Sería injusto afirmar que “Värähtelijä” supone un paso atrás respecto a un disco como “Valonielu” (2013) porque lo cierto es que, con su último álbum, los finlandeses han crecido aún más y todos los ingredientes que les han hecho despegar del resto y ganar en popularidad desde que hace ya cinco años cayese en nuestras manos el vinilo de "Kosmonument" (2011) siguen ahí pero, a pesar de ello, siendo las nuevas canciones realmente magníficas, uno tiene la sensación de que Oranssi Pazuzu, en efecto, sí han crecido como banda pero la experiencia de pinchar “Värähtelijä” se torna amarga cuando nos encontramos ante un disco que parece ahogar a los propios músicos, ¿por qué? No me cansaré de repetirlo una y otra vez y cómo la maldita compresión está arruinando el momento en el que nos sentamos a escuchar un álbum. Desde hace ya muchos años se ha tomado la filosofía de estropear los discos en el masterizado de estos, para que se entienda; se baja la señal de cada una de las pistas y en la llamada “masterización” se sube la del máster o pista final y se iguala con compresores y limitadores. Escuchar “Värähtelijä” es un horror –el álbum, per se, es grande, las canciones son geniales y la interpretación es magnífica- pero en una banda como Oranssi Pazuzu lo que uno busca es esa densidad en la que perderse; las guitarras atronando sobre fortísimas bases rítmicas y todo aderezado con los mil detalles de los sintetizadores y ese glorioso feedback creando un ambiente insano mientras hay un riff crudo y repetitivo ayudando a crear el clímax y aquí, en “Värähtelijä”, se ve arruinado por esa maldita masterización a base de comprimir -ahogar, sofocar- el sonido de unas canciones en las que todos los elementos suenan al mismo volumen y saturan la mezcla, cuando no se tapan unos a otros distorsionando muchos pasajes. Lo que más me sorprende es que vivimos unos días en los cuales surgen espíritus críticos hasta del subsuelo y tachan en apenas segundos un álbum de setenta minutos como obra maestra sin ni siquiera haberlo llegado a escuchar en formato físico. “Värähtelijä”, como disco (no a nivel compositivo, ni nada que le podamos achacar a Oranssi Pazuzu) suena francamente mal en cualquier formato digital y a través de cualquier reproductor pero lo peor de todo es que el formato físico acusa los mismos defectos, no quiero ni siquiera imaginarme cómo lo habrán escuchado muchos de aquellos que hace casi un mes se lanzaron a escribir sobre “Värähtelijä” escuchándolo a 192kbps, 256kbps, 320kbps o a través de “ripeos” en plataformas de streaming. Si de verdad amas la música y has escuchado lo suficiente, es darle al ‘play’ del álbum y entender que los finlandeses han estropeado el resultado final con una malísima producción.
Por otra parte, y como antes indicaba; la evolución de la banda es más que notable y, aunque conservan su espíritu y continúen por el sendero que marcaron en “Valonielu”, las canciones han ganado en profundidad, basta escuchar “Hypnotisoitu Viharukous” para sentir que no hace falta viajar demasiado para encontrar un nuevo universo sino que lo que ellos proponen es internarse en el corazón y el alma de uno mismo. Abrir un álbum con una canción de doce minutos como “Saturaatio”, en la que saben construir toda la tensión necesaria alrededor del zumbido de sus guitarras y una batería de tintes étnicos, es valiente y el cambio al ruidismo más propio del noise-rock mientras el caos parece apropiarse de la composición es magnífico. En ella ya se advierte que, a excepción de la voz Jun-His pocas señas de identidad propias del black metal quedan ya en el sonido de la banda. Por tanto, aquellos que los escuchen esperando atropellados blast-beats tendrán que mostrar paciencia y esperar hasta “Hypnotisoitu Viharukous” o “Havuluu” para sentirse realmente cómodos porque lo que Oranssi Pazuzu aquí nos plantean con sus teclados y envites es una suerte de space-rock mezclado con un wah y, por mucho que odie el término; ese puntito lisérgico procedente de los setenta.
Por otra parte, y como antes indicaba; la evolución de la banda es más que notable y, aunque conservan su espíritu y continúen por el sendero que marcaron en “Valonielu”, las canciones han ganado en profundidad, basta escuchar “Hypnotisoitu Viharukous” para sentir que no hace falta viajar demasiado para encontrar un nuevo universo sino que lo que ellos proponen es internarse en el corazón y el alma de uno mismo. Abrir un álbum con una canción de doce minutos como “Saturaatio”, en la que saben construir toda la tensión necesaria alrededor del zumbido de sus guitarras y una batería de tintes étnicos, es valiente y el cambio al ruidismo más propio del noise-rock mientras el caos parece apropiarse de la composición es magnífico. En ella ya se advierte que, a excepción de la voz Jun-His pocas señas de identidad propias del black metal quedan ya en el sonido de la banda. Por tanto, aquellos que los escuchen esperando atropellados blast-beats tendrán que mostrar paciencia y esperar hasta “Hypnotisoitu Viharukous” o “Havuluu” para sentirse realmente cómodos porque lo que Oranssi Pazuzu aquí nos plantean con sus teclados y envites es una suerte de space-rock mezclado con un wah y, por mucho que odie el término; ese puntito lisérgico procedente de los setenta.
“Lahja” nos adentrará aún más en ese viaje iniciático del chamán en el que un vibráfono y un patrón rítmico hipnótico con constante vaivenes nos adormecerá mientras Jun-His parece rumiar los versos que son la antesala de la homónima “Värähtelijä” en la que el carácter más cinemático de la canción termina, ahora sí, por fagocitar por completo a los Oranssi Pazuzu de “Valonielu” pero, indudablemente, ayuda a crear en nosotros el ánimo ideal para los dos grandes momentos del álbum; “Hypnotisoitu Viharukous”, con su tormenta emocional de guitarras que deviene en la atmósfera insana creada por EviL con los teclados y su posterior cambio de ritmo o la larga suite de dieciocho minutos que es “Vasemman Kaden Hierarkia” y vertebra por completo “Värähtelijä” convirtiéndose en una de esas canciones-río que nos sirven para contar una historia y servir realmente de visagra entre las dos caras y la engañosa “Havuluu” comenzará como una ensoñación del propio grupo y terminará convertida en una descarga de black metal espacial con los constantes efectos de los sintetizadores o la folkie y atmosférica “Valveavaruus” sirven para cerrar el álbum de manera críptica, convirtiendo el hecho de escucharlo en bucle en todo un viaje.
Grandísimo álbum en el que el resultado, como producto, opaca el del manifiesto artístico que supone para Oranssi Pazuzu. Es bueno no apresurarse y escuchar algunos discos en soporte físico, no dejarse engañar por las primeras escuchas y darle más de una. “Värähtelijä” es genial pero con una producción indigna del esfuerzo de los propios músicos.
© 2016 Mick Brisgau