Tres discos en ocho años no significan que Soreption se hayan dormido en los laureles, como la fertilidad tampoco es sinónimo de calidad; un artista puede ser muy prolífico y, sin embargo, publicar material de baja calidad o irregular. En el caso de los suecos, no puedo ponerle pega alguna a “Monument of the End” (2018) y confirma lo que es, sin duda alguna, una línea ascendente en su carrera, comenzada con aquel EP, “Illuminate the Excessive” (2007), y continuada con “Deterioration of Minds” (2010) y “Engineering the Void” (2014), con una propuesta (death metal técnico) que no busca la originalidad pero sí la perfección; mientras que Archspire (por poner un ejemplo, además son sus compañeros de gira junto a Revocation y Rivers Of Nihil) rozan la abstracción en su sonido gracias a la síncopa, a los breakdowns y una rapidez a prueba de una técnica impoluta, Soreption están supeditados a la melodía; hay velocidad (“A Mimic’s Ignorance”), claro que sí (como también exceso de técnica y brutalidad), pero gran deleite por el groove, ese que una bestia como Mikael Almgren parece disfrutar administrando en generosas dosis. Obligada es la mención de los cambios en una formación que vio la marcha de Anton Svedin y Rickard Persson, sustituidos por el mencionado Almgren y Kim Lantto y una afirmación que resulta difícil pero, a tenor de lo escuchado en “Monument of the End”, inevitable; si bien Soreption nunca han decepcionado, parecen haber ganado con el cambio o, por lo menos, estar atrevesando un gran momento de gloria en esta, mal llamada, segunda encarnación.
Tras la portada del diseñador gráfico Caelan Stokkermans (quizá demasiado genérica para mi gusto), se esconde un álbum que se inicia con un single como “The Anti-Present” en el que ya entendemos que Soreption podrán revolucionarse y centrarse en los desarrollos, pero nunca sin descuidar la melodía o el estribillo, en este caso repleto de ese groove que mencionaba; no es la más significativa, pero funciona perfectamente como carta de presentación. Todo lo contrario que “Children of the Automaton” que presenta una introducción y unos riffs sobresalientes, más alejados de la inmediatez de la anterior, aunque siga poseyendo un buen estribillo. Tony Westermark suena verdaderamente salvaje y preciso, junto a la base rítmica de Kim Lantto (al que ayuda con el bajo el propio Mikael Almgren, responsable de todas las guitarras del disco). Aunque será “King of Undisputed Nonsense” la que de verdad nos dé la medida del álbum que estamos escuchando; los riffs, el elaborado desarrollo y los solos, el trabajo de Westermark y Söderberg devorándonos en una de las mejores canciones de “Monument of the End”. Es verdad que Soreption no buscan nada nuevo, pero “King of Undisputed Nonsense” te hace sentir que el detah metal técnico da un pasito adelante con bandas como ellos y sus compañeros de cartel.
La introducción de “Nothingness Becoming” me recuerda a Obscura, sólo que los alemanes y Soreption son estilos diferentes y estos brutalizan la entrada de la banda, de ella destacaría la solidez de la que hacen gala, el músculo exhibido y el ataque frenético de Westermark, mientras que en “Architects Of Apocalypsis” es el doble bombo el que marca un medio tiempo igual de agresivo en el que el cambio de tempo es sencillamente una maravilla y rompe por completo al oyente. “Virulent Well” incluye a un invitado de lujo como es Matt de Cryptopsy (tampoco es raro, Soreption harán las delicias de sus seguidores) mientras “The Entity” a la fiera que es Travis de Cattle Decapitation (esa banda que debe, sí o sí, trascender al gran público), de ella me gustan las guitarras de Almgren y el bajo en una producción en la que, a pesar de lo difícil, todo encaja a la perfección; sonando cada instrumento con presencia y detalle.
“Monument of the End” se hace corto y en él sólo puede significar una cosa y es que lo bueno se hace breve (y lo bueno, si breve; dos veces bueno) evitándonos las consabidas introducciones y outros que tanto detesto. Como ya he escrito, Soreption no inventan nada nuevo; pero tampoco lo intentan, cualquier elucubración acerca de la evolución carece de sentido cuando hablamos de talento. Otro de los grandes discos de metal del año, y van…
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