Hay discos en directo que forman parte de la historia, otros que son parte de uno mismo, pero pocos hay tan especiales como aquellos que nos sirven de recuerdo de aquello que sí hemos podido vivir en primera persona. En mi caso, no estuve en el Graspop belga pero sí en la gira que llevó a King Diamond a representar en directo su mítico álbum de 1987, “Abigail”, nuestra cita tuvo lugar en el impresionante marco del Hellfest francés, aferrado a la primera fila, en plena madrugada, nunca olvidaré la sensación de cómo Kim Bendix Petersen supo sumergirnos a miles de aficionados en su mundo de pesadilla. Una noche en la que nos acompañaron Andy LaRocque, Mike Wead, Pontus Egberg, Matt Thompson y, por supuesto, Livia Zita ayudándole en las voces. Es por eso que “Songs for the Dead Live”, aparte de calmar la sed ante ese próximo álbum de estudio que parece resistirse desde “Give Me Your Soul... Please” (2007), es el magnífico documento de un aniversario tan especial como fue el de “Abigail”. He de reconocer que con King Diamond me puede mi pasión y, pese a saber que hace mucho tiempo que no publica un álbum que aúne el favor de la crítica y los fans, logrando esa innecesaria unanimidad, disfruto de todos y cada uno de sus lanzamientos, desde Mercyful Fate a todos los de su carrera en solitario, pareciéndome auténtica piedra angular del metal y el rock.
Imposible no emocionarse con su introducción y “Welcome Home” en una gira verdaderamente espectacular, cuya teatralidad era capaz de trasladarnos a una mansión o ser parte de la historia. La energía de “Sleepless Nights” o “Halloween”, muestras del excelente estado vocal de Diamond tras sus pasados problemas de salud o la consabida interpretación de “Melissa” de Mercyful Fate y el silencio sepulcral del respetable para estallar en aplauso tras una dramática interpretación, quedan registrados en este álbum en directo para goce de todos aquellos que estuvimos allí, pero también para cualquier amante de la música. ¿Habría incluido más canciones de Fate? Por supuesto que sí; uno de mis discos favoritos es el inmortal “Don't Break the Oath” (1984), del que sonó “Come To The Sabbath” para satisfacción de todos nosotros, pero también me habría gustado escuchar canciones más recientes de la banda y, por supuesto, de la carrera en solitario de Diamond.
Sin embargo, el plato fuerte tras “Them”, es escuchar “Arrival” y saber lo que viene a continuación; en riguroso orden para seguir la historia y celebrar la publicación de aquel álbum, “A Mansion In The Darkness” y todos nos frotábamos los ojos, en este directo del Graspop suena igual de potente (el repertorio entre ambos festivales no sufre apenas variación, “Them” no sonó en Francia) o ese riff de apertura de LaRocque en la celebérrima “The Family Ghost” que suena igual de bien que hace dos décadas; me resulta de verdad imposible transmitir lo especial que es escuchar canciones así en directo; es un auténtico lujo. “The 7th Day of July 1777” hace de visagra en la historia y, por supuesto en este tramo del concierto, como la magnífica “Omens” y “The Possession” con su terrible desenlace conduciéndonos a “Abigail”, mostrándonos a una banda sólida y un Diamond que vive las canciones e interpreta los personajes con su habitual y fascinante facilidad, haciendo de su garganta un instrumento al alcance de muy pocos, hasta ese colofón que es “Black Horsemen” y esa mágica outro, “Insanity”.
Una noche brillante, de ensueño, en una gira de celebración que pasará a la historia, especialmente para todos aquellos que la vivimos. King Diamond es atemporal, su legado es inmortal y su presencia sobre los escenarios, habitando nuestro mismo mundo, está fuera de cualquier posible crítica. Sigue siendo el rey, poco más que decir…
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