Crítica: Aborted "TerrorVision"

No deja de resultar simpática la inocencia de muchos seguidores del metal extremo que cuando una banda veterana sufre la pérdida de alguno de sus miembros originales y es reemplazado por sangre fresca, se lleven las manos a la cabeza como si los músicos recién incorporados -casi siempre a un altísimo nivel- acabasen de salir de la guardería y supusiese un auténtico bajón creativo cuando, también suele ocurrir, que muchas viejas glorias que perduran en las bandas, tan sólo traen su desgana e inmovilismo, además de emponzoñar el ambiente pero, románticos como somos, nos gusta creernos aquello del líder absolutista con el que es difícil trabajar y cambia de músicos como de camiseta. Muchas veces, lo que realmente ocurre es que por las venas de ese músico suele correr verdadera pasión y se resiste a rendirse en lo que él ya no entiende como una simple banda sino como su proyecto, su retoño; su vida. Como ocurre con casi todo, siempre es bueno conocer diferentes puntos de vista y ejercitar el análisis crítico...

Aborted no necesitan presentación pero, al mismo tiempo, sí que es necesario para muchos seguidores. El vocalista Sven de Caluwe es el único miembro original desde 1995 y por sus filas han pasado más de una treintena de músicos (entre ellos Dirk Verbeuren, Soilwork o Megadeth) y, también es justo señalarlo, su propuesta musical también ha evolucionado sustancialmente desde “The Purity of Perversion” (1999), de un death sucio y terrorífico a uno igual de brutal pero más cuidado, más pulido y técnico como “The Necrotic Manifesto “ (2014) y “Retrogore” (2016), ambos discos (sobre todo el último) no demasiado apreciados por el público en general, pero magníficos y disfrutables, no entiendo como no hacen las delicias de los fans del género (y Aborted en particular). Es cierto que “Goremageddon: The Saw and the Carnage Done” (2003) sigue siendo su obra más redonda pero que nadie pierda de vista a “The Archaic Abattoir” (2005), “Global Flatline” (2012) y los mencionados “The Necrotic Manifesto “ (2014) y “Retrogore” (2016). Pero, como escribía unas líneas más arriba, los belgas Aborted parecen el proyecto personal de Sven de Caluwe, mientras el guitarrista Mendel bij de Leij lleva tan sólo seis años en la banda, Ken Bedene ocho e Ian Jekelis y Stefano Franceschini dos y tres años respectivamente, lo que no quiere decir que no estén a la altura de la leyenda, me atrevería a decir su inclusión ha beneficiado al bueno de “Svencho”, como todos le conocemos.

La principal diferencia que aprecio entre “Retrogore” y “Terrorvision” es de composición, ambos son técnicos y el que nos ocupa suena por momentos como unos embrutecidos The Black Dahlia Murder cruzados con Archspire, menos melódicos y pegadizos que los de Michigan (con menos ‘hooks’, estribillos inolvidables, que dicen los entendidos) pero más salvajes, ácidos y agresivos, más monstruosos. “Lasciate Ogne Speranza” es la necesaria introducción a “TerroVision” y el primer golpe de efecto, la voz de Sven parece rota y eso le confiere un punto muy atractivo a la alternancia de guturales y voces rasgadas, mientras que Bedene es una auténtica máquina y las guitarras de Leij y Jekelis se solapan en rapidísimos riffs, una pena que la caótica pero también adictiva “Farewell to the Flesh” parezca bajar de nivel o inspiración y más si se comparan con números como “Vespertine Decay” (notable en su totalidad) y la rapidísima “Visceral Despondency” o ese single que bien podría ser el mejor que Aborted han firmado en décadas, “Squalor Opera”.

“Deep Reed” pierde algo de comba a pesar de que las guitarras parecen ametrallarnos al pisar la orilla de la playa, mientras que en “Exquisite Covinous Drama” se permiten el capricho de jugar con diferentes tempos y probar cosas nuevas, sin ir más lejos, el puente es verdaderamente genial, como Sven parece querer comernos vivos en “Altro Inferno” (no me gustan lo que parecen un par de “pig squeals”, él no los necesita) y resulta excepcional esa mayor presencia del bajo de Stefano, mientras que la machacona y agresivísima “A Whore D'oeuvre Macabre” podría haber sido un brillante cierre pero Aborted prefieren emular a los de Vancouver (Archspire) en “The Final Absolution” que, siendo una gran composición y exhibición, parece perderse en un ejercicio de estilo (aunque el solo de guitarra, como el de la propia “TerrorVision”, sea una jodida maravilla)

Pese a algunas sombras, en “TerrorVision” priman las luces y no veo el momento para volver a verlos sobre las tablas (más cuando comparten gira con Cryptopsy) y nos devuelven a un Sven vigorizado, quizá por esa sangre nueva en la banda o, simplemente, porque Aborted es su pasión, su vida, y ese entusiasmo y ganas son contagiosas. Tan notable como entretenido.


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