Crónica: Guns N' Roses (Madrid) 04.06.2017

SETLIST: It's So Easy/ Mr. Brownstone/ Chinese Democracy/ Welcome to the Jungle/ Double Talkin' Jive/ Better/ Estranged/ Live And Let Die/ Rocket Queen/ You Could Be Mine/ Attitude/ This I Love/ Civil War/ Black Hole Sun/ Coma/ Speak Softly Love/ Sweet Child O’Mine/ Out Ta Get me/ Wish You Were Here/ November Rain/ Knockin’ On Heavens Door/ Nightrain/ Don’t Cry/ The Seeker/ Patience/ Paradise City/

Son muchos los días que han pasado desde aquel 17 de julio de 1993 que marcaría la última actuación de la formación clásica de Guns N’ Roses hasta el 1 de abril del 2016 en el cual Axl y Slash volvieron a subirse a un escenario, en este caso del mítico Trobadour, que se convertiría sin saberlo en la antesala de este “Not in This Lifetime… Tour” con dos paradas únicamente en España. Es verdad, no voy a negarlo, el sentimiento es agridulce, sobre el escenario faltan Izzy Stradlin y Steven Adler pero, ¿quién podría haber soñado que Axl y Slash volviesen a cruzar sus miradas sobre un escenario y fuésemos testigos de una gira mundial? Todo en “Not in This Lifetime… Tour” es tan mareante como una montaña rusa; desde las emociones hasta las cifras. ¿Estamos hablando de la gira definitiva del Rock ‘N’ Roll? No, desde luego que no pero sí de un acontecimiento tan único e imprevisible como el mismísimo Axl. Un artista que ha sido capaz de lo mejor y de lo peor, en constante zozobra y con una personalidad tan chocante como contradictoria, capaz de convertir a músicos en asalariados, encerrarse en su mansión en compañía de su gurú espiritual, declarar su amor por la comida basura hasta olvidarse de su propia salud y aspecto físico o tardar la friolera de quince años en publicar un nuevo álbum de estudio, “Chinese Democracy” (2008), con momentos de auténtica brillantez como otros de absoluta mediocridad. Pero no seamos tan cínicos y tiremos de lo fácil, ¿cuántos de aquellos que escuchábamos a Guns en los noventa mantenemos la misma figura? ¿Serán capaces de subirse a un escenario dentro de veinte o treinta años todos esos insolentes adolescentes que creen mirar con suficiencia a Axl? ¿es justo criticar a Axl más que a Slash y su zigzageante e irregular carrera mientras pretendemos conservar en una campana de cristal la de otros mártires como Izzy? La respuesta a todo es un rotundo no.

En mi opinión, esta gira de Guns N’ Roses –lejos de la crítica económica, tan absurda en la boca de cualquier seguidor, ya que nos brinda la oportunidad de verles sobre un escenario- es un auténtico milagro y que en pleno 2017, con una constelación de estrellitas de medio pelo, Axl Rose (una suerte de moderno Howard Hughes) haya protagonizado un regreso mediático tan espectacular como el protagonizado con AC/DC callando las bocas de medio planeta con una entrega y un respeto a la altura de las circunstancias o unas actuaciones de Guns N’ Roses que, sin entrar en comparaciones sin sentido con aquellas de hace dos décadas, están siendo más que dignas con un estado vocal a la altura y rescatando algunas canciones menos obvias (“Coma” o “Double Talkin' Jive”) sólo puede calificarse de éxito absoluto.

Última actuación en nuestro país y todo el papel vendido que dicen los entendidos, ambiente de noche histórica y una excitación que sólo Guns saben seguir generando. Tras la clásica introducción con el logo de la banda es imposible no sentir un escalofrío, “It’s So Easy” es la primera en calentar la pista; se eriza el vello, por un segundo parecen conseguir lo imposible, retrocedemos en el tiempo y vemos de nuevo a Duff y Slash a la derecha e izquierda de Axl que conserva, nos guste o no, el mismo aura de peligrosidad de sus mejores años. No, no son los noventa, todos hemos envejecido; ellos y nosotros menos el bueno de Duff que parece haber pactado con el diablo, me alegro infinito por él… Un sonido apabullante desde el comienzo, Slash juega con su guitarra y suena “Mr. Brownstone”, minis de cerveza volando por encima de nuestras cabezas, empujones en la pista y todo el Calderón botando al unísono mientras es coreada por decena de miles de gargantas. Es imposible describir algo así si no lo has vivido o les has escuchado hasta la extenuación.

