A cualquiera que haya escuchado el genial “One Of Us Is The Killer” (2013) o los anteriores “Option Paralysis” (2010), “Ire Works” (2007), “Miss Machine” (2004) o “Cualculating Infinity” (1999) le costará entender qué es lo que ha ocurrido en el seno de The Dillinger Escape Plan para que, tras saberse de su nuevo y esperado disco, “Dissociation”, anunciasen un descanso indefinido que disparó todo tipo de rumores hasta que Greg Puciato dejó claro que no se trataba de un hiato sino del final de la carrera de la banda, noticia que lógicamente corrió como la pólvora. Podríamos especular sobre ello eternamente y buscar motivos allá donde no los hay; puede que The Dillinger Escape Plan, como músicos, estén interesados en embarcarse en otro tipo de proyectos o que, como compañeros, no se aguanten y hayan surgido las lógicas tensiones de todas las bandas, que Greg Puciato no quiera continuar en esta aventura y el resto haya preferido dejarlo antes que buscar un imposible reemplazo para Puciato o que, ante la duda, prefieran abandonar ahora, por la puerta grande, en vez de estropear una discografía verdaderamente magistral hasta la fecha. La única verdad es que nos hemos quedado sin The Dillinger Escape Plan y el único consuelo que nos queda es pinchar una vez más todos sus discos y acudir a su gira de despedida en la que seguro que ninguno saldremos defraudado…
Pero también que no hay duda alguna, “Dissociation” es uno de los grandes discos del año y el mejor de toda la discografía de los de New Jersey. Para aquellos que, aunque no me lo pueda creer, no lo hayan escuchado; “Dissociation” suena a The Dillinger Escape Plan por los cuatro costados, es imposible que fuese de otra manera pero, siendo su disco más versátil y heterogéneo, es fácil encontrar también decenas de ingredientes que enriquecen su mezcla. Hay momentos en los que nos recordarán a Converge, claro que también a Deftones pero, cómo no, a Mr. Bungle y es que la colaboración de Mike Patton con The Dillinger Escape Plan parece que dejó una impronta indeleble en su orientación artística con un Greg Puciato que está auténticamente enorme en cada una de las once canciones de “Dissociation”. Como ya sabemos, Puciato suele trabajar sobre los temas instrumentales, una vez que Weinman, Antreassian, Rymer y Wilson han compuesto todas sus partes, pues bien, si la complejidad de la música de The Dillinger Escape Plan nos ha dejado sin habla en más de una ocasión, es el momento de prestar atención a Puciato para encontrarse no sólo con el desquiciado cantante que exhibe ser en directo sino para descubrir a un artista capaz de jugar a su antojo con su garganta y no sólo cantar más melódico o gritar en las partes más agresivas sino literalemente cambiar su tono, rasgar su garganta, susurrar, narrar, gritar y en el siguiente quiebre devorar al oyente o mostrarse más edulcorado que nunca jugando con los colores que la canción requiere; modulándola a su gusto.
De nuevo Steve Evetts a la producción, The Dillinger Escape Plan grabaron la batería de Billy Rymer en los Vudu Studios, el bajo (Liam Wilson) y las guitarras (Ben Weinman y Kevin Antreassian) en los Party Smasher de New Jersey y el estudio casero de Ben, mientras Evetts grabó las voces en su propio estudio en Long Beach para ser todo mezclado en los Godcity de Boston a cargo de Kurt Ballou (Converge). Buen ejemplo de este trabajo conjunto se siente en “Limerent Death” con la que abren “Dissociation” y que se muestra tan caótica como agresiva y afilada con una estructura tan libre que permite a la sección rítmica aproximarse al free jazz (no será la única vez) y Puciato termina recitando el profético; “I gave you everything you wanted. You were everything to me…” como ese “I'm frightened in sleep. thinking my world will be gone. Promise me I won't die” de la melódica pero lúgubre “Symptom of Terminal Illness” en la que descubrimos que Patton tiene un más que digno sucesor con Puciato en una canción con muchísimo sabor a Deftones.
La urgencia más desenfrenada se da la mano en “Wanting Not so Much to as To” en la que Puciato, tras la tormenta inicial, decide narrar el pasaje antes del último puente hacia el estribillo (si es que en su música podemos hablar de ello como tal) o la recta final en donde la épica se adueña de la canción. “Fugue” es la clara demostración de que de una colaboración con Squarepusher o Aphex Twin todos saldríamos ganando y sirve de interludio en el disco hasta “Low Feels Blvd” en la que no sólo vuelven a cogernos por el pecho y llevarnos donde quieren sino que la parte central con ese sabor a samba nos descolocará aún más que la jazzística y sincopadísima “Honeysuckle” como “Surrogate” y esa jam de fusión entre estilos o el hardcore de “Manufacturing Discontent” en la que compiten en rapidez y cafeína con los mismísimos Converge.
“Apologies Not Included” posee más groove y así se refleja en la voz de Puciato pero poco a poco ira cogiendo velocidad hasta desbocarse Weinman y Antreassian y volver a un estribillo claramente épico, como si en tres minutos supiesen condensar la esencia de Faith No More y sus amigos de Salem. Pero, para demostrar el poco acómodo de The Dillinger Escape Plan, su incoformismo estilístico y lo poco que les importan las etiquetas, todavía quedan dos de los platos fuertes; “Nothing to Forget” en la que los arreglos de cuerda terminan por engullir la mezcla mientras Bill Rymer lucha por romper y la final “Dissociation” en la que es reemplazado por Zach Hill (Death Grips, Hella) y escuchamos a un Puciato, más dramático que nunca, aullar; “Finding a way to die alone”
Un álbum en el que todo encaja como un puzle, técnico, puramente math con elementos post, punk, de hardcore e incluso grind y synth con toques electrónicos y otro más orgánicos como esas trompetas, violines, violonchelos y violas pero en el que hay lugar para la experimentación en una banda que, pese a su éxito, nunca ha cedido en su empeño de superación, dejando pequeñas las fronteras entre etiquetas y todo ello pisando a fondo, tanto en estudio como en directo. Pena que sea el último capítulo de su historia pero, por otra parte, qué despedida tan grande… Esperemos que algún día, tal y como han anunciado su adiós, hagan lo propio con un regreso y un disco a la altura de “Dissociation” que, sin duda alguna, será difícil de superar…
© 2016 Jack Ermeister