Un día desaparecerás de la faz de la tierra, pero no bastará con eso, como decía Unamuno, volverás a morir otra vez, como si no hubieras tenido bastante; cuando desaparezca la última persona que te haya conocido. Otras almas vendrán y no sabrán nada de ti, todo lo que hayas hecho en tu vida, tus penas e ilusiones no habrán tenido el mayor de los sentidos, excepto una cosa; el amor que hayas sido capaz de llevarte y haberle dado al resto. Suena el piano de “When the World Becomes Undone" y en él parece contenida toda la pena de este mundo, canta Sal Abruscato y seguimos echando de menos a ese tipo de dos metros y una personalidad infinita. Aunque parezca mentira, ya han pasado nueve años desde que perdiéramos a Peter Steele de Type O Negative y parece que fue ayer porque su pérdida todavía sigue doliendo, no habrá otro como él. Todavía recuerdo el día que ocurrió y, aunque no me sorprendió, también sentí una profundísima pena. Pero, con todo y las diferencias que hay entre su música y la de Abruscato y Kelly, no creo que se les pase por la cabeza intentar emular lo logrado con Negative, entiendo A Pale Horse Named Death como una válvula de escape con grandes momentos como “And Hell Will Follow Me” (2010) o “Lay My Soul to Waste” (2013) y después el silencio más absoluto y la incorporación de Johnny Kelly y Joe Taylor con la publicación de “When the World Becomes Undone”, quizá el menos inspirado de la triada, pero igualmente sabroso.
La ruptura de la anterior con “Love The Ones You Hate”, les acerca a los patrones de Type O Negative pero perdiendo pegada y sonando más a hard, pocas dudas hay de su pedigrí, de no ser porque hay momentos que recuerdan muchísimo a Alice In Chains, “Fell In My Hole” o “Vultures” con una voz demasiado tratada y una querencia por riffs que recuerdan por qué los de Seattle tenían más que ver con el heavy que con el punk o el pop y esa “End Of Days” que podría haber sido cantada por Layne. Una pena que a A Pale Horse Named Death quieran dejar atrás de dónde vienen para calzarse las botas de otros y terminen desdibujando su propia personalidad, “We All Break Down”, logrando evitar por momentos las eternas y desgraciadas comparaciones pero tampoco seré yo el que se queje de canciones como “Lay With The Wicked” o ese despertar de una pesadilla que es “Dreams Of The End”, por mucho que suene a otros y no a ellos.
Un álbum demasiado breve, que ha tardado en llegar seis años, trece canciones, una introducción “As It Begins”, una despedida (“Closure”), el experimento que es “The Woods” y que poco o nada aporta, un interludio (“Succumbing To The Event Horizon”) y nueve composiciones restantes que parecen zozobrar, dudar, entre el camino recorrido con “And Hell Will Follow Me” y “Lay My Soul to Waste” para, supongo, querer encontrar su propia senda y evitar lo fácil. No puedo decir que escuchando “When the World Becomes Undone" haya echado de menos a Steele más de lo que lo hago a menudo, porque pocas veces siento su legado en sus surcos y sí el de otras bandas completamente equidistantes a lo que supusieron Negative en un disco en el que las cosas no parecen terminar de funcionar, una auténtica pena, pero pincho de nuevo "October Rust" o "World Coming Down" me olvido de todo, incluso de A Pale Horse Named Death, con todo el dolor de mi corazón…
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