Crítica: Venom Inc. "Avé"

Muy a menudo me encuentro con el corazón dividido en el mundo de la música y con Venom no iba a ser una excepción. Siempre he tenido la sensación de que un fuerte sentimiento Spinal Tap les ha rodeado desde su mismísimo primer álbum, el inevitable y quizá su obra maestra, “Welcome To Hell” (1981), a pesar de que el seminal “Black Metal” (1982) sea quizá el más popular de todos, y hayan sido una banda seria y solvente a lo largo de todos esos años frente a la inestabilidad en sus filas. Los cuatro primeros discos de Venom son auténticos clásicos pero algo falla en “Calm Before The Storm” (1987) que se materializa en la salida forzosa de Cronos y la llegada de Tony Dolan con “Prime Evil” (1989) -quizá la verdadera semilla de una relación ahora retomada- y que tan sólo trajo aquel como verdadera obra a la que mirar de frente con unos “Temples Of Ice” (1991) y “The Waste Lands” (1993) que nos hicieron ver la luz con el regreso de Cronos en “Cast In Stone” (1998) antes del penúltimo cisma. Pero ese fuerte sentimiento que antes mencionaba siempre ha rondado a una banda en la que los músicos se convirtieron verdaderamente en tal con el paso del tiempo -mientras paradójicamente las musas no han estado siempre de su lado- y ataques entre Cronos, Abaddon y Mantas que terminaron por convertir a Venom en la banda de Conrad y ahora el ataque frontal de Mantas que asegura que el nombre de Venom, como tal, le fue arrebatado de las manos en un momento tan crítico como la pérdida de su madre y su posterior venganza, uniéndose de nuevo a Dolan y Abaddon bajo el nombre de Venom Incorporated. ¿No me digan que no resulta chocante que haya dos bandas cada noche interpretando los mismos clásicos y clamando por su propia autenticidad? (y, sin embargo, ha habido casos similares a lo largo de estos años). La única verdad es que los seguidores nos hemos encontrado con dos formaciones y las mismas satisfacciones; la apisonadora que son los Venom de Cronos en festivales o los solventes y trabajadores Venom Inc. en salas, tirando de nostalgia pero también de oficio. No puedo argumentar queja alguna, ver a ambas bandas ha sido un sueño hecho realidad. Pero si así ha sido, conocerles en persona me ha revelado el chiste que es esta realidad, con Cronos negándose a firmar los discos de los fans cuyos vinilos habían pasado previamente por las manos de Mantas y Abaddon o a estos descojonarse firmando aquellos en los que no participan ante el horror y estupor del propio Cronos que ha visto mancilladas sus obras posteriores a la salida del guitarrista y batería. El mundo de la música puede ser delicioso y hacernos partícipes de hilarantes situaciones en algunos momentos…

Pero Venom Inc. han decidido dar un paso importante y es distanciarse de la dirección tomada por Cronos en Venom, algo que se siente la inicial “Ave Satanas” que tras el “Ave Maria” de Schubert, se despliega una canción con elementos que les acercan más al hard rock que al metal. Un riff épico, muy épico, y un ritmo propio de estadio a cargo de Abaddon con Dolan gustándose y marcando mucho, muchísimo el estribillo. “Forged In Hell” les acerca a ese speed metal que practicaban en sus inicios y de nuevo Mantas haciendo una exhibición de buena salud creativa en su riff, la traqueteante “Metal We Bleed” acerca al trío a ese rock n’ roll que antes fluía (y cómo me cuesta hablar en pasado de ellos con la pérdida del eterno Lemmy…) mis queridos Motörhead.

La germana (nunca mejor dicho) “Dein Fleisch” evidencia el trabajo compositivo de Dolan, Mantas y Abaddon, en una canción bien trabajada y que rompe muchísimo con el resto del álbum, al igual que “Blood Stained”. De Lemmy a Angelripper o eso parece en la thrashy “Time To Die” en el que demuestran que si quieren imprimir velocidad y mala leche, todavía pueden hacerlo. Y, mientras que en “Evil Dead” parecen no olvidar quiénes son, sonando más a Venom que nunca, “Preacher Man” nos trae a unos músicos que con ella intentan salirse de nuevo de la senda marcada por su leyenda en un álbum en el que cada canción tiene una naturaleza muy diferente.

La acelerada “War” es todo lo excitante que anuncia su riff de apertura a pesar de la simpleza de su letra y su planteamiento casi infantil de la situación actual con pesimista desenlace incluído. Puede que la más prescindible sea “I Kneel To No God” antes de ese autoplagio que es “Black N Roll” que, prejuicios aparte, funciona tan bien como divertido es su nombre o su estribillo y que parece confirmar lo que afirmaba de “Avé” al comienzo de esta crítica, Venom Inc. parecen haberse inclinado más por el hard que por el metal, un movimiento inteligente que les permite picotear de aquí y de allá en cada uno de los cortes del álbum.

“Avé” no es un disco que vaya a hacer historia más allá de lo coyuntural, como tampoco entiendo este álbum como un debut sino la continuación de una amistad iniciada con “Prime Evil”. Sin ser una obra maestra pone en un aprieto a Cronos que, siendo superior su “From The Very Depths” (2015), se las va a ver y desear si lo que quería es que sus seguidores no prestasen atención a Venom Inc. “Avé” nos devuelve a Mantas y Abaddon, nos da lo que pedimos cuando lo que verdaderamente importa es el recuerdo y el cariño para ambas formaciones.


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