No puedo menos que sentirme excitado por "Hammer Of The Witches" porque perdí todo el respeto a Cradle Of Filth después de Midian (2000) y no soy de esos esnobs que creen que los grupos pierden toda su calidad, esencia o "vetetúasaberqué" cuando dan el salto a las grandes ligas (entre otras cosas porque Cradle Of Filth nunca ha logrado tal hazaña y, a pesar de ser uno de los grandes nombres ingleses de metal líderes en ventas -tan sólo por debajo de los omnipresentes Maiden- siempre se han quedado a las puertas; de ser la joven y prometedora banda que grabó el glorioso "The Principle Of Evil Made Flesh" en el 94 a terminar por convertirse en el proyecto de un único artista, Dani Filth, que publica disco tras disco sin mucho revuelo y nunca llena más allá de una sala). Pero es que estuve en la gira del "Cruelty And The Beast" (1998) y tras "Midian" (2000) pocas alegrías me han dado, "Bitter Suits To Succubi" (2001) era una colección mediocre pero era tan sólo eso; una recopilación y, por tanto, una golosina. "Damnation And A Day" (2003), el famoso álbum con Sony y la orquesta de Budapest, subía ligeramente el nivel pero perdían vuelo estrepitosamente con el flojísimo "Nymphetamine" (2004) y, aún más si cabe, con "Thornography" (2006), Filth en las entrevistas se mostraba con el falso entusiasmo del despechado; siempre el último álbum era el mejor, siempre era el más duro y sus directos más excitantes pero ni las canciones ni sus conciertos podían ocultar lo que muchos nos temíamos; los buenos días de Cradle Of Filth eran cosa del pasado. "Godspeed On The Devil's Thunder" (2008) me hizo recuperar cierto entusiasmo pero "Darkly, Darkly, Venus Aversa" (2010) de nuevo les hacía perder fuelle (a pesar de que en directo, sí demostraban haber recuperado cierto brío o, por lo menos, ilusión). Con "Midnight In The Labyrinth" firmaron su certificado de defunción de manera prematura con el peor álbum de toda su carrera y "The Manticore And Other Horrors" era superior (algo no muy difícil tras el horrendo disco anterior) pero, aunque sonaba mucho más directo tras la conversión del sexteto en trío y contenía canciones con buena pegada (aquella barbaridad de "For Your Vulgar Delectation" que en directo pudimos comprobar que era una auténtica bomba metálica con ramalazos punk), la salida de Paul Allender de nuevo presagiaba lo peor.
Tras una magnífica e inspirada portada, obra del artista Arthur Berzinsh y publicado a través de Nuclear Blast, "Hammer Of The Witches" (que toma su título de la obra del dominico Heinrich Kramer y su célebre tratado sobre la caza de brujas de 1486, "Martillo de las brujas" del latín "Malleus Maleficarum"), se encuentra el disco más contundente pero, al mismo tiempo, melódico de Cradle Of Filth, con unas letras realmente inspiradas, diez canciones escritas por Dani Filth y en cuya composición han ayudado el resto de la banda (Daniel, Marek, Shaw, Marthus y Lindsay Schoolcraft), lo más sorprendente de todo es que, a pesar de ser una nueva formación, suenan realmente unidos (también es verdad que no son precisamente desconocidos entre ellos porque de última incorporación tan sólo han sido Marek y Shaw, Lindsay lleva en el grupo desde el 2013, Daniel al bajo desde el 2012, siendo Marthus el miembro más veterano al entrar en el 2006, pero lo que podemos escuchar en "Hammer Of The Witches" es a una banda que suena como una apisonadora y que, a pesar de su reciente formación, parece que lleven toda la vida tocando).
"Walpurgis Eve" (la fiesta pagana de la primavera con la cual las brujas daban la bienvenida al verano y formaban cortejos) como bonita pero inquietante y misteriosa introducción da paso a "Yours Immortally" que es buena muestra de la cohesión del grupo; una canción que abre de manera explosiva con un doble bombo auténticamente brutal y unas guitarras que, con todo el perdón de Paul Allender, hacía siglos que no escuchaba en primerísimo primer plano en un disco de Cradle Of Filth. A mil revoluciones por segundo, el trepidante ritmo de Skaroupa encontrará su contrapunto en esos riffs y unas líneas melódicas que no ocultan la querencia de Filth por Maiden. La verdad es que nunca he entendido porque hay todavía aficionados que se empeñan en llamar black metal a lo que Cradle Of Fitlh lleva haciendo dos décadas, si uno escucha con atención a cualquier buen grupo noruego de la época se dará cuenta que poco o nada tiene en común con los ingleses, salvo quizá el maquillaje, el célebre "corpse paint". "Yours Immortally" es una maravilla melódica con partes bien diferenciadas y puentes con la ayuda vocal de Lindsay. ¿Y la voz de Filth? Chillona, maravillosa, rugiente y afilada, berreona e hiriente como nunca.
