Si prestamos un mínimo de atención a la discografía de Explosions in The Sky percibiremos que, según han ido encontrando su propio sonido, también parece que han intentado alejarse de él con cada paso, eso sí; de manera muy inteligente. “The Wilderness” es su primer álbum en cinco años si obviamos bandas sonoras (“Prince Avalanche” y “Lone Survivor” ambas del 2013, y “Manglehorn” 2015) desde “Take Care, Take Care, Take Care” (2011) y los cambios son sustantivos para una banda instrumental a la que el término post-rock parece quedársele pequeño o ser ellos los que quieran crecer en otra dirección sin olvidar sus postulados; las guitarras vuelven a sonar cristalinas –más que nunca- libres de casi cualquier tipo de efecto o muy suavemente tamizadas en el estudio, sin embargo, la batería de Hrasky suena distorsionada y, por momentos, más abstracta que nunca; hay segundos en los que suena claramente al estudio de grabación, de manera orgánica, otros en los que ha sido procesada hasta el paroxismo (“The Ecstatics” o “Logic Of A Dream”) y otros que posee tanta ‘reverb’ que parece que estemos en una cueva tan profunda que estoy seguro que Steve Albini llora sangre cada vez que escucha tal cantidad de su efecto más odiado, con razón...
Claro que están los clásicos estallidos de júbilo inherentes a su música; esos famosos y tormentosos crescendos emocionales a los que siempre precede una calma minimalista en ocasiones pero aquí las canciones estan concebidas con un principio y un final, me explico; este no es el clásico álbum de Explosions In The Sky o, por ejemplo los obtusos y opacos Godspeed You! Black Emperor (en cuyo caso es aún más evidente) en el que hay pasajes tan quietos en los que uno, sin prestar la atención suficiente, es incapaz de identificar si es un puente o transición que vaya a sofocar o avivar la canción, si está acabando o es un ‘outro’ que sirve de introducción para la siguiente sin tener que mirar a la pantalla de nuestros reproductores o surcos del vinilo. En “The Wilderness”, todos y cada uno de los temas, están compuestos con mimo y mesura, no encontrarás largos desarrollos de nueve, diez y quince minutos rompiendo esas reglas preconcebidas del género de “título largo y aún más minutaje para alcanzar el cielo”, las canciones respiran y cobran vida de manera natural, sin ser forzadas y cuando hay una melancólica subida de ánimo (como ocurre en “Wilderness”, en la que todo el tema es articulado de manera suave mientras se superponen diferentes capas) no se siente artificial.
La suavidad electrónica de “The Ecstatics” y esa batería sintetizada y procesada hasta perder su identidad hace que las pistas de guitarra, en un primer plano, parezcan oscilar entre ambos canales creando un efecto acuoso magnífico hasta que coge cuerpo, Hrasky recupere el sonido de su batería y las cuerdas de Rayani, Smith y James cierran la canción.
Más distorsión en la sección rítmica en “Tangle Formations” que es quizá la más directa hasta que a su mitad se descompone de manera atmósferica para cambiar, volverse machacona y terminar acelerada o el claro single (tengamos en cuenta que cuando hablamos de “adelanto” o “single” en una banda como Explosions In The Sky, estamos hablando en otro contexto muy lejano al de las listas populares) que es “Disintegration Anxiety” aúpan el álbum a lo mejor de la producción de los de Austin. Sus guitarras obsesivas, repetitivas y el riff principal sobre el que pivota toda la composición gana en fuerza de nuevo gracias a esa batería tan saturada de Hrasky y en sus últimos segundos explota sin previo aviso.
Aunque odie el término para escribir sobre una banda o álbum de post-rock (igual que debería estar penado el adjetivo “monolítico” para referirse a cualquier pieza doom o “lisérgico” para lo psicodélico con influjo setentero) “Logic Of A Dream” es todo lo 'cinemática' que podríamos esperar de ellos, podría haber estado incluída en cualquiera de sus bandas sonoras de no ser porque juegan con el dramatismo de tal manera y te saben llevar en ella a una tensión en la que nos hacen sentir que estemos en un pandemonio que parece venirse abajo y, en vez de estallar, cambiamos a unos segundos de guitarra que suenan como un arpa y un ritmo repetitivo que nos llevará hasta la desembocadura del tema.
“Losing The Light” es otra de las pequeñas cimas de “The Wilderness”, la canción más tranquila del álbum que crece poco a poco entre suaves arreglos, guitarrazos como brochazos de pintura y una atmósfera tan densa que cuesta salir de ella o “Infinite Orbit”, en la que tendremos que hacer el pequeño esfuerzo de querer entrar si nos interesa llegar al núcleo del disco.
Pero todavía queda espacio para reencontrarnos con los Explosions In The Sky más emocionantes en “Colors In Space” que, sin embargo, según va evolucionando va perdiendo fuelle y se siente carente de riesgo alguno o “Landing Cliffs” que, como “Logic Of A Dream”, parecen compuestas para servir de colchón a lo que nos entra por los ojos y es que quizá, sólo quizá, el grupo esté pagando ese pequeño peaje que significa haber contribuido a tantas bandas sonoras que su música haya dejado de ser, en muchos momentos tal y como se siente en “The Wilderness”, el principal objetivo de nuestra atención para convertirse en un medio con el que abstraerse.
Como álbum, es tan valiente y diferente como clásico, lampedusiano en su concepto de "cambiar todo para que nada cambie” pero a Explosions In The Sky les sirve para seguir creciendo con su mejor disco desde “The Earth Is Not a Cold Dead Place” (2003) dando igual si sus canciones nos sirven como banda sonora de lo que nos rodea o para mirar en nuestro interior, entonces no hay mejor excusa para escucharles.
© 2016 Donnie Darko