No deja de causarme cierta extrañeza ver a Slash rasguear el comienzo de “Chinese Democracy” pero tras la frialdad de esos primeros compases, vemos al bueno de Saul entrar en calor mientras Axl vive la canción, no nos olvidemos de que para él esto también son Guns aunque el resto entremos en efervescencia con ese “Welcome To The Jungle” que muchos cumpliremos el sueño de ver interpretado por Axl, Slash y Duff tras años de descafeinadas interpretaciones por unos y otros. “Double Talkin' Jive” nos hace entrar con el músculo de un traqueteante tren en un concierto en el que, hasta el momento, había que frotarse los ojos para comprobar si era o no un sueño. “Better” suena mucho mejor que hace años demostrando que era una de las joyas de aquel despropósito de álbum, un intento de Axl por acercarse a sonoridades más modernas, un medio tiempo que funciona y tras el que descerrajan un “Estranged” por el que no pasa el tiempo. De verdad, ¿alguien soñó con volver a escuchar en directo ese mítico riff de Slash tras la voz de Axl? El vocalista disfruta e interpreta, sonríe y tiene algún gesto con Duff, con todos menos con Slash al que pisará un solo en “Civil War” o evitará pronunciar su nombre cuando le presenta en último lugar ante una jauría que berrea su nombre, pequeños gestos que nos hacen ver que las heridas, aún con la anestesia de los millones de dólares, no se han curado todavía y así está bien…

“Live And Let Die” de McCartney sigue sonando indomable y con más mala leche en las manos de Axl, Duff y Slash como ese “You Could Be Mine” con un magnífico trabajo de Ferrer tras los parches o una de mis favoritas, “Civil War”; una auténtica maravilla que he tenido que escuchar en infinidad de versiones en los últimos años sin que pueda compararse a la interpretada por el binomio Axl/ Slash o ese homenaje a Chris Cornell con “Black Hole Sun” (recordemos la relación entre el cantante de Seattle y Guns, quizá otra de las épocas en las que el cantante de Soundgarden nunca terminó de sentirse del todo a gusto con sus compañeros de cartel, como incómodo se le ha sentido también al viejo lobo de Mark Lanegan abriendo para Guns ante una audiencia que, nos guste o no, le ha ignorado) y ese “Coma” que sí que sabe a gloria en un repertorio con tantos éxitos. El inevitable solo de Slash y la revisión de “Speak Softly Love”, tanta veces imitado pero tan pocas veces superado; sigue sorprendiendo que un guitarrista tan infravalorado por la nueva comunidad más técnica siga siendo imposible de imitar en su tono y presencia. Es verdad que sus recursos pueden resultar escasos a cambio de un carisma arrollador.

“Sweet Child O’Mine” suena inmortal como “November Rain”, canciones escritas para sonar en grandes estadios al aire libre, tan épicas como mágicas, como la versión de Dylan “Knockin’ On Heaven’s Door”, capaz de capturar toda una década, o la acelerada “Nightrain” y esa desgarrada versión de “Don’t Cry” que muchos ya ni siquiera nos esperábamos y que nos ha traído a la memoria a Shannon Hoon. Echo la mirada atrás y sólo soy capaz de ver sonrisas y caras iluminadas entre miles de móviles, intentos fugaces por capturar una noche que se escapa con una versión del “The Seeker” de The Who, entre “Patience” y un “Paradise City” siempre “Where the grass is green And the girls are pretty”, no importa dónde la escuches, y una marea humana volviéndose loca con su estribillo de tinte sureño.

Aquellos que nunca entendieron a Guns N’ Roses son aquellos que nunca les vivieron y tienden a menospreciar uno de los mejores discos de debut de la historia, “Appetite for Destruction” (1987), o minimizar el talento de un genio como Axl que treinta años después de la publicación de aquel sigue siendo capaz de levantar a todo un estadio de fútbol con una simple frase; “D’ya know where u are? Ur in the jungle baaaaby…” Lejos de la nostalgia y grande, muy grande, así es “Not in This Lifetime… Tour” y nos sentimos afortunados de haberlo vivido.


© 2017 Jim Tonic