Nunca llegaré a entender qué fascinación ejercen sobre nosotros los aspectos más negativos de la vida; si un artista afirma que su nuevo álbum está inspirado en la depresión, ansiedades y sus adicciones o los problemas actuales de nuestra sociedad, correremos prestos a escucharlos y cuanto más desgarrador, oscuro e intenso sea más lo disfrutaremos. Por el contrario, si ese mismo artista compone un disco colorista y repleto de buenas vibraciones, basado en sus experiencias con los cachorros, la paternidad, las largas tardes de cervezas con los amigos y las bondades de la vida pocos serían los que se atreviesen a llevar un parche en la espalda, vestir una camiseta o afirmar que es su disco de cabecera. En el caso de A Day To Remember parece más que evidente que, independientemente de su título, sí que han sentido algo de presión o estrés tras el pleito con su antigua discográfica, Victory, y las obligaciones contractuales por las que terminaron publicando ellos mismos “Common Courtesy” (2013) y tomándose un descanso. Puede ser que toda aquella situación les superase y aquella presión les hiciese esforzarse aún más y exprimirse en el estudio porque lo cierto es que aquel álbum, en mi modesta opinión, era el mejor de su carrera mal que les pese a los más fans de “Homesick” (2009) pero es que creo que, sin desmerecerle, tanto “For Those Who Have Heart” (2007) como “Common Courtesy” (2013) contenían en sus surcos momentos muchísimos más inspirados que el citado “Homesick”.
Y así, tres años más tarde y un hiato en el que Jeremy McKinnon asegura que han descansado y recuperado fuerzas, publican “Bad Vibrations” que tranquilamente podría ser su mejor álbum de no ser porque hay algunos elementos que lo hacen errar en el blanco; en concreto alguno de esos ‘breakdowns’ que ya hemos escuchado mil veces antes o esos coros tan edulcorados propios del punk-rock melódico de los noventa y el empachosísimo pop-punk de onda media de mediados de la década pasada, además del aburridísimo título del álbum y algunas de sus previsibles letras que siguen situando a “For Those Who Have Heart”, “Common Courtesy” y sí también “Homesick” como lo mejor de A Day To Remember. Es una pena porque es un álbum que tiene casi todo lo que hace grande a la banda y es un grandísimo esfuerzo, a pesar de esos defectos que citaba; en él hay mala leche y momentos verdaderamente pesados, duros y agresivos mezclados con ese toque melódico tan punk que logra que a Day To Remember gustasen a tu hermana pequeña e incluso a tu madre; hay velocidad, hay buen deathcore mezclado con punk y pop pero algo falla…
“Bad Vibrations”, por ejemplo, abre con furia y una buena melodía, su estribillo se pega como un chicle pero los ‘breakdowns’ suenan faltos de fuerza (además de la escasa originalidad que antes mencionábamos), ¿qué ha pasado? Para todos aquellos que no se hayan molestado nunca en leer los créditos de los discos que escuchan no habrá mucha explicación que no solucionen subiendo el volumen de sus reproductores hasta que les revienten los cascos o se carguen el cono de los altavoces de su casa pero para mí es un claro fallo de la producción. “Bad Vibrations” está producido por Jason Livermore y Bill Stevenson y el propio McKinnon asegura haberse sentido impresionado por la leyenda del batería, queriendo impresionarle. Es imposible que una banda como A Day To Remember, cuyo principal aliciente es ese toque deathcore mezclado con punk y pop, mantenga su identidad si presta más atención a su lado más punk y deja que la figura del ex-Descendents y ex-Black Flag les haga titubear en sus ideas. ¿Por qué digo esto? Porque misteriosamente, en “Bad Vibrarions”, los ‘breakdowns’ y riffs más potentes están claramente más bajos en la mezcla y, sin embargo, cuando la banda tira de su vena más punky todo parece brillar; como ocurre en una de las peores de todo el disco, la facilona “Naivety”, en donde las segundas voces toman más protagonismo y no sabemos muy bien qué álbum estamos escuchando, todo parece al mismo volumen. Me sorprende porque no puedo echar toda la culpa a Stevenson ni tampoco a las ansias de impresionar de McKinnon al legendario músico punk pero, agarrémonos fuerte porque vienen curvas; tampoco al mítico Andy Wallace, encargado de las mezclas finales del disco. Wallace, para aquellos que no lo conozcan, es el responsable de esos acabados tan brillantes y algunos de los resultados más espectaculares de los últimos treinta años, su nombre puede ser encontrado en decenas de discos que han cambiado la historia de la música actual y, por supuesto, fue también el auténtico responsable de convertir la potentísima distorsión de la guitarra de Kurt Cobain, grabada por Butch Vig, en todo un cohete; sin él las canciones de “Nevermind” (1991) no habrían sonado igual. Por tanto, no entiendo qué ha pasado en este “Bad Vibrations” para que precisamente las partes de guitarra suenen a veces tan bajas y conviertan, por momentos, a A Day To Remember en una inofensiva banda de pop-punk.
