Concierto: Dark Funeral (Madrid) 21.10.2016

SETLIST: Unchain My Soul/ 666 Voices Inside/ The Dawn No More Rises/ The Arrival of Satan's Empire/ Stigmata/ As I Ascend/ The Eternal Eclipse/ Ravenna Strigoi Mortii/ Shadows Over Transylvania/ As One We Shall Conquer/ Goddess of Sodomy/ Thy Legions Come/ My Funeral/ Nail Them to the Cross/ Atrum Regina/ Where Shadows Forever Reign/

¡Qué verdad es que la experiencia curte y que, a cuantos más conciertos uno asista, cuantos más discos uno escuche y más lea, más profundo será el conocimiento o, por lo menos, la capacidad crítica! En el caso de Dark Funeral no me puedo quejar; tras escuchar durante muchísimos años sus discos, les he visto en directo en varias giras (soy de los que echan muchísimo en falta a Magus "Masse" Caligula, todavía) y he podido conocerles en persona, además les pude ver en directo hace unos meses en el incomparable escaparate del metal extremo que supone el ya monstruoso Hellfest y doy las gracias por ello porque si mi experiencia con ellos se hubiese limitado a lo que los suecos exhibieron en Madrid seguramente causaría baja entre sus filas. Es imposible negarse ante la evidencia, “Where Shadows Forever Reign” (2016) ha sido una decepción, es un disco mediocre, una piedra más tras el regular “Angelus Exuro Pro Eternus” (2009) y un flojísimo “Attera Totus Sanctus” (2005) que nos engaña gracias a un single como “Unchain My Soul” y una preciosísima portada, obra de Necrolord, con las lógicas reminiscencias a “The Secrets Of the Black Arts” (1996). Pero, visto lo visto, y después de muchos años es ahora cuando entiendo todos esos ataques de compañeros de la escena cargando contra Dark Funeral, ese sector más auténtico (risas de fondo, tildémoslo de ‘trve’), que aseguraban que los suecos estaban en la música por los motivos equivocados y lo que habían hecho era asimilar toda la influencia de las bandas black de finales de los ochenta y primeros de los noventa, sin que lo suyo tuviese nada que ver con el black más auténtico y genuino. Siempre he pensado que aquello no eran más que títulares nacidos del éxito de ventas y la poca repercusión de aquellos que nunca llegarían a ocupar el trono de Lord Ahriman pero no, la pasada noche del 21 de octubre en Madrid, sentí que los brasileños Krisium devoraron a Dark Funeral.

Una banda literalmente muerta, con el famoso Lord Ahriman más pasivo que de costumbre, Chaq Mol aún más frío, Gustaf Hielm ajeno a todo lo que ocurría en el escenario, Dominator sudando como nunca (quizá el único que tiró con energía de la banda) y Heljarmadr (Grá) que, a pesar de su gran voz (aunque, por momentos, nos recuerde inevitablemente a Dani Filth) con menos presencia que hace unos meses, distante, apagado y que, conforme fue avanzando el concierto, se fue diluyendo más y más hasta convertir su ‘headbanging’ en el cabeceo propio de un septuagenario con el que, según pasaban las canciones, iba desconectando aún más. Sí, echo de menos a Magus "Masse" Caligula, con él Dark Funeral tenían más prestancia, más solidez; lo que actualmente se pasea por los escenarios es la banda de Lord Ahriman con Chaq Mol y Dominator como compañeros, Gustaf Hielm tocando el bajo con bastante desapasionamiento y un artista como Heljarmadr que, a pesar de su voz, nunca debería haber aceptado el caramelo envenenado de formar parte de Dark Funeral y quizá debería haberse centrado en la carrera de Grá, aunque esta no le proporcione tan pingües beneficios…

Un concierto con un sonido que dejó mucho que desear, en el que las guitarras eran casi inaudibles más allá de las primeras filas; sonando completamente opacas y sin matices, formando una torbellino de ruido en el que tan sólo era disntinguible la pegada de Dominator y la voz chillona de Heljarmadr. Dark Funeral necesitan un auténtico chute de energía sino quieren que su fama se fundamente únicamente en su pasado.

Pocas quejas puedo tener de un repertorio que en esta gira abarca toda su carrera, veinte años en los que, sin embargo, han publicado tan sólo seis discos y en el que, por suerte, no se han detenido demasiado en “Where Shadows Forever Reign” y han evitado interpretar esa absurdez llamada “Temple of Ahriman”. Abrir con la épica “Unchain My Soul” es todo un acierto porque es quizá el mejor single que han publicado en mucho, mucho tiempo pero tras la introducción y sus primeras notas, ya se evidenciaron esos problemas de sonido que arrastraron durante toda su actuación y quizá no fueron problemas como tal pero sí lastraron toda la noche. No se trata de buscar culpables; me da igual si fue el equipo de la sala, de la banda, el equipo local o que la propia noche estaba sentenciada desde el punto de vista técnico y nadie supo muy bien el motivo pero pocos conciertos tan pobres he escuchado hasta la fecha.

La ruidosa “666 Voices Inside” de “Attera Totus Sanctus” fue determinante para que nos diésemos cuenta de la pelota de sonido y con ella llegaron los primeros abucheos en una sala que, con la segunda planta cerrada, mostraba una desoladora entrada mostrando lo que sería un tercio de su capacidad. La primera toma de contacto con el mítico “The Secrets Of The Black Arts” vino de la mano de “The Dawn No More Rises” que sonó sensiblemente mejor que “The Arrival of Satan's Empire”, como ocurrió con “Stigmata”. “As I Ascend” sonó mejor que en el álbum ganando en contundencia como “The Eternal Eclipse” con un público que, aunque no dejó de quejarse a causa del sonido, estaba deseando formar parte de aquello y se entregaba en cuanto Dark Funeral ponían algo más de sangre en su actuación como ocurrió en “Ravenna Strigoi Mortii” o “Shadows Over Transylvania” en las que parecían intentar recuperar algo de la oscuridad de su pasado.

Tras “As One We Shall Conquer” y las muestras de agotamiento de Heljarmadr en un concierto tan breve y poco físico, llegó a mi gusto el momento más flojo de toda la noche con la pobre interpretación de “Goddess of Sodomy” del genial “Diabolis Interium” con Heljarmadr sacando a escena un látigo de cuero propio del sadomaso más kitsch y petardo con el que se dedicó a limpiar el polvo de las coronillas del público de las primeras filas, moviéndolo como si de un plumero se tratase mientras boqueaba de calor y cabeceaba cansado. Supongo que las últimas canciones fueron todo un suplicio para ellos con Lord Ahriman y Chaq Mol en automático, Gustaf Hielm (que dada su entrega bien podría ser tu vecino o el que escribe esta crítica) en retaguardia y Heljarmadr agotado en los bises con “Nail Them To The Cross”, “Atrum Regina” y la homónima “Where Shadows Forever Reign”.

Supongo que habrá quien saliese de allí transportado; todos mis respetos pero no fue mi caso, para gustos los colores y el mío es el negro, lo que vimos el viernes en Madrid fue a una banda en un estado lamentable que tan sólo justifica su posición en el cartel por lo que una vez fueron. Al final, Erik Danielsson de Watain tenía razón y Dark Funeral están más cerca que nunca de acabar convertidos en un chiste y no en una auténtica y solvente banda de black metal…


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