Admiro a Reznor por muchos motivos, el principal es por su inquietud por intentar llevar la música allá donde otros músicos no están interesados, e independientemente de los resultados, es innegable que persiste en su búsqueda con mayor o menor fortuna. Dudo mucho que actualmente cualquiera que se acerque a Nine Inch Nails, sin haber conocido su carrera en profundidad, entienda en el punto que actualmente se encuentra Reznor como artista o valore su andadura; es algo similar a contemplar las obras tardías de un pintor, desde “Pretty Hate Machine” hasta a “Add Violence”, como compositor ha sufrido una tremenda evolución (sin dejar de perder sus señas de identidad y obsesiones propias) pero como artista ha sido capaz de abandonar su zona de confort y romper con su sello, distribuir su música completamente gratis (algo que es de vital importancia según las ventas de cada uno), dejar de girar para intentar ofrecer algo excitante en directo o colaborar con otros artistas en otros ámbitos como son en el cine o a nivel empresarial con Apple. Para Reznor lo fácil habría sido repetir una y otra vez la misma fórmula y no convertirse en un kamikaze con proyectos que muchas veces no han tenido la repercusión esperada (How To Destroy Angels) o experimentos que pocos han entendido a excepción de sus fans.
El segundo EP de la supuesta trilogía iniciada con “Not The Actual Events” continúa ese viaje en el que él y Atticus Ross se han embarcado desde hace mucho y que ha convertido a Nine Inch Nails en un dúo en lo que al estudio respecta, al margen de lo que ofrezcan en sus conciertos. Es verdad que poco sorprenderá a los que ya conozcan a Reznor y tampoco impresionará a esos otros que sólo creen en él cuando su propuesta se extrema pero lo que debería interesarnos en "Add Violence” es Reznor como compositor y “Less Than” sea quizá una de sus mejores cartas de presentación en años a pesar de su sabor a “Hesitation Marks”. Referirnos a ella como un single no deja de ser algo arriesgado en el universo de NIN pero es tan sólida como cualquiera de sus mejores anticipos, ligeramente electrónica y con sabor a otro tiempo hasta que coge fuerza. Pero quizá la mejor pieza del EP y por la que será recordado sea “The Lovers” por esa tensión, además de la melodía y su pulsión o por cómo Reznor nos guía con su voz, demostrándonos que no necesita de una banda o un megafóno para arrinconarnos con sus relatos.
Como la oscura "This Isn't the Place" podría haber sido una canción soul con otro tratamiento y aquí, por obra y gracia de Ross y Reznor (esos dos músicos cansados del rock y de la poca excitación que transmiten los discos ahora), se convierte en una oscurísima pieza que sirve de enlace a “Not Anymore” en la que el autor de canciones tan cáusticas como las que ha firmado en el pasado, admite y parece clamar por esa identidad que en su letra asegura no haber perdido y saber perfectamente quién es como si tuviese que justificarse en tan sólo las cinco composiciones que integran este EP y que suponen un auténtico cajón de sastre con todas las influencias asimiladas a lo largo de su vida.
Para cerrar, “The Background World”, una canción polémica por su duración y que la mayoría de oyentes desestiman debido a esos siete minutos de repetición con los que concluye. Siendo una de mis preferidas -junto a “The Lovers”- aprecio los primeros minutos y me gusta cómo ese ritmo obsesivo concluye en la más pura abstracción, entiendo lo que buscan Reznor y Ross o creo entenderlo y es verdad que siete minutos son demasiados pero también que son el final perfecto para un EP en el que además de mostrarnos a un artista que madura a nivel compositivo con cada lanzamiento, también nos enseña su profundo amor por la estética a través de texturas y una paleta de sonidos tan rica como siempre.
Quedamos a la espera del tercer EP, ese que nos mostrará un cuadro muy diferente al que Reznor nos ha tenido acostumbrados y cuya escucha al completo seguro que nos deja tan satisfechos como bocado a bocado. ¿Quién dijo que los artistas se adocenan con el paso del tiempo? El quid de la cuestión está en que su público no lo haga y crezca paralelo a su paso, algo mucho más complicado, sin duda…
© 2017 Jim Tonic