SETLIST: Ocean Planet/ The Axe/ Backbone/ The Heaviest Matter of the Universe/ Love/ L'Enfant Sauvage/ The Art of Dying/ Solo de Mario/ Toxic Garbage Island/ World to Come/ Flying Whales/ Wisdom Comes/ Oroborus/ Where Dragons Dwell/ Vacuity/
Querer a Gojira es fácil y más aún para nosotros que les hemos visto crecer poco a poco. Son cuatro músicos excepcionales, trabajadores y cercanos a su público que han sabido encontrar su hueco en el saturado mundo del metal convirtiéndose en todo un referente, creando además su propia marca y diferenciándose del resto; bien con sus características letras o con su death metal técnico y al mismo tiempo accesible. La verdad es que a lo largo de los años les hemos visto siempre en diferentes puntos de Europa y hemos sido testigos de cómo han ido escalando posiciones en los carteles de los festivales más prestigiosos, dando el salto de tocar en los escenarios más pequeños a ser los artistas principales y uno de los reclamos durante la gira de "L'Enfant Sauvage" (2012) en los grandes festivales de todo el mundo. Pero nada de esto le extrañará a todo aquel que se acercase a cualquiera de sus fechas en España y les haya visto en sala o encabezando el Kristonfest, es increíble ver cómo han crecido y es algo que se les nota sobre el escenario. Días antes de su paso por nuestro país, nos enterábamos de la triste noticia del fallecimiento de la madre de Joe y Mario Duplantier, teniendo lógicamente que cancelar algunos de los conciertos de su gira europea, ¿en qué estado llegarían a sus tres citas españolas? Pues contra todo pronóstico y, al revés que muchos otros artistas, perfectamente engrasados presumiendo de profesionalidad, en forma y con más ilusión que nunca a pesar de los dramáticos acontecimientos.
El grupo elegido para abrir la noche fue The Raven Age, un grupo inglés novel de metal melódico sin ningún tipo gracia en el escenario y cuyo único aliciente es que su guitarrista, George Harris, es hijo del carismático Steve Harris de Iron Maiden. Todo esto y, por si fuera poco, aderezado con un vocalista, Michael Burrough, con escasa gracia, poca implicación, menos tablas y unas dotes casi nulas. Ni su garganta ni su estado físico y pocas ganas fueron capaces de enganchar poco más allá de las primeras filas que utilizaron el setlist como abanico ante una sala Arena que debió olvidarse de lo que significa un concierto en una ciudad como Madrid en pleno mes de julio y todo el papel vendido, prescindiendo del aire acondicionado. ¿Acaso piensan que estar cociéndose en su sala forma parte de la experiencia que supone asistir a un concierto de rock, como puede ser el humo o las luces de colores?
Tras una espera que se hizo eterna, suenan las primeras notas de "Ocean Planet" y podría parecer un pregrabado de no ser porque Mario Duplantier toma asiento tras su batería, entran Christian y Jean-Michel (luciendo camiseta de los madrileños Toundra) y, tras ellos, Joe con su ya clásica Telecaster Charvel negra mate y la "G" del grupo en el diapasón, precisamente tocando con parsimonia las notas de la canción que abría "From Mars To Sirius" (2005), hasta que los cuatro músicos entran al unísono, la guitarra de Christian arranca con su agresivo riff y la batería de Mario estalla seguida por el bajo de Jean-Michel. La pista comienza a agitarse con las primeras sacudidas de la canción, empiezan los empujones y los primeros crowd-surfing de la noche cuando Joe grita "Go!" y Mario se arranca con el doble bombo. Viajamos siete años en el tiempo y nos vamos hasta "L'Enfant Sauvage" con "The Axe"que entra como una ametralladora y convierte las primeras filas en un infierno con los de seguridad constantemente evitando que, aquellos que llegan en volandas al foso, tomen el escenario. Joe se deja la voz en versos como "I lost my fears and the notion of time, I healed my sorrow" y es fácil sentir un tema que, a pesar de su contundencia, contiene letras tan emocionales.
Volvemos de nuevo a su trabajo del 2005 con "Backbone" a la carga y confirmar que han venido a nuestro país a por todas; los excitantes cambios de ritmo y el trabajo con el doble bombo de Mario es un derroche de virtuosismo. ¿Quién necesita ver un solo de batería cuando puedes ver a Gojira interpretar "Backbone" en directo? Y seguimos con "From Mars To Sirius" y el pesado riff de "The Heaviest Matter of the Universe" que pronto se convierte en una apisonadora y a toda velocidad nos lleva a lo largo de sus cuatro minutos con Christian dejándose la yema de los dedos mientras Jean-Michel vive auténticamente cada fraseo de su bajo y Joe, tras el doble bombo de Mario, rasga su garganta con guturales. "Love" y su machacón ritmo, con los cambios de ritmo sinuosos y misteriosos alternándose con otros más violentos, nos trae a los Gojira más jovencitos, aquellos que sorprendieron a todos con su "Terra Incognita" en el 2001, del que sólo ésta será representante en el concierto pero es que, claro, tras la asfixia y angustia de "Love" llega "L'Enfant Sauvage" y en los primeros veinte segundos convierte de nuevo la pista en un remolino, para cuando suena su riff ya está siendo cantada por toda la sala. La larga "The Art of Dying" de "The Way Of All Flesh" (2008) y su comienzo nos hacen entrar en un viaje en el que Mario es el protagonista mientras él y Christian parecen seguirse el uno al otro a toda velocidad y no cuesta en absoluto imaginarse que estará pensando Joe cuando canta aquello de "This life and death more precious than anything". Personalmente, siempre he creído que "The Art Of Dying" y el disco que la contiene es una de las cimas líricas del grupo con una letra madura y compleja, muy personal; "I won't bring no material in the after life. Take no possessions, I would rather travel light. I'm of this kind that kills all day but I don't know yet how to die", verso que, por cierto, fue cantado a pleno pulmón por todos allí.
Tras el espectacular pero corto solo de Mario (que, por cierto, vendía preciosos parches de batería pintados por él mismo en el puesto de merchandising del grupo), volvemos a "The Way Of All Flesh" y "Toxic Garbage Island" en la que nos atrapan los Gojira más musculosos pero, a la vez, más complejos con sus cambios de compás y síncopas. Comenzamos a encarar el final del concierto y lo hacemos con la inevitable y ya clásica "Flying Whales" (que sonó auténticamente brutal desde el primer al último segundo) y no puede faltar en ningún concierto de los de Bayona, "Wisdom Comes" (la única de su trabajo "The Link", del 2003, el menos representado en el concierto) y la sensacional "Oroburus" con Joe alargando la introducción a solas mientras el resto del grupo se le une, cerrando con "Where Dragons Dwell" y "Vacuity", con Jean-Michel golpeando el bajo mientras hace crowd-surfing, Christian tocando sin parar, Mario totalmente sudado y deshecho por el esfuerzo y Joe sonriente. Así se hace uno grande, como Gojira, con esfuerzo.
© 2015 Jim Tonic
Fotos © Gojira