¿Estamos capacitados como oyentes para juzgar el trabajo de Tosin Abasi? Según la inquebrantable teoría de muchos músicos y algunos aficionados, no es posible criticar de ninguna de las maneras (positiva o negativamente) la labor de ningún profesional si no somos capaces de ser mejor que ellos en sus respectivos campos. El dislate es tan exagerado como divertido ya que nos sitúa como diletantes en una tercera regional por la cual y llevado al extremo de la caricatura para su mayor comprensión; deberíamos conducir un coche de caballos, ver partidos de fútbol de patio de colegio, asistir a teatro de guiñoles en vez de superproducciones cinematográficas millonarias y conformarnos con un mundo en el que el deleite por lo sublime nos es prohibido al no poseer el talento suficiente como para ser los mejores ingenieros, deportistas, actores o virtuosos licenciados en Berklee. Pero la pregunta es aún más peleaguda; si partimos de la base de que puedo escuchar lo que me venga en gana independientemente de mis capacidades, ¿cuál es la vara con la que puedo medir la inspiración de Abasi en este último disco de Animals As Leaders? Exacto, seguramente el lector haya llegado a la misma conclusión; si me gusta o no, si lo he disfrutado o, por el contrario, no me ha convencido y me ha decepcionado. En este caso, “The Madness Of Many” me ha decepcionado notablemente respecto al anterior, “The Joy Of Motion” (2014), ¿cuál es el motivo?
Está claro que Abasi, Reyes y Garstka son grandes músicos y que la producción de la banda en este “The Madness Of Many” no decepcionará a ninguno de los que seguimos con interés el proyecto de Abasi desde hace ya casi siete años; el nuevo disco de Animals As Leaders suena cristalino y dinámico, una producción calculada al milímetro en la que se les siente sueltos y, a pesar del aparente encorsetamiento de un estilo tan marcado y una señas de identidad tan profundas, uno entiende que Reyes asegurase que es el disco que más suena a ellos y en el que más cómodos se han sentido. En efecto, en “The Madness Of Many” hay math, hay djent y esos pasajes más jazzy que les siguen convirtiendo en algo único con un Abasi que indudablemente atrae las miradas (y las orejas) de todo aquel que le escuche con su peculiar manera de atacar y pulsar las cuerdas, con toda la cantidad de recursos expresivos y sonido característico que es capaz de sacarle a su Ibanez de ocho cuerdas pero tras las primeras y orientales notas de “Arithmophobia” envuelta en electrónica y los sincopados fraseos de Reyes y Abasi, uno se percata de que a pesar de la supuesta fluidez y libertad en la ejecución del trío, algo huele a embotellado en un álbum como “The Madness Of Many” en el que es imposible echarles en cara que no innoven pero en el que parece que hemos escuchado todas las canciones previamente y no hay ninguna sorpresa en sus surcos lo que, sin duda, afecta al resultado global del disco.
“Ectogenesis” o la formulación del funky mezclado con el jazz y el slap de Abasi o su vibrante golpe junto con las descensos a todas velocidad por el mástil producen tanto vértigo como emoción cuando bajan las revoluciones y se llenan de feeling pero ni esta, ni la venusiana “Cognitive Contortions” o esa ametralladora en “Inner Assassins” con la ayuda de Travis Stewart producen en mí un sentimiento ni remotamente parecido a "Ka$cade" o “CAFO”.
Me gusta la elegancia de “Private Visions of the World” o el arrebato de la peculiar “Backpfeifengesicht” pero quedan muy lejos de la inmediatez de “The Joy Of Motion” y cuando encuentro algo de sentimiento el tono de las guitarras me recordará siempre e inequivocamente al del eterno Steve Vai. Con “Transcentience” entramos en una melodía ligeramente más emocionante en la que destacarán los contrapuntos en los que Garstka parece dejarles más espacio a Abasi y Reyes para dialogar y llenar esos espacios que en las más aguerridas y puramente math sencillamente no tienen como en la más tradicional “The Glass Bridge” que sirve de cierre antes de dos pequeñas maravillas en las que la acústica toma un papel preponderante que recibiremos con las manos abiertas tras tanta homogeneidad. Ecos de bossa nova en “The Brain Dance” y un clasicismo e intimismo en “Aepirophobia” que situan la sensibilidad de Abasi en un primer término siendo una digna despedida de un disco de dientes de sierra en el que han faltado auténticas cimas con las que emocionarnos.
Al final, te gusta o no te gusta y “The Madness Of Many” nos gustará a los amantes de Abasi pero es indudable que a pesar de todo el talento y la indiscutible calidad, suspende frente a “The Joy Of Motion” y sitúa a Animals As Leaders en un callejón del que deben de salir lo antes posible si no quieren firmar una y otra vez el mismo trabajo pero cada vez con menos capacidad de sorpresa aunque pocos se atrevan a asegurarlo por el qué dirán y el incuestionable talento de Oluwatosin Ayoyinka Olumide Abasi. Quizá no podía esperar nada mejor pero si algo más…
© 2017 Jim Tonic