venido nada mal.
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