"Enshrined in Crematoria” deja sin aliento y en ella sí que percibimos con mayor claridad los arreglos de Lindsay a los teclados pero son de nuevo las guitarras -¡benditas guitarras!- las que se llevan todo el protagonismo, sonando musculosas y con nervio; como ejemplo, el solo del minuto cuatro sobre un riff abrasador, navegando entre el metal más moderno y el hard rock, sin despeinarse (algo que podría estar fuera del estilo de los ingleses pero que, sin embargo, funciona y muy bien). Épica hasta decir basta y arrolladora, con la voz de Filth como una cuchilla afiladísima y una preciosa coda a piano para acabarla de manera elegante. "Deflowering The Maidenhead, Displeasuring The Goddess" lleva la marca de la casa de Filth, esos constantes cambios de ritmo; del alarido al ritmo más atropellado, pasando por la ametralladora y los pasajes más edulcorados con voz femenina y teclados, genial. Pero si de una canción épica tenemos que hablar es, sin duda, de "Blackest Magic In Practice" que abre con arreglos y la voz de soprano de Lindsay para cambiar a unas guitarras magníficas, absolutamente magníficas, y de ahí a la estrofa con un Filth mucho más grave y, de nuevo, cambiar de tempo y subir la emoción. Quizá la más emocional de todo el conjunto, la más romántica y deliciosamente envenenada de todas, puro Cradle Of Filth.
"The Monstrous Sabbath (Summoning The Coven)" es engañosa, nos lleva de la mano con un suave sonido de harpa hasta que se descubre una coral y unos arreglos de cuerda que, cómo no siendo Cradle Of Filth, desembocan en el estallido violento de "Hammer Of The Witches" en la que las brujas parecen tomar el control, una pequeña obra maestra de más de seis minutos que demuestra el buen estado de forma del grupo y de salud creativa de Dani al que hacía años, pero muchos, que no escuchábamos tan acertado. En ella tienen cabida todos los ingredientes clásicos del grupo y, lo que más me gusta, respira cada uno de los músicos; desde Dani, pasando por las guitarras de Shaw y Ashok o el bajo, como es muestra en el último minuto, de Daniel Firth.
El desconcertante, por electrónico, comienzo de “Right Wing of the Garden Tryptich”, posiblemente por el Bosco, es de nuevo un acierto, desde su salvaje punto de inflexión con la angelical voz de Lindsay, sus feroces guitarras y esos cambios de tempo en los que sólo Cradle Of Filth son capaces de pasar del registro más cafre e inmundo al más salvaje y divertido. "The Vampyre At My Side" y su grandilocuente comienzo se rasga por la mitad justo por donde entran cortando las guitarras y la machacona batería de Skaroupa, suaves teclados en los puentes y, de nuevo sin que llegue el estribillo, a la melódica estrofa con la clásica alternancia de voz disonante de Dani. "Onward Christian Soldiers" con desenfunde de hoja incluido y el abrasador gañido de Filth que parece entrar a la carga a lomos de un caballo mientras las guitarras se doblan, al puro estilo Maiden, y el teclado entra a jugar con ellas mientras la batería se desboca con el doble bombo, la convierten en una de las más salvajes de todo "Hammer Of The Witches". "Blooding The Hounds Of Hell" cierra el disco con una bonita obertura digna de una ceremonia y, sin embargo, da pie a sentir que la historia no ha acabado. Como canciones extras, la brutal "King Of The Woods" y "Misericord", la primera es sencillamente apabullante en sus cambios de ritmo, tan salvaje que deja con ganas de más mientras que la segunda, mucho más pegadiza y calmada, apoyándose mucho en los juegos de voces, funciona pero no desborda como "King Of The Woods". "Hammer Of The Witches" es, sencilla y llanamente, el disco que Cradle Of Filth deberían haber publicado después de "Midian". Y al séptimo disco, Dani Filth, por fin, despertó para regocijo de todos…
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