¿Por qué Jeff Becerra ha decidido publicar “Revelations Of Oblivion”? ¿Qué necesidad hay cuando únicamente él es el miembro original? Cuando Mike Torrao hace tiempo que abandonó toda esperanza de regresar al nombre que le dio la fama… ¿Acaso Becerra busca dinero o fama? ¿Puede ser que quiera reverdecer los laureles de Possessed? ¿Es “Revelations Of Oblivion” una copia de “Seven Churches” (1985) o “Beyond The Gates” (1986)? Si te estás haciendo alguna de estas preguntas o tienes algo de miedo al pinchar o escuchar “Revelations Of Oblivion” es mejor que te olvides de las canciones de Becerra porque el problema no es él sino tú. En mi modesta opinión, Jeff Becerra ha publicado este álbum porque es un artista auténtico, honesto y que, pese a su delicada salud, tiene mucho que decir, siente la llama creativa y, déjame que te ilumine, olvídate del dinero; ningún artista con cincuenta años y una banda que ha publicado tres discos en tres décadas puede creerse que vaya a hacerse rico grabando un disco de death metal en pleno siglo XXI y su público lo sabemos, esas no son nuestras dudas. Pero, inevitablemente, existía el recelo; “Seven Churches” (1985) es el clásico atemporal que junto a “Scream Bloody Gore” (1987) sentó las bases del death metal (por favor, olvidémonos de la estéril discusión sobre cuál fue primero, no tiene sentido alguno) y “Beyond The Gates” (1986), injustamente tratado en su tiempo, ha demostrado ser un álbum increíble. ¿Estarían las canciones de “Revelations Of Oblivion” a la altura de su pasado y legado? La respuesta es sí porque Becerra se desmarca muy hábilmente de la comparación y graba el disco que le apetece, suena a Possessed pero no a los de hace tres décadas, sino a Possessed en 2019; la producción, a cargo del propio Daniel González y el mismísimo Becerra, suena moderna pero tan potente como podríamos esperar en esa mezcla de death y momentos thrash, con una formación que, lógicamente, no es la original que grabó los dos primeros discos pero funciona a la perfección. No menos importante, aunque no en lo musical, no puedo evitar mencionar el trabajo del artista Zbigniew Bielak, famoso por su trabajo con Ghost pero también Behemoth, Decidide, Dimmu Borgir, Enslaved, Gorguts, Immolation, Mayhem o Paradise Lost, entre muchos otros.
Las campanas siempre han sido una gloriosa introducción en el mundo del metal, en “Chant Of Oblivion” resuenan profundas, con eco, mientras que el riff de “No More Room in Hell”, sin ser demasiado original, abre el álbum con rabia. Becerra está esplendido, no parece haber perdido ni un ápice de voz (como ya demostró en el EP “Shadowcult” y diferentes splits, además de en sus directos), en una mezcla gloriosa en la que las guitarras de Daniel González y Claudeous Creamer suenan afiladas y potentes y una auténtica máquina como Emilio Marquez (Engrave, Asesino) continua con su brutal labor en Possessed, un auténtico maestro que derrocha tanta fuerza como estilo. “Dominion” continua de manera fulgurante, especialmente llamativo es el tono de voz de Becerra y el solo de guitarra, aún más demencial que “No More Room in Hell”, elevando la velocidad, esa misma de la que harán gala en “Damned”, recordándome tanto a Testament, o en la cortante “Demon” en la que manejarán con maestría los cambios de ritmo y, tan pronto, juegan con un medio tiempo como se encabritan y pisan el acelerador.
Piezas como “Abandoned” son las que te llevarán sin frenos al infierno, como ocurre con “Shadowcult”, que sirvió como adelanto. Con “Omen” me ocurre algo curioso, soy consciente de que no es la mejor del álbum pero, aún así, me encanta y me gusta su traqueteo, esa sensación de avanzar a toda velocidad perdiendo piezas por el camino, del chirriar de las ruedas, cómo González y Creamer parecen imprimirle más revoluciones a sus guitarras y Becerra parece disfrutar cantando, interpretando. “Ritual” es posiblemente la que conserva mejor la esencia de Possessed, mientras que “The Word”, aún con toda la herencia judaspriestiana, y “Graven” hacen bajar levemente el nivel de “Revelations Of Oblivion”, que se despide con una outro, “Temple Of Samael”. Pequeños puntos negativos, quizá insignificantes, de una obra sólida, repleta de detalles e ideal para los amantes de Possessed pero también todos aquellos que disfruten del metal bien hecho. Jeff Becerra es un superviviente, un luchador y su arte es reflejo de ello, además de su talento. Ojalá esto sea un nuevo comienzo y vean la luz más discos de Possessed, treinta años después sigue sobrecogiendo escuchar su voz…
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