Crítica: Thy Art Is Murder “Human Target"

Dos años después de publicar el contundente “Dear Desolation” (2017), parece que las aguas han vuelto a su cauce y Chris McMahon puede presumir, por el momento, de cierta estabilidad emocional, ahora que parece haber dejado atrás sus problemas personales, logrando que Thy Art Is Murder se hayan centrado más que nunca en el trabajo y, tras una extenuante gira, regresen con un nuevo álbum bajo el brazo, como es este “Human Target”, de nuevo con Will Putney tras los mandos y la portada ilustrada por el auténtico genio que es Eliran Kantor; lo que para muchos no significará absolutamente nada (¡vamos, escribe sobre música!) y, para otros, evidenciará que, pese a las críticas recibidas, Thy Art Is Murder prosiguen su camino creyendo que es el correcto y, por otra parte, tampoco anden muy equivocados. “Human Target” es la continuación de “Dear Desolation” pero puliendo aquello en lo que el anterior podía fallar; la producción de Putney es brutal, tal y como se esperaba, bombástica y tan agresiva como la propia banda se merece, todo un chute de esteroides para los australianos, esos que siguen sintiéndose orgullosos de su deathcore, todo lo contrario que muchos compañeros de filas. Y aquello que más criticaba de “Dear Desolation” y era la clara influencia de algunas bandas que Thy Art Is Murder no disimulaban en absoluto, en “Human Target” está mucho más cuidado, el borrado de las huellas en la arena es mucho más pulcro que en el anterior pero, por el contrario, el trabajo de composición no me parece tan brillante, a pesar de tener algunas buenas canciones.

Las guitarras de Delander y Marsh suenan sucias y polvorientas, "Human Target" abre con un riff lo suficientemente pesado como para evocar la portada de Kantor y todos los cuerpos siendo aplastados, Thy Art Is Murder parecen haberse convertido en una máquina y McMahon juega con voces más rasgadas y llenas de grano o profundísimos guturales. Desde luego, si queríamos agresividad, los autralianos no podrían haberse mostrado más cafres que con “New Gods”, el doble bombo de Beahler nos retumba en el pecho y la sensación de estar siendo golpeados sin piedad, es constante, como ocurre con "Death Squad Anthem" en la que las cosas parecen ponerse serias por completo y Thy Art Is Murder arrancan definitivamente con un riff rítmico y machacón en un álbum que se abre de manera brillante y continúa a lo largo de su primera cara, en la que no faltan momentos memorables o, por supuesto, la “crítica maga” en "Make America Hate Again" (magníficas las guitarras dobladas) y, con todo, se siente natural.

De “Eternal Suffering” no me gusta especialmente la introducción, no por nada; sino porque creo haberla escuchado un millón de veces, aproximadamente. Sí me gustan los riffs y como una de las guitarras frasea, mientras la otra parece convertirse en toda una corriente eléctrica, tras la voz de McMahon. Algo parecido me ocurre con "Welcome Oblivion" y su introducción con esas voces pregrabadas o “Atonement”, buenas canciones que evolucionan mucho mejor de cómo arrancan, mucho mejor me parecen "Voyeurs Into Death" con toda su violencia y riff lleno de groove o cómo progresa “Eye For An Eye” y la despedida con "Chemical Christ", en la que parecen propulsarse a sí mismos, rompiendo, por completo, la barrera del deathcore (en la que, sin embargo, si no lo digo reviento; odio su final con ese insidioso “fade out”, ese fundido tan horroroso…)

Quizá, lo mejor de “Dear Desolation” y ahora “Human Target” sea la constatación de que Thy Art Is Murder siguen vivos y McMahon en forma, que se han convertido en una banda tan fiable en el estudio, como en directo y que, sin resultar todo lo brillantes que podrían ser, parece que tenemos banda para rato. Ahora que lo pienso, firmaba aquí y ahora mismo si Thy Art Is Murder siguen grabando discos como estos dos últimos, desde luego que sí…


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