No seré yo el que cuestione los últimos pasos de Scott Gorham y el aparente empeño por mantener vivos a unos Thin Lizzy sin Lynott. No, no seré yo, sino todos los seguidores de Lizzy, esos mismos que le obligaron hace ya algunos años a tomar la determinación de publicar música bajo el nombre de Black Star Riders. Si no me molesté demasiado en reseñar "All Hell Breaks Loose" (2013) es porque, sencillamente, no lo consideré porque con Black Star Riders me ocurre algo muy particular y es que suelo apreciar su último trabajo cuando publican el siguiente. Así, cuando "The Killer Instinct" (2015) vio la luz, empecé a valorar "All Hell Breaks Loose" (2013) y lo mismo ocurrió con aquel cuando salió "Heavy Fire" (2017) y con este cuando finalmente he podido escuchar "Another State of Grace" (2019) en una carrera que, gustándome, considero en línea descendente y es que las canciones de los anteriores me parecen siempre superiores a las últimas. El motivo es sencillo, cuando uno escucha "All Hell Breaks Loose” se encuentra con Warwick (echo de menos a los infravalorados Almighty, como muchos de mi generación) cantando constantemente el clásico fraseo/recitado de Lynott en unas canciones de sonido remozado para la ocasión, convirtiendo a Thin Lizzy en hard rock estándar. No es un menosprecio, en absoluto, Black Star Riders son una banda de supervivientes que se adaptan a los tiempos que les ha tocado vivir y soportan sobre sus hombros la leyenda de Lizzy; su música me gusta, pero con cada entrega siento su propuesta más aguada.
Tal es el ejemplo de "Another State of Grace" (2019), un disco de sonido completamente común, sin aristas, domesticado, y pulido y repulido una y otra vez en el estudio hasta eliminar cualquier aspereza, teniendo en cuenta que la música de la banda es completamente lo opuesto a cualquier eufemismo de trasgresión. "Another State of Grace" (2019) abre con “Tonight The Moonlight Let Me Down”, un medio tiempo que incomprensiblemente les convierte en lo más parecido a una banda de universidad, no es el “palm mute”, no, es lo poco original de su melodía y todo su azúcar o lo previsible de su estribillo, que hasta su single "Another State of Grace" con todo su influencia irlandesa no sentiremos que el álbum nos engancha; tampoco es original, cientos de bandas han mezclado con más ingenio (y algo más de alcohol) las raíces irlandesas con el rock, ellos mismos en el pasado, pero el single es resultón y pegadizo, y la mezcla suena estupenda a pesar de su parecido con "I'm Shipping Up To Boston" de Dropkick Murphys. “Ain’t The End Of The World” es Thin Lizzy de baja graduación, suena a ellos, pero sin el peligro y la dulcificación del puente hacia el estribillo es el claro ejemplo de cómo Black Star Riders parecen estar dirigiendo su carrera hacia un rock más próximo a Foo Fighters y toda esa música carente de riesgo alguno en el que las guitarras suenan redondas y las voces se apoyan demasiado en los coros y los odiosos “Oh, oh, oh”, en este caso del recién incorporado Christian Martucci y el ya conocido Robbie Crane.
Valga el ejemplo de “Underneath The Afterglow” en la que no cuesta nada imaginarse a un Dave Grohl con chicle en el carrillo, gritando y cantando ese estribillo tan empachoso y previsible, o “Soldier In The Ghetto” en la que me gusta la instrumentación y el solo pero acusan la misma falta de originalidad en su melodía y la repetición constante del estribillo, hasta la ñoñísima “Why Do You love Your Guns?”, totalmente indigna de la banda, sorprendiéndome muchísimo esta faceta acústica tan dulzona, más si, como es mi caso, uno escucha el trabajo en solitario de Warwick e, independientemente del acompañamiento, se sienten más cojones en cualquiera de sus canciones que en una canción tan fácil, temática e instrumentalmente, como esta. No quiero resultar hiriente porque amo a Lizzy, a Almighty y disfruto de discos como "All Hell Breaks Loose" y "The Killer Instinct" pero esta es la clásica canción en la que, en directo, nos sirve para ir a los baños, consultar en el móvil si te ha llegado ya la nómina, pedir una copa o encontrarte, por fin, con esa amiga o amigo de WhatsApp. Una auténtica pena siendo ellos.
Más aún la ralentización que sufre el álbum en su segunda mitad, cuando tan sólo “Standing In The Line Of Fire” mantiene algo de cuerpo, antes de la flojísima “What Will It Take?” y las grohlianas “In The Shadow Of The War Machine” (sonando a “All my Life”) o “Poisoned Heart” (por “Best Of You”), conformando un final auténticamente decepcionante para Black Star Riders, en el que puedo asegurar y aseguro (siempre he querido escribir algo así) que "Another State of Grace" es su álbum más irregular y falto de inspiración, así lo siento. No, “The boys are not back in Town” como aseguran muchos plumillas con la misma falta de ingenio que Black Star Riders, desde luego que no…
© 2019 Conde Draco