El fin de ciclo o, seguramente, la casualidad ha querido que Earth y Sunn O))) hayan publicado su nuevo álbum en poco más de un mes. Dos bandas peculiares pero tangenciales, con un denominador común, y a las que siempre guardaré un gran cariño por muchos motivos, pero quizá el más importante sea aquella vez que, como relaté en mi crítica de “Life Metal”, pude disfrutar de su música en el mismo festival. Si Sunn O))) se presentaban con Attila Cishar, lo ocurrido con Earth fue aún mucho más surrealista; siendo la zona de prensa todo un viaje al pasado del rock alternativo de los noventa cuando a escasos metros, unos de otros, se encontraban Melvins con Buzz Osborne, Steven McDonald (Redd Kross) y, por supuesto, Dale Crover (ex-batería de Nirvana) y, en el otro extremo, un magnético Dylan Carlson. Sólo habría faltado Mark Lanegan en la ecuación para completar el círculo, a falta de Cobain, claro está. La presentación de Earth no dejó a nadie indiferente, situado en la primera fila pude asistir también a una discreta prueba de sonido que pasó desapercibida para mucha gente y que me demostró hasta qué punto Carlson es un auténtico gourmet del sonido, además de la fortuita e implícita sorpresa que, sin saberlo, me aguardaría hasta este nuevo álbum. Presentaban “Primitive and Deadly” (2014), el concierto fue majestuoso e interpretaron canciones de mis discos favoritos, por supuesto, “The Bees Made Honey in the Lion's Skull” (2008), dejándome con ganas de más, entendiendo -como también me ocurrió con Sunn O)))- por qué hay bandas que hay que escuchar sí o sí en directo para comprender su propuesta.
Cinco años ha tardado Earth en regresar, “Full Upon Her Burning Lips” (2019), pero no un Dylan Carlson que parece haber vivido demasiado en poco tiempo, no sólo se casó y tuvo problemas de salud que le obligaron a cancelar sus actuaciones en directo, sino que en lo creativo, tampoco ha parado quieto y tras “Primitive and Deadly” publicó “Falling with a 1000 Stars and other wonders from the House of Albion” (2016) y “Conquistador” (2018), discos notables en los que tampoco se aleja de las coordenadas habituales, aquellas que nos harían creer saber lo que publicará bajo el nombre de Earth. Y, sin grandes quiebros o imposibles e increíbles giros estilísticos, reduciendo la banda a él mismo y Adrienne Davies, parece que Carlson ha querido desvestir aún más de todo artificio y adorno a Earth (si es que eso es posible).
“Full Upon Her Burning Lips” es el lento viaje al corazón de Earth, música nuclear, igual de hipnótica y parsimoniosa que siempre, pero aún más cruda que antes. Piezas como “Datura’s Crimson Veils” evidencian un alejamiento de los pedales de efectos por parte de Carlson, suenan las primeras notas y recuerdan a “Little Wing” de Hendrix de no ser por la evolución de la canción más extensa del álbum y el in crescendo sobre un mar de lentos riffs, el despertar de un gigante subterráneo hasta la calidez de “Exaltation Of Larks” que parece serla pieza principal de “Full Upon Her Burning Lips” o el momento más especial para mí que es “Cats On The Briar” que fue compuesta durante esa prueba de sonido que pude presenciar en directo, tal y como confirma el propio Dylan Carlson, y que hace que la sienta aún más mía; una brillante progresión de acordes (Ab6-Ab7-Ab) que logra lo buscado, producir la sensación de estatismo en la composición, mientras la guitarra parece avanzar sobre la misma base. No podría haber pedido más de mi experiencia con el mismísimo Carlson.
Más directa es “The Colour Of Poison”, los constantes cortes y el pesadísimo riff le otorgan un tono más duro (sin salirse del patrón de Earth) y el contrapunto de “Descending Belladonna” compuesta para la película “Belladonna Of Sadness” (como “The Mandrake’s Hymn“ y su repetición obsesiva), rompiendo un poco la tónica del álbum, esa misma que continuarán con “She Rides An Air Of Malevolence” o lo que parece una improvisación en el estudio, “Maiden’s Catafalque”. Davies está magnífica, la percusión del álbum suena particularmente bien, así se siente en “An Unnatural Carousel”, en la que también Carlson demuestra sus dotes como guitarrista cuando es capaz desplegar un riff en varios compases, hasta esa joya que es “A Wretched Country Of Dusk”, a modo de despedida.
No me esperaba un álbum como “Full Upon Her Burning Lips”, no porque Dylan Carlson no fuese capaz, sino porque ha superado todas mis expectativas. Por supuesto, aquel que quiera paladear y entender lo que son Earth tendrá que seguir acudiendo a sus directos, pero las canciones aquí contenidas irradian toda la esencia y belleza de una propuesta, muchas veces mal entendida, no al alcance del paladar de todos. No es “Pentastar: In The Style Of Demons” (1997), tampoco “Primitive and Deadly” (2014) o “The Bees Made Honey in the Lion's Skull” (2008) pero es igualmente mágico.
© 2019 James Tonic