No digo que Corrosion Of Conformity dependan plenamente de Pepper Keenan porque, sin tener un solo álbum mediocre, sí que es cierto que con él también han grabado alguno que otro menos acertado, pero si tenemos en cuenta que “Deliverance” (1994), “Wiseblood” (1996) o “In The Arms Of God” (2005) son quizá sus mejores títulos (y no, no me olvido de “Blind”, 1991), sí que produce cierto alivio el regreso de Keenan tras su estancia en DOWN, junto a Phil Anselmo. “No Cross No Crown” no iguala a aquellos de mediados de los noventa, pero sí que podemos asegurar que es su mejor trabajo desde “In The Arms Of God” y eso devuelve a la banda al mundo de los vivos. En directo siguen siendo una maquinaria fiable pero en estudio no me convencieron sus últimos trabajos, “Corrosion Of Conformity” (2012) y en “IX” (2014) en el que la presencia de Keenan era algo casi testimonial.
Todavía recuerdo la segunda vez que vi a la banda sobre un escenario, en la gira de “Wiseblood” (1996), como teloneros de Metallica junto a Soundgarden. A Keenan y los suyos les tocó luchar contra el calor de la tarde y defender, a plena luz del día, los temas de aquel álbum y he de reconocer que salieron victoriosos. Ya sabemos, eran los tiempos de “Load” con Metallica renegando de todo lo construido y Soundgarden en lo que sería realmente su última y auténtica gira con “Down On The Upside” (antes del absurdo e innecesario “King Animal” y esas actuaciones tan descafeinadas) y un jovencito Chris Cornell al que se le sentía tan fuera de lugar en todo aquello como incómodo compartiendo escenario con Ulrich y Hetfield, a pesar de cumplir con creces. Como señalaba, Corrosion of Conformity nos dejaron un excelente sabor de boca e hicieron que muchos convirtiésemos aquellos discos en un precioso tesoro. Pero el tiempo pasa y es verdad que su carrera no ha resultado tal y como se esperaba de ellos, no ha habido la continuidad o la estabilidad necesaria y muchos de aquellos que les disfrutaron hace veinte años es normal que se hayan quedado por el camino, aunque no sea del todo cierto que Keenan, Dean, Mullin o Weatherman hayan estado demasiado perdidos porque personalmente he disfrutado muchísimo de Down o razonablemente de los últimos discos de Corrosion Of Conformity.
Lo que más me gusta de “No Cross No Crown” es esa calidez y esa humedad asfixiante que los de Raleigh han sabido imprimir en todas sus canciones, desde la introducción inicial, “Novus Deus”, en las que las guitarras parecen entrar en calor a ritmo de un latido o ese stoner mezclado con blues abrasador en “The Luddite”, en la que su contagioso riff se mezcla con las voces de Woody, Mike, Reed y Pepper, como una cuadrilla de polvorientos cuatreros que ha aparecido de la nada en mitad de un desértico paraje. Y es que será precisamente ese polvo y la arena pero también mucho grano (como una foto antigua) los que conviertan canciones como “Cast The First Stone” en auténticos balazos de rock n’ roll que demuestran que Clutch son grandes y pasionales pero Corrosion Of Conformity estaban aquí mucho antes.
El chorus de “No Cross” nos lleva a unos Corrosion Of Conformity más sureños y pantanosos que nunca con "Wolf Named Crow". Estos no son la banda que conocíamos, esto suena como una versión macarra de Gov’t Mule pero lo mejor de todo es que me encanta y aciertan con el enfoque. Derroteros por los que continuarán con “Little Man” hasta “Matre’s Diem” en la que, a pesar de las cuerdas de acero pulsadas por Weatherman y todo su encanto, suena más cercana a “Norwegian Wood”, un ligerísimo interludio hasta “Forgive Me” y el toque setentero de su riff. “Nothing Left To Say” parece una mezcla entre ZZ Top y los DOWN de “NOLA” (“Stone The Crow”) pero más aguardentosa y bluesy, como puramente stoner; “Old Disaster” tras esa breve instrumental, “Sacred Isolation”, con cierto aroma fronterizo a Ry Cooder, en la que los oyentes pareceremos elevar ese cráneo de la portada, mientras una serpiente de cascabel se enreda en nuestros tobillos.
“E.L.M.” es puro Sabbath pero en versión puramente cazurra norteamericana, mientras que la homónima, “No Cross No Crown”, parece un mantra que nos llevará a la más prescindible, “A Quest To Believe (A Call From The Void)”, seis minutos de influencia doom que desmerecen en comparación con la auténtica genialidad de cierre que es la versión de Queen, “Son And Daughter”, que saben llevársela a su terreno con maestría y oficio, dejándonos boquiabiertos, como si se hubiesen llevado a Freddie y a Brian al desierto a tomar peyote.
Lejos de ser perfecto, es un álbum con tantísimo sabor y tino como para mezclar mezclado a Black Flag con Black Sabbath y Queen, ZZ Top y The Allman Brothers a golpe de cigarillos y encanto blues, stoner, doom y sí, mucho rock. Estamos de enhorabuena, Corrosion Of Conformity han envejecido como el buen bourbon.
© 2018 Lord James Tonic