“Paranoia” es un buen tema, pegadizo y a buen ritmo, quizá una de las mejores o, por lo menos, en las que la banda parece darlo todo como ocurre con “Exposed” en la que sentimos que A Day To Remember han unido fuerzas y en vez de ser McKinnon el único compositor, el esfuerzo se siente conjunto, posee un buen ‘breakdown’ (correcto pero no con la presencia que debería) y acierto cuando leo a McKinnon afirmar que en “Bad Vibrations” es la primera vez en años que se han sentado juntos a componer. “Bullfight” podría haber sido sustancialmente mejor de lo que aquí escuchamos y es que la canción encierra una melodía bastante plana; la voz principal, al comienzo, se siente demasiado nasal y sin fuerza, no hay cambio alguno y cuando las dobles voces hacen acto de presencia (por lo menos hay un contraste entre melódica y una gutural un poquito forzada) ya es demasiado tarde para salvar del coma a una canción aburridísima.
Gran momento el de “Reassemble” con un Alex Shelnutt que demuestra que las baterías del punk le vienen demasiado pequeñas y en donde mejor respira es en las canciones en las cuales puede demostrar todo su potencial, “Reassemble” funciona porque contiene todo lo que a “Bullfight” le falta y es algo de riesgo, como “Justified” en la que, a pesar de lo melódico, posee uno de los mejores estribillos de “Bad Vibrations” y un riff auténticamente robusto. “We Got This” es una vergüenza, lo que podría haber sido una “cara b” o un descarte de cualquiera de sus discos anteriores, una canción tan simple que asusta y que carece de las inspiradísimas melodías y estribillos que el buen punk más ‘comercialón’ sí posee, “We Got This” aparte de producir una violenta arcada en nuestros estómagos no tiene perdón alguno porque, a pesar de la concesión por sonar así, sencillamente no se pega, no es adictiva como debería haber sido y esos coros son puro azúcar procesado. Algo parecido a lo que ocurre con “Same About You” o “Turn Off The Radio”, los peores momentos del álbum, en concreto esta última fracasa cuando McKinnon sube el tono tanto tantísimo que en vez de llegar al hiperaltísimo de, por ejemplo, Cedric Bixler-Zavala parece un teleñeco a tope de helio y, de nuevo, con ese toque nasal que tantísimo perjudicó a los primeros segundos de “Bullfight”. “Forgive and Forget” cierra un disco de manera, por lo menos más digna, y aunque lejos de la dureza que deberíamos presuponerle a un álbum nacido del estrés, la ansiedad y la presión como insiste McKinnon, por lo menos es una composición más trabajada y con algo más de épica.
Resumiendo; podría haber sido su mejor álbum si tanto el concepto como las letras de las canciones estuviesen más trabajadas, si hubiesen invertido todo ese tiempo juntos en la composición y se hubiesen esforzado por crear nuevos ‘breakdowns’ que sonasen originales, si el volumen o el acabado de las guitarras en sus momentos más pesados hubiese sido digno, si prescindiesen de esas canciones menos aburridas y más punk (porque para hacer buen punk también hay que tener el talento y no aferrarse a lo mismo durante tres y cuatro minutos, lo que es una eternidad en el género si no hay emoción o melodía que lo justifique) y demostrasen todas sus malas vibraciones con más fuerza y contundencia. “For Those Who Have Heart” y “Common Courtesy” siguen quedando muy lejos…
© 2016 Jack Ermeister