Hace tiempo vi una tira cómica en la cual se mostraba a dos tipos en un concierto de metal en el que al resto le sangraban los oídos mientras ellos se quejaban de la poca potencia de la banda. Así me he visto a mí mismo escuchando “Where Shadows Forever Reign” de Dark Funeral porque hay momentos tan melódicos y pulidos que parece que lo que estemos escuchando es un álbum de black metal para todos los públicos o así lo siento cuando lo pincho y no hay un sólo gruñido, gañido o guitarra disonante que me golpeé y sí demasiada compresión y limpieza allá donde el black metal debería quemarnos los tímpanos con toda su maldad.
Y, no siendo nada negativo, sí que es significativo del nuevo álbum de Dark Funeral. Vaya por delante que los suecos, a pesar de no gozar de la credibilidad que se merecen entre sus compañeros supuestamente más auténticos, aparte de ser una de las bandas más populares del género, siempre han sido una de mis favoritas. Estamos hablando de los creadores de “The Secrets Of The Black Arts” (1996), “Vobiscum Satanas” (1998) y “Diabolus Interium” (2001) e incluso el notable “Angelus Exuro Pro Eternus” (2009) pero quizá la inestabilidad de la formación en los últimos años con la salida del indispensable Emperor Magus Caligula que se había ocupado de las voces y las letras durante quince años y ahora, por increíble que parezca, se casaba y quería asentar la cabeza, el bajista B-Force y Dominator (éste por un tiempo) dejaban a la banda en una situación más que delicada. Nachtgarm de Negator les ayudaría y, además de la vuelta de Dominator, Zornheym echaría una mano con el bajo. Puede parecer un baile de nombres pero la verdad es que pudimos estar con Lord Ahriman en persona y el resto de la banda durante su actuación en el Hellfest del 2013 y se mostraron tan cordiales en las distancias cortas como indomables sobre el escenario, ofreciendo una de las actuaciones más salvajes de aquella edición junto a los majestuosos y gélidos señores de Blashyrkh, Immortal (todavía con Abbath al frente).
Una vez acabadas las labores promocionales y afrontando la entrada al estudio, Nachtgarm vuelve con su banda, Negator, y Zornheym desierta de nuevo y llega, por fin, algo de luz con Heljarmadr como vocalista, procedente de bandas como Gra o Domgård, uno de los grandes aciertos de Lord Ahriman, y el bajista Natt de Angrepp que también abandonaría poco después, dejando al mismo Ahriman la tarea de grabar las pistas del bajo en el nuevo álbum.
La verdad es que “Where Shadows Forever Reign”, si no dejamos que la magnífica portada de Necrolord nos seduzca y llene de ilusión, decepciona y no por ese sonido que antes mencionaba en el que no hay rastro de agresión alguna sino porque es quizá el álbum más irregular de Dark Funeral; posee grandes canciones pero también otras completamente prescindibles (con tal diferencia entre unas y otras que el contraste es aún mayor) y, lo peor de todo, carece de ese sentimiento de unión que todo buen disco debería poseer.
“Unchain My Soul” es una de las mejores y la decisión de que sea la que abre el disco sólo puede tacharse de brillante e inteligente. Las guitarras de Lord Ahriman y Chaq Mol, repletas de épica, y ese ambiente maligno pero también romántico (sí, romántico, no me he equivocado) con el que toda canción de black debe sazonarse es contrarrestado por la magnífica voz de Heljarmadr mientras Dominator la convierte en un auténtica carga de caballería gracias a su magnífica labor en la batería. Como las rapidísimas “As One We Shall Conquer” o “Beast Above Man” hacen que uno crea que “Where Shadows Forever Reign” es más de lo que finalmente es. Ambas son canciones correctas, no geniales, pero sí que resultan gracias a su ritmo, guitarras y, por supuesto, Heljarmadr. Como “As I Ascend”, sin ser una gran cosa, es la composición más típica de la banda; un medio tiempo repleto de esa atmósfera lúgubre, casi ritual, a la que las campanas del comienzo le añaden aún más sabor pero con “Temple Of Ahriman” comienzan a notarse las flaquezas de un disco que tampoco había mostrado composiciones suficientemente sólidas como para que nos olvidemos de los desaciertos.
“Temple Of Ahriman”, en concreto, es verdaderamente patética y lo constataremos en el estribillo, algo similar a lo que ocurre en la poca imaginativa “To Carve Another Wound” en la que, para colmo, la parte instrumental es bastante pobre o “Nail Them To The Cross” que, sin ser esa canción que nos haga regresar una y otra vez al disco, por lo menos, se siente bastante más inspirada con ese estribillo tan fácil. Y no, no me he olvidado de “The Eternal Eclipse”, una de las mejores del álbum (junto a “Unchain My Soul”) y la que le da título y que Dark Funeral reservan, de nuevo sabiamente, para el cierre, dejándonos el buen gusto de “Where Shadows Forever Reign” y nueve canciones de las cuales podemos defenestrar sin piedad dos, salvar tres y olvidarnos del resto lejos de la pasión por la banda.
Un excelente debut para Heljarmadr (que desagradará a los seguidores de Gra) y que dejará satisfechos a aquellos que seguimos a Dark Funeral pero al que regraseremos en pocas y contadas ocasiones para escuchar temas sueltos mientras comparte espacio, de manera totalmente indigna, en la misma estantería que “The Secrets Of The Black Arts”, “Vobiscum Satanas” y “Diabolus Interium”, en mi caso firmados y dedicados por toda la banda. En efecto, la portada de Necrolord prometía más, mucho más…
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