Siempre me ha llamado la atención Gregor Mackintosh porque, siempre, al margen de Paradise Lost, ha intentado compartir su particular visión del mundo, lejos del éxito de la banda de Holmes. Así, Vallenfyre parió discos de oscura belleza como "A Fragile King" (2011) o "Splinters" (2014), tampoco me olvido de "Fear Those Who Fear Him" (2017), y ahora que Paradise Lost se encuentran de nuevo en una transición tras “Medusa” (2017), Mackintosh ha creado un disco aún más oscuro (quizá por donde tendría que haber tirado Vallenfyre, aún a sabiendas de que son estilos diferentes) bajo el nombre de Strigoi, con la ayuda de Chris Casket (Devilment, Sanctorum), en un álbum como “Abandon All Faith” (muy en la línea poética de Paradise Lost) pero entre el death metal y el crust, algo impensable para el público gótico desnatado de los de Halifax (y me refiero única y exclusivamente a sus seguidores, no a la banda, a la cual respeto y amo) pero que al resto de su público nos vuelve a ofrecer esa mirada fría y oscura, lejos del pesimismo de Paradise Lost para abrazar la muerte y dejarse llevar en sus brazos. El propio Casket tras los mandos y, nada más y nada menos que Kurt Ballou de Converge en las mezclas; Strigoi son crudeza y violencia, mala leche y riffs hirientes que se incrustan en la memoria de aquel que los escuche con atención y, a poder ser, de madrugada...
Tras “The Rising Horde”, “Phantoms” es un golpe directo, Mackintosh canta en un tono más bronco que sienta fantástico a la música de Strigoi, las guitarras te envuelven y la batería entra en constante agresión. Cuatro minutos de brutalidad que cesan para que “Nocturnal Vermin” nos prepare de cara a “Seven Crowns”, más directa aún que “Phantoms” y un riff más propio del death and roll o el crust que del death metal más tradicional, ese que Mackintosh evoca en "Throne Of Disgrace". Me gusta lo enfermiza que resulta “Carved Into The Skin”, seis minutos de reptante oscuridad en los que Strigoi nos llevan a lo más profundo de sus tripas. Por el contrario, aunque disfruto “Parasite”, esta tarda en entrar, todo lo contrario que “Iniquitous Rage” en la que, como ocurría con "Throne Of Disgrace", Greg se saca de la manga un sonido más puramente ‘old-school’ que resucita al álbum en su recta final.
Y no es que “Abandon All Faith” se haga especialmente largo, canciones como “Plague Nation” o “Enemies Of God” son inoculadas a gran velocidad y hacen que uno se pregunte por qué Greg Mackintosh está tan emputecido y por qué no hay ni rastro de esta furia o mala leche en los últimos discos de Paradise Lost, ¿cómo es posible que un músico de cincuenta años ofrezca más furia y rabia que cientos de chavales de veintipocos? ¿qué le ha ocurrido a Mackintosh y por qué nada de esto se reflejaba en “Medusa”? “Scorn Of The Father” es una locura que desprende la podredumbre propia del buen death, mientras que situar la propia “Abandon All Faith” y su ritmo doliente (además de sus solemnes coros) al final, demuestra que Mackintosh y Casket han compuesto el álbum de Strigoi con el mimo que se merece y no hay un mínimo de azar o desgana en esta aventura en solitario del genial guitarrista y compositor de Paradise Lost.
Me queda únicamente la pena de saber que este tipo de proyectos no suelen tener el apoyo que se merecen, que -como ocurrió con Vallenfyre- seguramente Strigoi terminen desapareciendo pese a las buenas ideas y el mejor saber hacer. Que nos quejamos del estancamiento de las grandes bandas, pero el público es incapaz de confiar en nuevos nombres que podrían alumbrar grandes discos si les concediésemos algo de nuestra confianza y rascásemos nuestros bolsillos. “Abandon All Faith” es un estupendo debut que encandilará a las almas torturadas, a aquellos que disfrutamos de un poquito de rabia y dolor, del lado oscuro de la vida…
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