Vuelvo a encontrarme con uno de esos discos a los que matan las malditas expectativas, pero, ¿quién podría resistirse con semejante nombres en nómina? Danny Carey de TOOL, Pete Griffin de Zappa Meets Zappa, el director de "Jonah Hex" (2010), Jimmy Hayward a la guitarra, el misterioso David "The Doctor" Dreyer a las voces y, claro, Brent Hinds de Mastodon, como mayor valedor. Y es que los denominados supergrupos en los que diversos músicos comparten su talento quedan muy bien sobre el papel, pero no tanto en los surcos del vinilo. Legend Of The Seagullmen graban su primer álbum y es inevitable acordarse de TOOL o Mastodon aunque en sus ocho canciones no haya apenas un momento que nos recuerde a semejantes bandas. Por el camino, los "mastodonitas" nos hemos encontrado ejemplos como Gone Is Gone o Giraffe Tongue Orchestra, curiosidades como Arcadea (que, al final, dentro de su rareza, resulta ser el más entretenido…), magníficos momentos como el acertado "Emperor Of Sand" (2017) o joyas como el EP, "Cold Dark Place" (2017), en esa eterna demora en la que muchos llevamos sumidos desde "10.000 Days" (2006) a la espera de que Maynard se decida a escribir las letras de las nuevas canciones. Por lo tanto, no podemos decir que no hayamos tenido tantas alegrías como decepciones y quizá, este Legend Of The Seagullmen guste o disguste tanto, como el oyente ponga o no todas sus ilusiones pero, independientemente de ello, el mero hecho de que el éxito de unas canciones dependa del público y no de la calidad de las mismas ya es bastante significativo de lo que vamos a encontrarnos.
Hay quien asegura que puede que si Legend Of The Seagullmen hubiesen ocultado sus nombres, el álbum habría tenido más éxito; mientras que otros estamos convencidos de que, si Hinds o Carey no hubiesen desvelado sus identidades y hubiesen permanecido en el anonimato, quizá este disco nunca se hubiese llegado a publicar o no habría llegado a nuestros oídos siquiera. Como sea, si pinchas "We Are The Seagullmen", tras el ambiente marítimo, escucharás ese característico latido de "One Of These Days" de Pink Floyd en "Meddle" (1971), es una suerte que el teclado irrumpa y le confiera otro tono, como también que un comienzo tan prometedor se vea lastrado por una referencia tan obvia y un desarrollo tan pobre en el que la canción se repite una y otra vez; "We Are The Seagullmen, we Are The Seagullmen, we Are The Seagullmen, we Are The Seagullmen…!"
"The Fogger" y sentirás que el álbum vuelve a empezar; las estrofas poseen el mismo ritmo que "We Are The Seagullmen" y tan sólo el estribillo recuerda levemente a Mastodon, como "Shipswreck" parece evocar el espíritu vocal de Nick Cave & The Bad Seeds pero sin la tensión, la violencia y el demonio de este. "Curse Of The Red Tide" es aburridísima y de ella podemos salvar la progresión, el cambio de ritmo; cómo rompen la canción y te llevan a otros territorios de la mano. "Legend Of The Seagullmen", composición que da título al álbum y nombre a la banda, posee algo más de nervio, urgencia, dentro del bizarro estilo de los músicos. La guitarra acústica de "The Orca" vale su peso en oro y adivinamos las manos de Hinds tras ella (igual que en la bonita introducción de "Rise Of The Giant") pero la canción es un auténtico horror, igual que "Ballad Of The Deep Sea Diver" en la que parecen haber perdido toda la fuerza, algo que se siente a lo largo de toda la segunda mitad del álbum.
A semejante nómina de músicos hay que sumarle una propuesta atractiva, un sonido peculiar y propio, extraño e identificable, con multitud de influencias, además el mar siempre ha sido y será fuente inagotable de inspiración para todo tipo de relatos maravillosos, misteriosos, épicos o de terror, con lo que se hace aún más complicado explicar el desaguisado de Legend Of The Seagullmen y cómo, teniéndolo todo a su favor, han sido capaces de grabar algo tan absurdo. Una de las mayores decepciones de este año, pero un ahorro de tiempo y dinero en caso de que amenacen con continuar con este proyecto y graben un segundo álbum. No hay bien que por mal no venga…
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