SETLIST: Below/ I Lose Hope/ Foe/ The Flood/ From the Flame/ Observe the Train/ Alleviate/ At the Bottom/ The Cloak/ The Price/ Stuck/ Distant Bells/ The Sky Is Red/
Pese a que muchos todavía siguen sin entender o soportar un álbum como “Pitfalls”, la noche del pasado viernes en Madrid colgaba el cartel de “todo vendido” y la máxima expectación por ver a Leprous presentando sus nuevas canciones, acompañados de invitados de lujos como The Ocean o Port Noir pero, sorpresas te da la vida, que ese obligado binomio que habitualmente forman artista y público; en lugar de elevar la noche a los altares, lastró la magnífica actuación de los noruegos y un Einar Solberg que saltó al escenario, pese a la enfermedad y la fiebre, dispuesto a defender el cancionero, quizá sabedor de lo que se los quiere en España pero más seguramente por pura profesionalidad, esa misma que le hizo alcanzar las notas más altas con aparente facilidad y sin problema (excepto en el estribillo de “The Price”, en el cual bajó el tono, pequeñeces aparte), mientras un público boceras y maleducado como pocos lograba sacar del concierto con su constante murmullo y charla, al otro sector de la sala en canciones tan delicadas como “Observe The Train” o “Distant Bells”, en esa estúpida posición en la cual de la mitad de la sala hacia atrás, hubo varios enfrentamientos y amenazas con salir a la calle y ridículos “eso no me lo dices a la cara que yo también he pagado mi entrada”, que me encontraba intentando disfrutar de un inicio repleto de emoción con “Below”, entre aquellos que fueron a charlar y joder las actuaciones de The Ocean y Leprous, y esos otros -que también es para darlos de comer aparte- acuden a una sala como es la Shôko Madrid, creyendo que asisten a La Scala de Milán y exigen un silencio obsesivo, casi sepulcral, o se molestan por el resplandor de los móviles a su alrededor porque los que estuvimos en el concierto de Leprous en Madrid tenemos que entender a unos y a otros bichos, sonreír e intentar concentrarnos mínimamente en lo que sucede en el escenario.
Pese a que muchos todavía siguen sin entender o soportar un álbum como “Pitfalls”, la noche del pasado viernes en Madrid colgaba el cartel de “todo vendido” y la máxima expectación por ver a Leprous presentando sus nuevas canciones, acompañados de invitados de lujos como The Ocean o Port Noir pero, sorpresas te da la vida, que ese obligado binomio que habitualmente forman artista y público; en lugar de elevar la noche a los altares, lastró la magnífica actuación de los noruegos y un Einar Solberg que saltó al escenario, pese a la enfermedad y la fiebre, dispuesto a defender el cancionero, quizá sabedor de lo que se los quiere en España pero más seguramente por pura profesionalidad, esa misma que le hizo alcanzar las notas más altas con aparente facilidad y sin problema (excepto en el estribillo de “The Price”, en el cual bajó el tono, pequeñeces aparte), mientras un público boceras y maleducado como pocos lograba sacar del concierto con su constante murmullo y charla, al otro sector de la sala en canciones tan delicadas como “Observe The Train” o “Distant Bells”, en esa estúpida posición en la cual de la mitad de la sala hacia atrás, hubo varios enfrentamientos y amenazas con salir a la calle y ridículos “eso no me lo dices a la cara que yo también he pagado mi entrada”, que me encontraba intentando disfrutar de un inicio repleto de emoción con “Below”, entre aquellos que fueron a charlar y joder las actuaciones de The Ocean y Leprous, y esos otros -que también es para darlos de comer aparte- acuden a una sala como es la Shôko Madrid, creyendo que asisten a La Scala de Milán y exigen un silencio obsesivo, casi sepulcral, o se molestan por el resplandor de los móviles a su alrededor porque los que estuvimos en el concierto de Leprous en Madrid tenemos que entender a unos y a otros bichos, sonreír e intentar concentrarnos mínimamente en lo que sucede en el escenario.
Yendo a lo formal, Leprous llegaron y convencieron, tampoco era difícil con semejante repertorio y entrega, visto lo visto en el Download de Madrid y anteriores visitas parecía algo evidente, tras “Below” y las primeras filas plenamente entregadas, mostrando a una banda sólida y funcionando como un reloj, llegaba el momento de “I Lose Hope” que sonaba mucho más urgente en directo que en estudio, introduciéndonos poco a poco en el concierto y quizá una de las pocas veces en la que las guitarras de Tor y Robin sonaron más claras, uno de los puntos negativos del concierto, a mi gusto, es que durante toda la noche tuve la sensación de que a Leprous le faltó volumen y más cuerpo en las guitarras, no en las canciones de “Pitfalls” ya que la emoción de “Alleviate” y las inflexiones de Einar no se apoyan precisamente en ellas (como tampoco ocurre en “Distant Bells”), sino en esas canciones en las que son necesarias; el crescendo de “The Flood” o “From The Flame”, por ejemplo, mientras me dio la sensación -en contraste con algunos de sus conciertos anteriores- que tanto Leprous como Einar y su voz, cada vez se encuentran más cómodos en esas canciones minimalistas que componen “Pitfalls”. Con todo, “From The Flame” sonó verdaderamente fantástica, igual que la celebrada “The Price”, quizá porque veníamos de la carga de profundidad que sigue siendo “The Cloak”, quizá porque el estallido del entrecortado riff del single de “The Congregation” llegaba tras "Observe The Train" o "Alleviate", auténticas joyas de su último álbum pero momentos de innegable calma que una parte del público de Madrid parecía no estar dispuesto a escuchar, ni dejar tampoco al resto.
Es por eso que “Stuck” de “Malina” fue tan celebrada en una recta final en la que Leprous decidieron volver a pisar el freno y acudir a su último álbum con “Distant Bells” o una interpretación épica de “The Sky Is Red”, quizá no la mejor canción de “Pitfalls” por la sensación que transmite de probar varias direcciones y acabar diluida en sus trece minutos, quizá porque lo que muchos esperaban era continuar la senda marcada por “The Cloak”, “The Price” o “Stuck” pero que evidencia una única verdad y es que las nuevas canciones funcionan a la perfección en directo, en su unión con las de discos anteriores y más que entrar en el infantil debate sobre cuáles son mejores y defenestrar la belleza de “Pitfalls”, lo cierto es que unas y otras forman un irreal y fantástico repertorio a la altura de muy pocas bandas actuales, pena que el público no estuviese a la altura de ellas y del esfuerzo de Einar, una auténtica pena pero así fue y así se lo he contado…
© 2019 James Tonic
LEPROUS on 2019 tour pic by
© 2019 @moodcrawlmornin/ @simonekarnstein
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