Crítica: Metal Church “Damned If You Do”

No miento cuando escribo que el regreso de Mike Howe ya fue suficiente aval como para considerar a “XI” (2016) como el grandísimo retorno de unos Metal Church que, pese a haber seguido publicando discos, ninguno de aquellos (“Masterpeace”, “The Weight Of The World”, “A Light In The Dark”, “This Present Wasteland” o “Generation Nothing”) eran capaces de mirar de tú a tú a su impresionante debut, “Metal Church” (1984), auténtica obra capital, y brillantes títulos como “The Dark” (1986), “Blessing In Disguise” (1989), “The Human Factor” (1991) o “Hanging In The Balance” (1993), pero es que aquel, “XI”, poseía la magia, las canciones y todo aquello que echaba de menos en Metal Church. Pero, seré aún más honesto, nada más que por aquel debut, “Metal Church”, los de Vanderhoof ya se han ganado un lugar en mi corazón, un álbum al que recurro muy a menudo y considero entre mis favoritos en una banda cuya segunda posición, esa de culto, no hace sino acrecentar mi simpatía y fidelidad por ellos. No es de extrañar que, tras aquel, la gran duda fuese si Howe y Vanderhoof serían capaces de repetir la jugada. “Damned If You Do” no es “XI” y lo considero levemente inferior, quizá se ha disipado la sorpresa por el regreso de Howe y el abandono de Jeff Plate o quizá, más plausible, las composiciones de este álbum no están a la altura de las del anterior, quizá sea la dirección, pero no lo siento igual. ¿Desmerece el trabajo de Metal Church? ¿Lo convierte en un mal álbum o poco disfrutable? Para nada, los seguidores de Metal Church encontraremos más de un motivo para regresar a él y, por supuesto, la magnífica excusa para reencontrarnos con ellos en directo.

El buen sabor de boca de “XI” encuentra su eco en la inicial "Damned If You Do", brillante arranque y un estribillo a la altura; esos que tan bien manejan Metal Church, accesible y pegadizo, sin resultar fácil y un magnífico trabajo de Vanderhoof y Van Zandt. "The Black Things" y un Howe que suena un poquito más rasgado y rasposo (como me gusta), basta escucharle en los primeros segundos de “The Black Things”, una canción más oscura y en la que Vanderhoof brilla con luz propia, pero a la que le falta la inmediatez de la anterior, esa misma de la que hacen gala en “By The Numbers” y un riff con garra, directo al hueso. Metal Church se acercan de nuevo al hard, no podía ser de otra manera en ese exquisito ejercicio de estilo en el que hacen equilibrio entre diferentes subgéneros; pero sin preámbulos, igual que en “Guillotine” en la que endurecen su propuesta y las guitarras parecen correr sobre los pernos de una vieja vía de tren. Como en “Rot Away” se les siente especialmente sueltos, cómodos y ya en calor, disfrutando de la comunión creada entre Van Zandt, Vanderhoof, Unger, Howland y, por supuesto, Howe.

Son esas las canciones que quiero escuchar en Metal Church y no “Revolution Underway”, totalmente atípica en ellos, moviéndose en unos parámetros que, dominando como son ellos, no terminan de cuajar, oscilando brutalmente entre el hard y el progresivo de baja caloría, sin que el oyente llega a entender qué es lo que pretenden lograr. La veteranía es un grado, claro que sí, y Metal Church salvan el desaguisado con su oficio y números como “Into The Fold”, “Monkey Finger” y sobre todo, “Out Of Balance” muy cerca de Accept o la final “The War Electric”, todo un latigazo en la pista central; voces dobladas de Howe y Howland a la zaga de las guitarras salvajes de Van Zandt y Vanderhoof. No puedo pedirles más.

“Damned If You Do” es otro paso más, menos ecléctico que “XI” pero sospecho que incapaz de aguantar la prueba del tiempo a pesar de toda su mala leche. Por lo demás, Metal Church siguen en plena forma y la garganta de Howe brillantemente engrasada. Pocas bandas pueden presumir de llevar en este oficio tanto tiempo y con tanta dignidad. Siguen estando en mi corazón pero con menos apasionamiento, por el momento…


© 2018 Lord Of Metal